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"Columna semanal"

"EDUCACIÓN EN LA FAMILIA: Desasosiego, el estado en que nos encontramos"

"Las crisis son buenas, zarandean y espabilan, ayudan a crecer"
EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

Quién más, quién menos, es el estado en que nos encontramos todos en el País y el mundo, con el estómago fruncido por el miedo al virus y a cómo mantener a la familia, no supimos ni cómo y de repente aquí estamos, metidos en dos crisis de proporciones que no alcanzamos a ver claramente, solo que son graves y a saber cuánto durarán.

Cambiamos nuestras rutinas por donde nos manejábamos cómodamente, como por instrumentos en el corre, corre de diario, muy acomodados y sin crecer.

Eventualmente saldremos, nada dura para siempre, no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo soporte, pero depende de nosotros cómo saldremos, si crecimos o las desperdiciamos.

En principio, las crisis son buenas, zarandean y espabilan, ayudan a crecer, está claro que esto es algo inédito en la historia de la humanidad, dos graves juntas y por cuánto tiempo, quién sabe, el hecho es que aquí estamos, ni para dónde hacernos, ahora sí, literal, o te aclimatas o te aclimueres, y no queremos morir, por lo menos hay qué hacer el intento.

Entonces, si aquí nos tocó vivir, ¿cómo vamos a vivir el tiempo que dure la contingencia?, quizá de repente pensamos: ¡vacaciones! y con una semana ya nos dimos cuenta que no tiene nada de vacación. Primero, por estar con el ánimo descompuesto y después porque hay más trabajo y nada de ayudas.

No logramos ubicar lo que debemos hacer con el tiempo disponible, horarios, tareas y la cabeza en otra parte, distraídos y además, chocando con los otros miembros de la familia, todos juntos, hay más convivencia, pero también más roces y menos paciencia.

Como siempre, lo que se ocupa es parar, sentarse, pensar y entonces decidir qué es prioridad, qué es eso a lo que no le llegábamos por trabajo y compromisos de cualquier índole y es importante aprovechar la circunstancia y compartir lo decidido entre los adultos.

A mí se me ocurre que recuperar la convivencia familiar y ahora sí dejar los aparatitos, utilizarlos con horario, para que nadie se pueda escabullir de hacer cosas juntos, para principiar platicar entre todos, entre esposos, con los hijos, con cada uno, jugar, jugar y jugar, reír y reír, hacer cosas juntos: como decorar la casa o la recámara de los niños, hacer rompecabezas, galletas, el desayuno, manualidades y claro, las tareas de la escuela, porque no son vacaciones, requerirá paciencia.

Pero además de hacer cosas juntos, hay que enseñar virtudes o valores, como les quieran llamar, esos que estamos notando que están haciendo falta en el País, como la empatía.

Que aprendan a pensar en los demás y ponerse en su lugar, porque muchos están en peligro, porque no tienen agua para estarse lavando, porque no tienen un lugar dónde guardarse y si lo tienen, muchos viven en dos cuartos.

Muchos son los que comen de lo que logran vender o trabajar en el día y si dejan de vender u otro trabajo, no tienen comida qué llevar a su casa, que piensen e inventen de qué manera se les puede ayudar a los más cercanos por lo menos.

Oportunidad de vivir la generosidad, no se tratará de meterles miedo, pero sí que se enteren que se viven situaciones difíciles para todos, incluidos ellos, y ellos tienen que poner de su parte y dejarse de exigencia y quejumbres.

Sería vivir la humildad: “no merezco trato especial” porque soy igual a todos.

Es oportunidad de vivir el orden y la laboriosidad, que lo que utilicen, al final quede en su lugar y en buenas condiciones; que tengan tareas asignadas en la casa, además de las de la escuela.

Que si se empeñan, no es para durar todo el día, por estar papando moscas, distrayéndose con cualquier cosa, hay hijos que así son, distraídos es su condición, pero entonces deben, con nuestra ayuda, encontrar los mecanismos que les ayuden.

Existen técnicas, es cosa de buscar en Internet, inventarse trucos para recoger la atención, el asunto es que es importante para chicos y grandes saber estar en lo que se está, bien ubicado en lo que se hace para terminar bien y pronto.

Pero más importante, por respeto a los demás, a cada persona, para eso se tienen que tener claras las prioridades, si mi hijo está acongojado y necesita hablar conmigo, no puedo decirle: “habla, te estoy escuchando y sigo sacudiendo o barriendo, está claro que es más importante hablar con el hijo, a quitar el polvo, y le debo toda mi atención.

Que les sea leve el encierro, lo logren lo mejor posible, se lo tomen en serio, con paciencia y provecho, porque va para largo, ahora sí que todos los días son lunes o domingos, el que les guste, son iguales.

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