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"Claudia afirma sentirse feliz por cumplir 25 años de dar su ‘sí’ a la vida religiosa"

"La religiosa celebra en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario su cuarto de siglo de servir a Cristo"

EL ROSARIO._ Para Claudia Elena Barrón Hernández una señal bastó para saber que quería ser religiosa y esposa de Cristo, comentó con alegría al celebrar sus bodas de plata por 25 años de profesión religiosa.

Como hija de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, los fieles católicos se unieron a la celebración de su vida consagrada.

“A los cuatro años vi a la primera religiosa en Mazatlán, desde ese momento yo dije, ‘quiero ser como ella’; desde entonces se quedó esa chispita que se acrecentó cuando llegaron las madres a fundar el colegio aquí (Rosario)”, dijo.

Precisó que al acudir al catecismo con las religiosas de “Familia Corde Jesu”, quienes acababan de llegar a esta ciudad, en su alegría vio resurgir la inquietud del llamado a la vida consagrada.

Con 16 años en pleno proceso discernimiento, asegura que sintió el deseo de iniciar su formación en la congregación que aún trabaja en la ciudad, pero temía que todo fuera una ilusión y no vocación verdadera, por lo que pidió a Dios una señal.

“En misa le pedía una prueba que si Él me llamaba, y no todo fuera una ilusión, por lo que le pedí que el señor cura cuando comulgara me diera tres hostias o más de una”, expuso.

A llegar el momento de la comunión, recordó con emoción que el párroco quien no hablaba, luego de acomodar tres formas u hostias le dijo “niña”, por lo que volteo a ver al sacerdote entendió la respuesta, dada a su emoción con dificultad llegó a la banca

La religiosa, señaló que aquella era su respuesta que le dio la fuerza necesaria para decirle a sus padres Jorge Barrón y María Hernández, pues al ser tan joven tendría que dejar su hogar para ir a Irapuato, Guanajuato, donde está la casa central de la congregación a la que anhelaba ingresar.

“Tomé fuerzas para enfrentar a mi mamá aunque le daba gusto pero se resistía... Dios no se hace sordo sale a tu encuentro, eso lo entendí después”, indicó la religiosas.

Comentó que todo parecía complicarse, al manifestarle su hermana Camina, un año menor que ella, que también deseaba ingresar a la vida religiosa, pero al ser mayor le pidió que estudiara la preparatoria y así sus padres podrían asimilarlo.

Las pruebas, expuso no se hicieron esperar, pues al año cuatro meses de ingresar e iniciar su formación ya como novicia murió su papá, a quien tenía un profundo amor filial, por lo que al acudir al funeral sus compañeras creyeron no regresaría.

Luego de tres años y de pasar por el postulantado y noviciado, llegaron sus primeros votos, y con esto fue asignada al colegio en la comunidad de Carlos A. Carrillo, en el estado de Veracruz, como maestra auxiliar pero posteriormente fue titular.

“Lo más difícil es la vivencia de nuestros votos, de la vivencia de nuestros votos está la obediencia, porque aunque puedo administrar mi vida hay alguien que la tiene que administrar (La superiora)”, reconoció.

“Es una aprender a caminar con Cristo en la vivencia del apostolado, es una donación donde muchas veces encuentra muchas alegría y algunas tristezas”.

Para cumplir su función como maestra, tras sus votos perpetuos se convirtió en Licenciada en Educación, y Maestría en Educación Superior, por lo que se ha desempeñado como maestra y directora en distintos colegios de la República, y a pesar de que su hermana ya es también religiosa, no han coincidido en casas donde realizan su apostolado.

Una prueba que no ha sido nada fácil es ser asignada a su tierra, al citar el dicho que reza que nadie es profeta en su tierra, pero lo aceptó en cumplimiento a la obediencia.

Reconoció que ha habido momentos donde la cruz, pero en la capilla encuentra el descanso, ya que su vocación ha sido como un desposorio espiritual, y es Jesús quien le ha dado las fuerzas desde la presencia real de la eucaristía.

Agradeció a Dios por estos 25 años de vida consagrada, donde ha sido un mirar a tras por todo lo que le ha tocado vivir, lo bueno y malo, así como el futuro anhelando vivir con mayor radicalidad, es decir con apego a los votos y sin apegos del mundo.

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