Pbro. José MartÃnez ColÃn
1) Para saber
El primer dÃa de enero, el Papa nos envió sus felicitaciones y deseos para que este nuevo año sea para todos sereno y fecundo, encomendándolo a la protección celestial de la Virgen.
Continuaba diciéndonos el Papa que “en el nombre de MarÃa, madre de Dios y de los hombres, desde hace 40 años se celebra el primer dÃa del año la Jornada Mundial de la Paz”. El tema que escogió fue: "Familia humana, comunidad de Paz". Pues el mismo amor que mantiene unida a la familia, favorece las relaciones de solidaridad y de colaboración entre los pueblos de la tierra.
2) Para pensar
La importancia de la familia es primordial y el tiempo dedicado a ella es el mejor invertido. Un relato nos puede ayudar a reflexionar.
"Papi, ¿cuánto ganas por hora?” asà le preguntaba con voz tÃmida un pequeño cuando recibÃa a su padre que llegó muy tarde de su trabajo. Todos se habÃan ido a dormir, pero el hijo pequeño quiso esperarlo. El padre dio un gesto severo al niño y repuso: “Mira, hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes que estoy cansado”. Pero el hijo no se dio por vencido: “Pero papi, dime por favor, ¿cuánto ganas por una hora?” La reacción del padre fue menos severa y sólo contestó: “Como unos mil la hora”. El hijo, después de pensar un poco le pidió: “¿Me podrÃas prestar 500?”. El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al pequeño le dijo: “Asà que esa era la razón de saber lo que gano. Vete a dormir, no me molestes más”.
HabÃa caÃdo la noche, el padre no podÃa dormir y meditando lo sucedido se sentÃa culpable. HabÃan pasado varias semanas o meses y no habÃa platicado con su hijo. Tal vez su hijo tenÃa una necesidad que desconocÃa. Queriendo descargar su conciencia dolida se asomó al cuarto de su hijo: “¿Ya te dormiste, hijo?” Medio dormido y entresueños le respondió: "No, dime papi". El papá sacó el dinero de su cartera y le dijo "Aquà tienes el dinero que pediste". El pequeño radiante de alegrÃa le agradeció a su papá: "Muchas gracias papi", y metiendo su manita bajo la almohada sacó otros billetes diciéndole "Ahora ya completé papi, tengo mil, ¿me podrÃas vender mañana una hora de tu tiempo?”.
3) Para vivir
En ocasiones podemos darle mayor importancia a otras actividades descuidando la vida familiar. No sólo los padres, sino también los hijos, sobre todo conforme van creciendo, pueden descuidar esta vida familiar.
El Papa nos recuerda que si la familia goza de “buena salud”, ello repercute en la sociedad y en la paz. Si queremos que la sociedad viva en paz, es preciso que en cada familia se esfuerce en vivir en armonÃa y paz. Si se obstaculiza la institución familiar, dice el Papa, hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal "agencia" de paz.
Todo lo que ataque la familia: la violencia, el divorcio, peleas, familias mal constituidas, etcétera, propician un mundo violento. Por este motivo la Iglesia está comprometida en la defensa y promoción de la intrÃnseca dignidad del estado matrimonial y el valor eximio del matrimonio y de la familia.
El Papa nos invita a que cada quien asuma su responsabilidad ante Dios, y lograr una auténtica comunidad de paz. Y todos podemos contribuir a ello.
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