La eximia soprano mexicana Ángela Peralta llegó a Mazatlán hace 137 años con la certeza de montar dos óperas en el teatro que hoy lleva su nombre: Lucia de Lamermmor y El Trovador, que apenas 30 años atrás había creado Giuseppe Verdi en Italia.
Para 1883 año en que llegó la cantante al puerto, esa ópera ya era parte importante del repertorio mundial, pero la peste bubónica impidió que se estrenará El Trovador en Mazatlán y además, mató a la famosa cantante.
En 2017 Enrique Patrón de Rueda consiguió que este proyecto pospuesto más de un siglo se hiciera realidad, el público porteño pudo tener la experiencia de vivir lo sublime del amor y el profundo odio que se conjugan en El Trovador para estremecer a los que la escuchan.
Y este sábado, a través de Cultura Tv, se transmitió esa producción mazatleca por Facebook, donde las melodías y su sonido estremecieron a los espectadores de nuevo; los duetos, las arias, el coro, los tercetos, los concertantes en los que se unen solistas, coro y orquesta ofrecen momentos sonoros monumentales.
La opulencia del sonido contrastó con la lúgubre historia de amor en la que se mezcla en un caldero pasiones humanas: venganza, deseo carnal, celos, teniendo al fuego que crepita alrededor de toda la obra como un símbolo que deslumbra por su belleza, pero también destruye creando la oscuridad del sufrimiento y el dolor del alma.
Patrón de Rueda sacó adelante musicalmente la obra, hizo que la Camerata sonara como Verdi lo planeó, dibujó cada una de las pasiones humanas con música, exigiendo la sutileza de los sonidos suaves, lentos, pero también la monumentalidad sonora con la que se representa la venganza y el odio.
El “Coro de Herreros” fue memorable, y el que revela la trágica historia de la bruja y el niño quemados es inquietante, su belleza quita la respiración.
La escenografía fue una metáfora que se conjugó orgánicamente a la historia, fue evolucionando con la acción del intrincado drama que se construyó frente a los espectadores.
La tragedia se va dibujando con sonidos, se va complejizando cada minuto que avanza la obra hasta llegar al clímax que forma una llamarada de emociones para terminar con el grito de la venganza y triunfo de Azucena y uno más, pero éste de dolor del Conde de Luna que se da cuenta que asesinó a su añorado y querido hermano.
La belleza de la primera escena tuvo a la Luna como protagonista, una enorme escalera blanca que ocupó una cuarta parte del escenario. A un lado el coro, que adornó sus cuellos con gorgueras al estilo de la corte española del Siglo 17.
En el cuarto acto la escalera ocupa la totalidad del escenario, es asfixiante visualmente igual que la historia, crearon así una coherencia estética que contribuyó para subrayar la tragedia.
SOBRE LA OBRA
El Trovador es como una gala de high ligths de ópera, cada acto tiene una, dos o tres arias, duetos, o tercetos, y algunas grandes intervenciones del coro, todos arrebatan por el sonido, construidos con un alto grado de dificultad técnica, por las florituras, por la monumentalidad del sonido.
Si tu respuesta es sí, te invitamos a suscribirte por solo $100 pesos al mes y apoyar el periodismo que hacemos para ti con el objetivo de hacer de Sinaloa un mejor lugar para vivir. Haz click AQUÍ.