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"Opinión"

"¿Y el enriquecimiento ilícito?"

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14/08/2018

    Joel Díaz Fonseca

    Cinco años y cinco meses duró en prisión la maestra Elba Esther Gordillo Morales, quien el día 8 de los corrientes recuperó su libertad (¿cuántos de esos 2 mil días estuvo realmente presa?), y según se escucha en los corrillos magisteriales, recuperó también sus derechos sindicales, por lo que es casi probable que reasuma el control del SNTE, si es que en algún momento lo perdió.
     
    La información que proporcionó el abogado de la maestra establece que fue absuelta de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada que pesaban contra ella. El otro cargo, evasión fiscal, está en proceso de revisión.
     
    El Juez Miguel Ángel Aguilar López, titular del Primer Tribunal Unitario Penal en la Ciudad de México, declaró el sobreseimiento del proceso al considerar que las pruebas aportadas por la PGR no acreditan la responsabilidad de Gordillo en los dos primeros delitos.
     
    La exoneración de la maestra ha dado pie a toda clase de hipótesis sobre el por qué fue liberada justamente ahora que la geometría política en el país ha cambiado diametralmente.
     
    Que es parte de un acuerdo entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador; que es una de las primeras acciones de perdón y reconciliación del Presidente electo; que la maestra ya cumplió el castigo que le fue impuesto por sus traiciones al PRI, etc.
     
    Demasiadas conjeturas, pero lo que sí es cierto es que a la maestra Elba Esther la perdieron su falta de memoria y su soberbia. Tenía el antecedente de Joaquín Hernández Galicia y creyó que con ella eso no pasaría.
     
    Ambos, “La Quina” y Elba Esther, creyeron que era tan grande su poder que les bastaba para enfrentarse al sistema del que ellos y sus sindicatos formaban parte.
     
    Por eso fueron encarcelados, por su soberbia y su indisciplina, no por el amasamiento de cuantiosas fortunas birladas a sus miles de representados.
     
    A la maestra se le acusó, se le procesó y se le mantuvo en prisión por lavado de dinero, delincuencia organizada y evasión al fisco, no por malversación de recursos del Sindicato.
     
    A Gordillo Morales se le han documentado gastos por casi 2 mil millones de pesos en viajes, joyas, ropa, bienes inmuebles, etc., cantidad equiparable con los días (2 mil) que estuvo en prisión.
     
    A la maestra se le castigó su sublevación acusándola de delitos que a final de cuentas no se le iban a poder probar. Es exactamente lo que ocurre en cientos o miles de casos de funcionarios o ex funcionarios públicos a los que se les instauran procesos penales endebles para taparle el ojo al macho, para “ablandarlos” y recordarles que le deben obediencia al sistema, que cualquier indisciplina o cualquier traición son castigados muy severamente.
     
    Lo que el Presidente Enrique Peña Nieto no le perdonó fue que se opusiera a su proyecto de Reforma Educativa. Esa fue la gota que derramó el vaso.
     
    Sus devaneos políticos, sus transas, el despojo de enormes cantidades de dinero a los maestros, su excentricidades y lujos, todo eso no importó al gobierno y a sus instituciones. Fue su oposición a una iniciativa del Presidente de la República lo que la llevó a la cárcel, acusada de delitos que se sabía que no iban a poder probársele.
     
    Lo que la PGR y la Secretaría de Hacienda deben aclarar es por qué no se procesó a Gordillo Morales por el desvío de cantidades impresionantes de dinero de los trabajadores de la educación.
     
    Con parte de ese dinero malversado, de acuerdo con diversos medios noticiosos, adquirió inmuebles en zonas muy exclusivas y en el extranjero, compró ropa, zapatos y joyas también en cantidades industriales, y se pagó tratamientos estéticos y cosméticos en clínicas en las que muy pocas personas pueden tratarse.
     
    Hace cuatro años, en febrero de 2014, la revista Expansión hizo un muy documentado análisis de la situación jurídica de Gordillo Morales, de sus devaneos políticos, así como de sus abusos y excesos con recursos económicos del magisterio.
     
    Cita el desvío de 2 mil 600 millones de pesos de dos cuentas del magisterio a cuentas privadas: “El SNTE”, anotó, “tenía un total de 81 cuentas bancarias según la PGR, entre ellas dos desde las cuales se hicieron transferencias a tres cuentas: la de la asistente de la maestra, Nora Guadalupe Ugarte Ramírez; la de Isaías Gallardo Chávez, auxiliar de la oficina de Gordillo; y la de José Manuel Díaz Flores, su asesor financiero”.
     
    Material para procesarla y sentenciarla había y sigue habiendo, la pregunta es ¿por qué la dejan ir viva (en términos procesales)?
     
     

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