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"ALAS DE TITIKA: Entre los rotos"

"Poderosa, fuerte, valiente, frágil, directa, clara, precisa, emotiva, pero, sobre todo, honesta, así es la escritura de Alaíde Ventura Medina"
LAS ALAS DE TITIKA

Entre los rotos, nos reconocemos. Decía eso y no le quité la mirada. Ella hablaba tímidamente, sus palabras sonaban honestas, cercanas, cálidas. La sala estaba llena de jóvenes curiosos que querían conocerla, intercambiar comentarios con la joven escritora. No perdían detalle de lo que decía. Le hicieron saber que se habían identificado con su novela, que ellos también sabían lo que era estar rotos.

Ella intentaba, al principio, ser inexpresiva, cuidaba sus gestos. Las preguntas fueron la parte más difícil. Yo observaba la escena, sólo había leído una entrevista en la que la describían como una escritora poderosa. Ella seguía tímida y recatada, escuchándolos a todos. De repente se había convertido en una figura de opinión, ganaba el premio y los medios querían entrevistarla. Terminé por comprar el libro. Al leerla entendí todo.

Poderosa, fuerte, valiente, frágil, directa, clara, precisa, emotiva, pero, sobre todo, honesta, así es la escritura de Alaíde Ventura Medina, ganadora del Premio Mauricio Achar/ Literatura Random House, quinta edición, con su novela Entre los rotos.

"Entre los rotos nos reconocemos fácilmente. Nos atraemos y repelemos en igual medida. Conformamos un gremio triste y derrotado…", dice la protagonista, la narradora, quien nunca revela su nombre.

La historia empieza cuando la protagonista ve un álbum fotográfico familiar y cada una de las fotos le evocan un recuerdo; no precisamente feliz. El álbum pertenece a Julián, su hermano menor, y en la escena aparecen las abuelos maternos, la madre, perros y gatos, un que otro personaje secundario y el padre; en realidad el leitmotiv, imprevisible y violento, quien los lastima a la menor provocación, un ser despreciable que marcó, física y emocionalmente, la vida de la familia, particularmente, la de su hermano Julián; pero a ella, la protagonista, le dejó un sello imborrable.

La historia se desarrolla en un lugar Veracruz, pero ella se muda a la capital para cursar la universidad. Decide llevarse a su hermano, a quien quiere por sobre todas las cosas, pero él no ayuda mucho, ha quedado marcado por la violencia paterna. Ha decidido construir un muro de silencio. No habla, no se baña, deambula como una sombra esquelética que come Gansitos, Ruffles y toma refrescos.

"En ocasiones ponía una mirada extraña, como si estuviera escondido. Agazapado. Un venado detrás de un árbol. Su acostumbrado gesto de indefensión. Delicado y hosco al mismo tiempo. Aún hoy me cuesta explicarlo. Pu... madre, Julián, di algo".

Entre los rotos es una historia juvenil, fuerte y dolorosa, que retrata la tragedia y la soledad que enfrenta una joven en su entorno familiar. Todo en este novela atrapa, pero sus definiciones, motivos, conceptos y listas es algo que demanda una especial atención.

"Hermano: compañero, cómplice, testigo. Ojos que vieron la misma guerra. Buena suerte: que nadie tenga que cuidarte. Mala suerte: que nadie te cuide. Algunas cosas que heredé de papá: la piel peluda, la capacidad de herir, la amargura, la soberbia, la música ranchera, el don de la traición despreocupada. Algunas cosas que Julián tuvo, y yo no: el abrazo de mamá, sus palabras, su amor, su atención, el coraje de enfrentarse a papá aquella única vez, un profundo y desinteresado amor por mí, libertad, decisión…".

Todo ocurre en un ambiente familiar, entre imágenes, el gran personaje El silencio. Conocer a Alaíde es leer Entre los rotos. Adentrarse en su mundo es comprender sus definiciones… "Formas en las que papá debió morir: Arrepentido".

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