"Vergel de impunidad a Pucheta"

Las amonestaciones públicas para un candidato como Fernando Pucheta Sánchez, acostumbrado a mandar al carajo cualquier atisbo de legalidad, equivalen a los placebos que el Gobierno de Javier Duarte les suministraba a los niños enfermos de cáncer en Veracruz. Casi por nada el caricaturesco aspirante del PRI a la Alcaldía de Mazatlán sintió risa en vez de arrepentimiento con la “sanción” que le impuso el Tribunal Electoral del Estado de Sinaloa.

Ya hemos dicho que la justicia es para Pucheta algo que debe aplicársele solo a las mulas del compadre. Rebelde al estado de derecho, marca toda la distancia que le sea posible del precepto jurídico si se trata de aplicarlo a él, cuantimás cuando los órganos jurisprudenciales en lugar de castigo ejemplar lo que imparten son cosquillas.

En tal ambiente inocuo Pucheta se mueve a la perfección. La amonestación pública del Teesin por actos anticipados de campaña es la continuidad al paraíso de impunidad en el cual ha orbitado ese modo desordenado de gobernar. Es la ley que siempre justifica y alienta al político delincuente expidiéndole carta de naturalidad a sus actos ilegales.

Es más impunidad de la misma que prevaleció al no saberse nunca qué pasó con los despachos que contrató en lo oscuro para cobrar adeudos del impuesto predial, o dónde quedó el dinero de 30 mil personas que pagaron entrada al Carnaval de Mazatlán en 2017 sin que aparezca en el reporte de ingresos. O cuánto costó la camioneta nueva que compró al asumir la Alcaldía.

Siendo Presidente Municipal manipuló a la Síndico Procuradora de Mazatlán, Lourdes Sarabia, para inhabilitar en el desempeño del servicio público durante cinco años a Alejandro Higuera y Carlos Felton, quienes lo antecedieron en el cargo. Utilizó el expediente del colapso del tiburonario de Mazatlán, que también lo salpica a él, como vendetta política contra los dos panistas.

Se pasó por el arco del triunfo a las instituciones que debió presidir con decoro y las utilizó para allanarse el camino a la reelección. Al inhabilitar a Higuera y Felton le tumbaba dos piezas electoralmente competitivas al PAN así como a la coalición “Por México al Frente” en la que participan también el Partido Sinaloense y PRD.

La misma instancia municipal anticorrupción le dejó pasar una y otra implicación en mal uso de recursos públicos, a pesar de que hay un legado pavoroso que mínimamente debiera inhabilitar a Pucheta como candidato: poner en secrecía 63 casos que, todos, lo implican en uso indebido de la función pública pero los puso bajo reserva durante cinco años.

Y ahora el Tribunal Estatal Electoral le ensancha el edén de impunidad al amonestarlo públicamente por jugar sucio en la contienda por la Alcaldía de Mazatlán. De por sí el candidato priista se ha reído de manera sistemática de la ley, no se diga al conocer la sentencia que, ¿es imaginable tanto cinismo?, Pucheta rebate a través de la sonrisa impúdica.

Reírse de la autoridad, de los tribunales, de los ciudadanos y carcajearse sobre todo por la endeble vigilancia del proceso democrático. Burlarse de la “nalgadita” que le da el Teesin porque apenas se emite la amonestación y ahí trae en la campaña electoral a toda la estructura del Ayuntamiento, incluyendo la Policía.

 

Re-verso

Para Pucheta el regaño,

Es un coscorrón cordial,

Pues usa el marco legal,

Solo como papel de baño.

 

Cables cruzados

Al comentar el acierto del Corporativo Coppel al desmarcarse como empresa de candidatos y partidos y refrendar el derecho de sus ejecutivos y trabajadores a votar en libertad, atribuimos en la columna del viernes 18 de mayo a Agustín Coppel aquella declaración que en realidad hizo su hermano Enrique Coppel, externando el deseo de que se unieran José Antonio Meade y Ricardo Anaya para evitar que Andrés Manuel llegue a la Presidencia de México. Nadie pidió la aclaración pero es de justicia hacerla.

alexsicairos@hotmail.com