"Día del Bombero: Satisfacción de héroe"

"Bomberos han cancelado eventos familiares y trabajos personales con tal de ayudar a quien más los necesita; al sonar la alarma de emergencia ellos siempre están dispuestos a apoyar a la sociedad, aunque saben que arriesgan sus vidas, al final les queda la satisfacción de que salvaron vidas o apagaron incendios"

MAZATLÁN._ Sólo tienen un suspiro para ponerse el equipo de 25 kilogramos, luego se suben al camión que tiene la bandera canadiense dibujada en un costado, y empieza una rápida carrera de obstáculos donde sus oponentes, muchas veces, son los otros conductores al bloquearles el paso.

Son mexicanos, viven en Mazatlán y son bomberos. Y esta, es la historia de dos de sus elementos para conmemorar una vez más el Día del Bombero.

Aunque la pobreza en el cuerpo de salvamento es menor que antes, todavía son indispensable los equipos y vehículos donados del extranjero. ¿Y el respeto de la ciudadanía? Ese sigue igual: todos les aplauden.

Alexis, el niño que saludaba a los bomberos

Alexis Gómez cumplió su sueño de ser Bombero y ahora brinda ayuda a quien más lo necesita.

 

El recuerdo es de muchos años atrás pero lo guarda en un buen lugar de su memoria. Era niño, viajaba en un camión urbano y saludaba a los bomberos desde la ventana. Su historia comienza así, saludando a los héroes.

“Como todo niño, desde chiquito deseaba ser bombero, policía, todo eso, y los soldados también, corría a saludarlos, iba en el camión y les sacaba la mano para saludarlos. Les decía ‘adiós, bomberos, adiós’, hasta que se iban”, recuerda.

La admiración no se había esfumado al recibir la credencial de elector, y fue entonces cuando decidió convertirse en un héroe que ahora saludara niños. Al día de hoy, Alexis Gómez suma 6 años en el Cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán, su grado es bombero de primera, y si se le pregunta dónde vive, responde que en la estación de Villa Florida.

¿Por qué le gusta ser bombero? Dice que en primer lugar por servir a la gente, y en segundo, la adrenalina.

Él forma parte de los hombres que apagan los incendios de las casas y los edificios, los lotes baldíos, los que entran a los vehículos a rescatar gente prensada y aún gritando de dolor, los que interrumpen sus horas de sueño para ponerse un casco.

César Octavio Pineda Soto dice que le gusta ser Bombero para servir a la sociedad.

 

Sabe que cuando suena la alarma podría no regresar a la estación nunca más. Pero ese es el riesgo de ser un héroe.

No tiene hijos, pero sí una novia a quien ha tenido que cancelarle salidas por atender un servicio. Y ese, también es un riesgo.

“Nosotros somos ya las nuevas generaciones, los que estamos al pie del cañón, a mí me tocó que me enseñaran y ahora me toca enseñar”, dice.

¿Por qué te gusta servir a la gente?

“Yo siempre he sido así, mis padres y mis abuelos me inculcaron eso, siempre les he dado prioridad a lo que me enseñaron”.

Ahora, cuando en el camión de bomberos un niño lo saluda desde la calle, no duda en regresarle el saludo porque recuerda que alguna vez los bomberos los inspiraron, y él quiere, debajo de un casco y detrás de un uniforme que lo protege un poco del fuego, inspirar a otros.

 

Que mi tiempo sirva de algo: César Octavio

La historia de héroe de César Octavio Pineda Soto no comenzó en el Cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán, sino en la Comisión Nacional de Emergencias, abordo de ambulancias. Pero eso no era lo único que hacía en el día.

Hoy, el hombre de 42 años de edad, recuerda que desde aquel momento quería que su tiempo sirviera de algo, y cuando terminaba su trabajo como conductor de camiones urbanos, se iba a los cuerpos de rescate a hacer lo que en verdad le gustaba: ayudar y sentir la adrenalina.

Él es uno de los pocos “tragahumos” de paga quincenal y tiempo completo, aunque le tocaron años en que sólo recibía un “gracias” y el reconocimiento moral por su desempeño.

“Aprendes muchas cosas aquí y con eso puedes servirle a la gente. Me gusta estar por servir a la sociedad, por hacer algo bueno, que tu tiempo sirva de algo, quise que mi tiempo sirva de algo”.

“Y la adrenalina, todo eso. Decimos ‘sí, nos gusta ayudar a la gente’, y sí, nos gusta ayudar, pero también nos gusta el riesgo, la adrenalina, es parte de estar aquí”.

A César Octavio le ha tocado ver gente carbonizada, sacar prensados en los coches, él intentó también rescatar a las dos niñas del deslave en la Colonia Urías.

“Esto es como cuando te subes a una montaña rusa, y siempre dices ‘vamos a entrarle, a ver qué onda’, y esto es así, nunca sabes qué te puedes encontrar, te imaginas lo peor, porque nos entrenan para estar preparados para todo”.

Dice que además del riesgo, otro sacrificio por hacer aquello que le gusta es la familia, a quienes se desplazada en tiempo muchas ocasiones.

En ocasiones, cuando le toca salvar la vida a alguien, la gente le quiere regalar dinero, pero no se trata de dinero, dice el héroe, sino de sentirse bien con uno mismo, que contribuye al mundo.

 

“Nosotros somos ya las nuevas generaciones, los que estamos al pie del cañón, a mí me tocó que me enseñaran y ahora me toca enseñar”.

Alexis Gómez

Elemento del Cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán

“Aprendes muchas cosas aquí y con eso puedes servirle a la gente. Me gusta estar por servir a la sociedad, por hacer algo bueno, que tu tiempo sirva de algo, quise que mi tiempo sirva de algo”.

César Octavio Pineda Soto

Elemento del Cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán

 

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