"Comienza la leyenda: bendicen camino de El Buto a la vida eterna"

"Luego de una misa de cuerpo presente y al son de la cumbia que le compusieron, El Buto fue sepultado ante el acompañamiento de algunas cuantas personas"

MAZATLÁN._“Por ser hermano nuestro e hijo de Dios”, el padre Amador Campos Serrano pidió por el eterno descanso de Luis Aburto López Pérez, más conocido por todos los mazatlecos como El Buto.

En la misa de cuerpo presente, que tuvo lugar en la iglesia de San Judas Tadeo, el sacerdote recordó que El Buto era un personaje que de alguna manera pasará a la historia del puerto, como aquel hombre que deambulaba solitario por las calles en sus cuatro extremidades, mientras fumaba su cigarro y su vida era un misterio para todos. Pero más que un personaje, resaltó, era un ser humano.

Personal del Ayuntamiento vela a El Buto

“Los que vivimos aquí siempre lo recordaremos cuando andaba por las calles del centro, en el mercado, a su manera nos deja un mensaje de que todos podemos convivir y ayudar a nuestros hermanos”, expresó ante cerca de medio centenar de personas que acudieron a darle el último adiós.

Fallece El Buto, personaje de calle ícono de Mazatlán

Momentos antes el cuerpo de Luis Aburto, quien falleció el pasado viernes por la noche de una neumonía, arribó al templo acompañado de una caravana compuesta por una blanca carroza, una auriga y una pulmonía, vehículos típicos porteños.

Afuera de la iglesia, a todo volumen sonaba la cumbia compuesta por Osbaldo Cordero: “Voy a cantarles amigos la cumbia de un indigente, no crean que es una broma ni una historia solamente...El Buto, El Buto, El Buto que a gatas viene, así se desplaza porque caminar no puede...”

Al finalizar la ceremonia religiosa, las mujeres presentes entonaban su canción y le dedicaban aplausos. Lamentaron que a pesar de tanto “argüende” en las redes sociales, muy pocos asistieron a sus exequias.

“El Buto era familiar de todo Mazatlán y todo Mazatlán era su familia”, manifestó Antonia, vecina del Centro Histórico, poco antes de partir el cortejo hacia el panteón Renacimiento II, ubicado hacia la salida sur.

Una vez en el camposanto, Brenda Meza Chávez y otras dolientes colocaron un disco compacto, unos cigarros, unas llaves que siempre cuidaba y rosas de distintos colores.

“Todos los vecinos del centro lo recordamos, fue un gran personaje que vimos desde siempre, primero de niños nos asustaba, y de grandes nos asustaba pero ahora porque nos quería agarrar las piernas”, dijo Brenda mientras se reía.

Otra de sus familiares adoptivos relató que El Buto era un ejemplo de fuerza porque, a pesar de encontrarse en situación de calle vivió más de 80 años y disfrutó de la vida.

Recordó que pasó sus últimos años en el albergue Una Gota en el Océano, junto a otras personas de la tercera edad que no tenían a nadie que cuidara de ellos.

Mientras bajaba el ataúd hacia el fondo de la Tierra, Osbaldo Cordero entonó la cumbia que escribió hace unos 15 años: “El Buto, El Buto... Alegre se pone El Buto”.

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