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"Afecta susto el alma"

"El espantarse es considerado un padecimiento capaz de afectar, en diferente grado, las actividades cotidianas de las personas"
06/11/2015

    MÉXICO (NTX)._ Una persona que sufre un susto o espanto registra un ataque al estado general del cuerpo que incluso es capaz de postrarlo en cama, señaló la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Alicia Hamui Sutton.
    En un comunicado explicó que en el medio popular de México y América Latina este fenómeno adopta un carácter particular, pues es considerado un padecimiento capaz de afectar, en diferente grado, las actividades cotidianas de las personas.
    La variante del hecho, conocida en diversas partes del mundo como pérdida del alma, expuso, puede definirse como un impacto sicológico de intensidad variada a consecuencia de factores diversos como los de índole sobrenatural y los circunscritos a experiencias personales que emergen como eventualidades.
    "Una persona que recibe un susto contrae la enfermedad conocida como tal, es decir, el padecimiento es designado con el mismo término aplicado a la vivencia traumática", indicó Hamui Sutton, de acuerdo con diversos autores.
    Quienes lo experimentan, mencionó, empiezan a sentir debilidad, decaimiento y tienen tendencia a recibir el sol, lo cual se asocia a la creencia de que cuando se pierde el alma uno se queda frío y el cuerpo busca el equilibrio.
    "Además, todo el tiempo se registra cansancio, tristeza y angustia; tienden a dormir muchas horas, están irritables, les cuesta trabajo caminar y en ocasiones tienen desvanecimientos", detalló.
    Incluso llegan a manifestar temor a los sueños en donde se repiten estereotipos amenazadores, sufren ataques repentinos de locura, fiebres leves, diarreas, vómitos, dolores de cabeza o en el pecho; no obstante, indicó, no son síntomas específicos, sino poco claros, eso dificulta la atención de los médicos.
    Cuando el paciente llega a consulta, el facultativo no tiene una sintomatología evidente y sólo le da vitaminas; sin embargo, ésta no es la cura.
    Hoy en día quienes tratan este padecimiento son curanderos, no los galenos, quienes no alcanzan a darse cuenta de su complejidad sicosocial. De ahí la importancia de comprenderlo y tomar en cuenta no sólo el aspecto biológico, sino también el humano, apuntó.
    Para solucionarlo, resaltó, el chamán hace un ritual en donde utiliza elementos prehispánicos y católicos e incluso algunos de la medicina alópata.


    "Una persona que recibe un susto contrae la enfermedad conocida como tal (pérdida del alma), es decir, el padecimiento es designado con el mismo término aplicado a la vivencia traumática."
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    "Además, todo el tiempo se registra cansancio, tristeza y angustia; tienden a dormir muchas horas, están irritables, les cuesta trabajo caminar y en ocasiones tienen desvanecimientos."
    Alicia Hamui Sutton
    Académica de la Facultad de Medicina de la UNAM

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