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"Columna semanal"

"Algo Maz"

"¿Violencia de género o México es de alto riesgo para todos sus ciudadanos?"

Una de las escenas más impactantes y tal vez realista que hemos visto en el cine es de la película francesa Irreversible, con Mónica Bellucci, cuyo personaje, Alexa, es víctima de una violación en una escena que nos transmitió dolor, sufrimiento, rabia, frustración, impotencia y fractura emocional, durante los nueve minutos que dura sin cortes, para terminar la violación golpeándola brutalmente. La recreación de ese acto vil y cobarde nos hizo sentir lo anteriormente descrito; no queremos saber qué sentirá una mujer al vivir esa traumática experiencia. Esto viene a colación por los hechos ocurridos el viernes en la Ciudad de México, donde mujeres salieron en protesta contra los feminicidios y la violencia de género, a raíz de que el 12 de agosto, un grupo se manifestó frente a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, para exigir castigo a los cuatro policías acusados de violar a una menor de edad en Azcapotzalco, quienes fueron defendidos por las autoridades, que argumentaron la necesidad de respetar sus derechos laborales antes que avanzar con las indagaciones. Cuatro días después, diversos grupos organizaron una segunda protesta en la Glorieta Insurgentes, donde se generaron agresiones físicas y verbales contra los hombres, en una expresión de rabia contenida en el ADN femenino mexicano, desde hace siglos, contra un machismo que se ha practicado y transmitido generacionalmente, a través de varios medios: canciones, películas, telenovelas, libros y publicidad, siendo esta última en que la mujer queda reducida a un objeto erótico, aunque en años recientes, el físico masculino también se utiliza para vender de esa manera. Si bien el propósito era hacer una llamada de alerta a las autoridades, este se desvirtuó con los actos vandálicos a inmuebles, construcciones y vehículos. No estamos de acuerdo con el uso de la violencia para tratar de solucionar. Desde siempre nos ha agraviado ver que un hombre golpea a una mujer, aunque sea en una cinta, pero las consignas que leímos en muros y carteles que llevaban las participantes, como “no quiero tu piropo, quiero que te mueras”, “les vamos a cortar el pito” o “mata a tu padre, mata a tu hermano; son hombres, son violadores” nos parecieron revanchistas, en lugar de justos, y no es que apoyemos a los violadores, sino que reprobamos esas expresiones, que a fin de cuentas, además de discriminatorias, pueden incitar a esos actos; no sabemos qué hay en las mentes que reciban esos mensajes. Claro que hubo infiltradas, así como también las que se unieron para sacar a flote resentimientos y rencores, además de las que fueron en buena voluntad a apoyar lo que ellas consideraban una causa justa, aunque no hayan sido víctimas de una violación o maltrato. En todo ese maremágnum, hubo un tuit de una mujer que nos llamó la atención: “No me importó ver paredes pintadas o vidrios rotos. Pero ver pintura en aerosol directo a los ojos de alguien, golpes y actos de agresión física, sí. ‘A nosotras nos violan’. Sí, pero NO te violó esa persona que atacas, tú estás agrediendo inocentes como lo hacen con nosotras”.

Hay otras mujeres que cargan un duelo interminable y quizás el peor de los dolores: las Rastreadoras por la Paz, cuyos hijos desaparecieron y viven en la angustia de qué habrá ocurrido con ellos y se han manifestado contra un Gobierno que parece estar cruzado de brazos, desde hace años, ante esa situación, como en muchas otras graves, pero aún con ese pesar, no lo hacen de forma violenta. Están también los padres de estudiantes desaparecidos que han protestado sin caer en la agresividad. Igualmente, los casos de menores abusados sexualmente por sacerdotes pederastas, cuyos rostros y nombres han circulado, ¿y el Gobierno qué ha hecho? Porque también a los hombres se les viola, se les acosa, se suben a taxis en los que son asaltados y asesinados, sienten miedo al salir a la calle en una ciudad grande y sí, hay hombres que son maltratados emocional, verbal y físicamente por sus mujeres, pero a manera de justificación, algunos dicen que es un índice menor, pues parece que el término violencia de género, solo es aplicable a la mujer, pero de nuevo reluce la cultura machista con una honda impronta en la psique mexicana; la mayoría de esos hombres no denuncia por miedo a la burla y el escarnio, por lo que la cantidad de esos casos es mayor.

Muy alarmante nos parece la declaración de Claudia Sheinbaum y Rosa Icela Rodríguez, Jefa y Secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, respectivamente, ante los disturbios del viernes: “No vamos a caer en actos de provocación”, que si ese pensamiento permea a toda las autoridades, nos hace sentir más indefensos, porque cualquier acto de violencia es una provocación y por lo visto, no harían nada al respecto. Por su parte, el Presidente López Obrador, en su conferencia mañanera de este lunes, dijo: “El pueblo está feliz, feliz, feliz, feliz. Hay un ambiente de felicidad. El pueblo está muy contento, mucho muy contento, ¡alegre! Entonces no hay mal humor social”. Lo que hay que escuchar en medio de la ceguera que da el poder. Sabemos que esta descomposición social no se originó en este sexenio, pero ahora les corresponde responsabilizarse por lo que pasa en el suyo, como dijeron que lo harían en campaña y se comprometieron al rendir protesta, pues ya no se trata de periodistas, abogados, médicos, estudiantes, políticos, clérigos, empresarios, policías, artistas, militares, conductores y pasajeros de transporte público, sean hombres o mujeres que se desempeñan en estos trabajos o profesiones, que han sido blanco de ataques violentos, desapariciones y asesinatos; ya lo dijimos en una ocasión, se trata que ser ciudadano de México ahora es un factor de riesgo.

Ayer nos llegó una frase del escritor Eduardo Galeno, por WhatsApp, que dice: “El miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”. Nosotros más bien creemos que entre los dos géneros no debería existir un miedo mutuo, sino respeto y admiración recíprocos.

Admirable las actividades que el Asilo de Ancianos La Inmaculada está realizando dentro del marco de los festejos del Día del Abuelo. Esta semana, en su edificio, se están haciendo sesiones fotográficas familiares de media hora, por un costo de 600 pesos, a partir de las dos de la tarde hasta las siete y media de la noche. Hay más informes al 981 6223. Estas sesiones estarán hasta este viernes 23, para recabar fondos y apoyar a sus huéspedes permanentes.

También para captar recursos y continuar su lucha contra la depresión, a partir de mañana, en Fundación Mapa, habrá sesiones de acupuntura y auriculopuntura con Luis Vargas, hasta el sábado 24, desde las nueve de la mañana. El costo por sesión es de 450 pesos y para más informes, puede llamar al 910 3583.

Instituciones como estas, así como hay más en el puerto, aportan su granito de arena para resolver las problemáticas que se viven en la comunidad, que van más allá de las diferencias de género, pues tanto mujeres y hombres se unen para sacar adelante estas causas nobles.

 

Correo: algo_maz@hotmail.com

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