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"Antiqvua Metrópoli"

"Conquistan a mazatlecos con música del Virreinato"

"Ofrece exitoso concierto en el TAP"

La atmósfera sonora novohispana se instaló en el Teatro Ángela Peralta, la conquista en 1520 llegó a México no solo con armas y violencia, también los espíritus fueron seducidos con música, pintura, teatro y escultura, una muestra de la música cargada de alegría y humor con la que se consiguió la conquista de México se interpretó en el foro porteño y consiguió adueñarse de los espíritus de los patasaladas del Siglo 21 que asistieron al concierto que ofreció el grupo de música Antiqvua Metrópoli.

La música y las canciones que se tocaban y cantaban en los templos, a donde asistieron los nativos del Imperio Azteca, sojuzgado por España, se interpretaba en náhuatl.

La agrupación musical abrió el concierto con la pieza “Dios Itlazohnantzine”, escrita en 1599, por Hernando Franco, es una oración a la Virgen de Guadalupe, cantada en náhuatl.

La sencillez de la estructura de la música barroca de la Nueva España, la hace atractiva a los oídos poco entrenados, el ritmo es atractivo, muchas de las piezas son aceleradas y alegremente cadenciosas, tiene matices que se acercan a las músicas de los esclavos traídos desde África y de la refinada música del Reino del Al Andalus, los árabes estuvieron ocho siglos en la Península Ibérica y consolidaron un desarrollo más brillante que el de la música del Reino de Castilla, el propiamente español y se impuso en toda la región.

“Esta música se tocaba en las principales catedrales de México, la de Puebla y de Oaxaca, fue encontrada en los archivos de esos edificios, también en el acervo Sánchez Garza que el Cenidi, a través de sus investigadores han rescatado, nosotros las retomamos de esas investigaciones, las partituras se encontraron en los archivos de muchos de esos templos”, comentó el director de Antiqva Metrópoli, Juan Luis Mátuz.

“Escogimos estas piezas para que el público conozca la tradición musical más antigua de México, es muy importante dar a conocer este repertorio porque debe ser parte de nuestra identidad, son piezas de la primera etapa del Virreinato, es poco programada por las agrupaciones que tocan música barroca y como vieron, entusiasma mucho al público”.

Con una rica dotación de instrumentos: violín, violonchelo, guitarra barroca, flautas de pico, clavecín, percusiones y cinco voces de todos los registros consiguen recobrar para los oídos del Siglo 21 la alegría de la música creada en México, en los Siglo 16 y 17.

La vehemencia con la que los músicos y los cantantes interpretan y llevan el acelerado ritmo se traslada a sus cuerpos, que se convierten en caja de resonancia que contagia al auditorio con su movimiento.

Algunas de las letras de las canciones están cargadas de humor, por ejemplo, narran el pecado original de Adán y Eva diciendo: “Y por un bocado todos fueron condenados”.

Todas las canciones tienen temas religiosos, se trataba de que los indígenas que eran analfabetas aprendieran las historias sagradas y la vida religiosa, a través de las letras: “Si de amor la vida fragua, tarará, qui yo soy Antón, a la jacara, jacarilla”.

También cantaron villancicos con los que se celebraba el nacimiento del redentor en la Natividad: “¿Quieres pastorcillo?, Serenísima una noche, a fe zagala”, entre otras

La riqueza del contrapunto en las voces enriqueció la sonoridad conseguida por la agrupación, dándole una exquisita textura que con su juego de sonidos sedujo los oídos, igual que conquistó los de los nativos originales de las tierras de la Nueva España hace ya más de 300 años.

 

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