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"LITERATURA"

"Cuenta historias emocionantes a los niños"

"Desde hace siete años Juan Carlos Núñez se ha desarrollado como cuentacuentos"

Toda la emoción que los libros causaban en él cuando era pequeño, la comparte ahora Juan Carlos Núñez con los niños sinaloenses.

Historias de gigantes, de malvadas señoras que maltratan a los niños, de pequeñas que a todo le dicen No, de leones y ratones, de viajes y colores las cuenta en distintos foros desde hace más de siete años.

La magia de los cuentos y el escenario han llenado no solo su vida, sino la de muchos espectadores que lo escuchan.

Y es que, contar historias a los niños lo llena.

"Las historias les dan libertad, criterio propio, ellos son capaces de interpretar las historias, porque yo no influyo en ellos nunca. Al encontrarse con los libros a esta edad representa un futuro muy próspero porque se van a convertir en lectores, van a desarrollar su vocabulario, su manera de pensar, van a ser autocríticos".

 

Sus primeros libros

Desde que estudiaba primaria, Juan Carlos amaba el libro de español lecturas. Si el maestro preguntaba si alguien quería leer, era el primero en levantar la mano.

"Desde que tengo uso de razón, cuando me daban los libros de la primaria me sentía emocionado, me iba a los libros de cuentos, español lecturas, recuerdo el cuento El niño, el viejo y el burro, creo que me lo encontré en tercero o cuarto, y siempre que alguien cuando decían quién quiere leer, yo", recuerda.

"Fue como un gusto y me hice muy buen lector en la primaria. En secundaria me hice inseguro. Me costaba trabajo leer, no me atraía leer en voz alta, fue una etapa en la adolescencia que fui tímido".

Pero en tercero de secundaria empezó a interesarse en arte de manera seria. Se hizo bailarín y en la Cruz de Elota, de donde es originario, ayudaba en los montajes de pastorelas de la iglesia.

Al llegar a Culiacán, tuvo el firme propósito de hacerse escritor. Se inscribió en la carrera de Filosofía, pero a los dos dos años, se abrió la carrera semiescolarizada de periodismo, que se le facilitó más porque trabajaba.

"A la par estuve en el grupo Folclórico Sinaloense, que dirige Olimpia Chávez, con ellos fui a Europa, en 2006, y además daba clases de teatro en el Cobaes", recuerda.

"En eso se abrió la licenciatura en teatro, cuando me iba a la gira, volví y alcancé a inscribirme e ir al propedéutico, mi idea era seguir dando clases".

 

De repartir volantes a contar historias

La sencillez y la humildad de Juan Carlos le ha abierto puertas. Jamás ha dicho que no a un trabajo que le represente algún ingreso.

"Yo era de esos chavos que me hablaban y me decían 'oye necesito tumbar una pared', y yo '¡sale!'", asegura.

Al Tatuas y a la SAS les ha ayudado a pegar posters, a repartir volantes. Luego se metió de edecán y Karina Soltero lo invitó a hacer actividades de fomento a la lectura.

"Y me gustó, organizamos una primera feria del libro en Forum, ahí conocí a Raúl Quiroz, y dijo este chavo trabaja por poquito dinero, hicimos click me habló de Salas de Lectura".

Encaminado en la licenciatura en Teatro e involucrado en las Salas de Lectura, Juan Carlos empezó a adquirir habilidades, como la de contar cuentos dramatizados en escuelas y en la radio.

Como Salas de Lectura tenía un programa en Radio Sinaloa, pero un día se le acabaron los temas y propuso leer un cuento. Lo aceptaron. A la siguiente semana propuso otro y luego otro. Y la gente empezó a llamar para decir qué padre que habían metido a los cuentacuentos.

"Eso fue casi accidental, pero fui agarrando habilidad en la radio, y de repente tuvimos eventos en salas de lectura y yo me lanzaba a leer".

Al principio le daba miedo leer en voz alta pero poco a poco fue ganando terreno como cuentacuentos, porque, dice, no hay una profesión que enseñe ni que se pueda estudiar como tal.

"Creo que definitivamente el teatro me permitió encontrarme nuevamente con los libros desde otro ángulo y terminó con mi timidez, este miedo que tenía a leer en voz alta, a dramatizar los personajes".

A la conquista de los niños

Su trabajo como cuentacuentos poco a poco se ha ido recomendando, cuando menos lo esperaba, ya estaba en escuelas, en eventos e incluso dando conferencias.

Hubo una que hizo interactiva y fue sobre la lectura, y al escucharla alguien de la Librería México, le abrió el espacio del área infantil, donde cada sábado, a las 11:00 horas, cuenta cuentos.

Con el programa Salas de Lectura creó el espectáculo Contando cuentos con Karel y Karely, con el que fue a Colombia y al Festival de Cleta.

Una vez fue a Perú y como un grupo no llegó, él salió a la escena con sus libros. Lo invitaron a compartir historias en un programa de radio de Colombia y mandó grabaciones de sus lecturas.

Pero lo que más ama de este tipo de actividades es llegar a los niños.

"Cuando logras que un niño te aplauda por lo que estás haciendo, implican muchas cosas. Significa que le gustó, que te puso atención, que comprendió la historia, que no te interrumpió, que estuvo atento, que le gusta venir, que disfruta, que se va enamorando de los libros", advierte.

"Cada sábado que vengo a leerles, implica un detenimiento, qué cuentos voy a contar, cuáles ya leí... se han acostumbrado a un grado de exigencia y no me puedo equivocar", dice.

"Me llama mucho la atención cuando un niño que no me conozca se acerca y me abraza. Todo lo que tiene que pasar en un niño para que le provoques un abrazo, eso me parece muy padre, o cuando dicen que quieren otro cuento y ya llevan 10".

Y así ocurre esa tarde el Librería México, un cuento y otro y otro más y los niños siguen pidiendo otro. Al final les promete uno de gigantes para la siguiente semana.

 

Su cuento favorito:

Tengo muchos favoritos, cada uno tiene un sello, cada libro te toca distinto, elegir un favorito es complicado.

 

El favorito de los niños:

La peor señora del mundo, es un libro claro, El león y el ratón.

 

Los cuentos mejores para contar:

A mí los que más me gustan son los que puedo hacer voces, los que más disfruto.. y eso atrapa a los niños, cuando puedo hacer cinco voces al mismo tiempo.

 

El libro que lo ha marcado:

El viejo y el burro, porque desde chiquito me di cuenta, que la gente quiere influir en lo que uno hace... deberías hacer esto, o lo otro, a la gente nunca le vas a dar gusto y lo único que tiene que hacer es seguir.

 

 

 

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