"El uso de los cubrebocas llega a Culiacán con el primer caso de coronavirus"

José Abraham Sanz / Belém Angulo

CULIACÁN._ Frente al hotel más popular del sector Tres Ríos, un joven empleado de un edificio cercano cruza una calle con un cubrebocas azul cielo brillante que contrasta con su piel.

Ya dentro del edificio, otra empleada pregunta a quienes suben al ascensor -para valorar si es capaz de compartir el espacio tan reducido, si han visitado antes el hotel.

La sicosis por la llamada pandemia mundial, que llegó a Culiacán con un paciente que arribó vía aérea desde el mediodía del jueves y se aisló en este hotel, ha comenzado a expandirse por la ciudad, junto al rumor.

“A ver cómo nos va con esta pinche enfermedad... A ver cómo se pone; pero está cabrón”, señala un joven que platica con dos vigilantes en la pluma del estacionamiento del centro comercial contiguo.

Por ello es que ya parece común, al mediodía de este viernes, encontrarse en la calle con personas que portan lo que se ha convertido en una figura icónica de esta pandemia, y que en Culiacán sólo se veía en las imágenes de noticias internacionales por televisión e internet.

Ha sido común encontrarse a personas jóvenes, la mayoría empleados de empresas cercanas al sector donde su ubica el hotel, o en las calles cercanas a la ciudad, cubriéndose la boca. Un estornudo ocasional ya se vuelve un motivo de broma o burla nerviosa por el tema.

Esta mañana, la Secretaría de Salud confirmó que dos pasajeros arribaron a Culiacán después de hacer escala en Guadalajara, uno de ellos dio positivo y presenta síntomas, mientras que el segundo dio negativo la primera prueba, pero sigue en revisión.

En la plaza comercial junto a dicho hotel del Tres Ríos, la necesidad de adquirir un cubrebocas se hizo presente desde temprano. Las farmacias del mismo centro agotaron los pocos ejemplares que tenían a la venta, de acuerdo a los empleados.

Cajeras y auxiliares de una tienda de autoservicios al cruzar la calle también portan el cubrebocas atendiendo una solicitud administrativa.

“Vale más”, le dice una cajera a otra, mientras se acomoda el cabello y se coloca esta medida de protección.

La misma imagen de los empleados y jóvenes se repite cruzando por el Puente Blanco, por la calle Morelos, ahora convertido un tramo en peatonal, por la venida Álvaro Obregón y en la calle Ángel Flores; estudiantes del Cobaes caminan en grupo con cubrebocas blancas, entre bromas y miradas que se sorprenden.

En las redes sociales también abundan los videos con imágenes que muestran compras de pánico en las tiendas de mayoreo.

Usuarios han confirmado que lo que más se busca son productos de limpieza, como cloro, desinfectantes líquidos para manos y en aerosol para los lugares en común.