"Degusta familia de Escuinapa los sabores de los que se adelantaron en el camino"

ESCUINAPA._ Las comidas preferidas de sus seres queridos se sirvieron en la mesa de la familia Inda, en la celebración del Día de Muertos.

Una tradición que llegó hace 24 años, cuando José Ignacio murió, el primer miembro de la familia en ser parte de la cripta familiar.

El dolor hacía que su abuelita María Rojas Ruezgas lo visitara en el camposanto cada lunes y reuniera a la familia los día 2 de noviembre.

Hace tres años, doña María se reunió con su nieto y la tradición de acudir al cementerio se fortaleció, hoy son dos seres queridos a los que acuden a acompañar.

"Nos hace mucha falta mi abuelita, pero con ella aprendimos que aquí en el panteón está un pedacito de nosotros, porque cada uno de esos pedacitos forma la familia, está mi hermano y ahora mi abuelita", relató Carmelina Inda.

Si hace 24 años enfrentar la muerte trágica de un hermano fue difícil, recordar que la matriarca se fue también sigue siendo difícil, nostálgico y doloroso, aunque el ciclo biológico por la edad se haya cumplido.

Van a pasar el día y las anécdotas no paran, de aquellas señoras que se encontraban los lunes y que hoy extrañan a Doña María.

Entre ellos de cómo la abuela se rehusaba a irse temprano los 2 de noviembre, quería prolongar ese espacio de tiempo con Ignacio.

"Ella quería estar todo el día y más, decía un ratito más, venía cada ocho días pero el Día de Muertos era estar el mayor tiempo posible", señala Blanca Inda.

Ellos ahora la entienden, también quieren prolongar el tiempo ahí, recordándolos, desayunando los tacos dorados de camarón, comiendo los tamales de camarón, pollo o camarón barbón, el ceviche o la ensalada.

Cantando, compartiendo con vecinos, prolongando el amor que dejaron, extrañándolos y diciéndoles que ellos siguen siendo ese "pedacito" que hace falta a su familia, que quedó como un rompecabezas incompleto desde su partida.