"Empeora la depresión en Sinaloa y el gobierno no reacciona"
Gabriel pudo haber muerto por no recibir la atención médica adecuada. La tarde del jueves el hombre de 45 años se lanzó del puente Miguel Hidalgo y cayó encima de un carro. Sobrevivió y luego pasó por dos instituciones de salud antes de ser internado en el Hospital Psiquiátrico de Sinaloa.
De acuerdo con cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en Sinaloa hay 3 mil 780 personas deprimidas. Y durante el 2016 se registraron 165 muertes por suicidio, estadística de la que pudo ser parte Gabriel.
Después de tirarse del puente de la avenida Álvaro Obregón, Gabriel fue trasladado al Hospital General Regional Número 1 del IMSS donde fue valorado y se determinó que su fractura y las escoriaciones por la caída no ponían en riesgo su vida, y al no ser derechohabiente fue trasladado a otro hospital.
Cada hospital general, debe contar con un equipo de psiquiatría o un especialista en la materia quien valore a los pacientes, detalló el psiquiatra, José María Conde Gámez.
Después, Gabriel fue atendido en el Hospital Civil de Culiacán, donde médicos internistas hicieron la valoración psiquiátrica, y al mediodía del viernes el paciente fue trasladado al Hospital Psiquiátrico de Sinaloa.
El 27 de diciembre del 2017 fue publicada la Ley de Salud Mental en Sinaloa. Ahí se establecen las facultades del Estado para tratar el tema y capacitar a la sociedad mediante campañas.
En dicha ley se establece la creación del Instituto Sinaloense de Salud Mental y el Consejo Estatal de Salud Mental.
El Instituto Sinaloense de Salud Mental será un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría y presupuestalmente subordinado a la misma, tendrá las funciones que le sean otorgadas por la presente Ley, y demás disposiciones jurídicas aplicables.
Este tendrá la facultad de elaborar el plan estatal de salud mental, además de diseñar políticas de prevención, educación, promoción y participación ciudadana.
El Consejo Estatal de Salud Mental será un órgano de consulta, coordinación y asesoría del Gobierno del Estado, tiene por objeto planear y programar acciones, así como evaluar los servicios de salud mental pública, social y privada.
Se integrará por el Gobernador, Secretario de Salud, presidentes de colegios de especialistas y académicos.
De acuerdo con el artículo tercero transitorio de la Ley de Salud Mental, la Secretaría de Salud instrumentará acciones conforme al presupuesto establecido en la Ley de Ingresos y Prepuesto de Egresos del 2018.
Noroeste consultó a la Secretaría de Salud para saber sobre dichos organismos que establece la ley, recibiendo como respuesta que no hay un Instituto Sinaloense de la Salud Mental como tal, y que los recursos no se han aplicado por veda electoral. Además de que aún están en tiempos de realizar las acciones.
Mientras tanto los trastornos mentales van en incremento. Según cifras del INEGI en 2014 había una tasa de 86.66 personas deprimidas por cada 100 mil habitantes. Cifra que para el 2016 había incrementado a 125.98 personas por cada 100 mil.
En muertes por suicidio el INEGI registró 111 casos en el 2011 y otras 165 muertes en el 2016.
Falta cultura para la salud mental
José María Conde Gámez, médico psiquiatra en el Hospital Psiquiátrico de Sinaloa, señaló que la sociedad en general desestima la problemática de la salud mental.
En muchas ocasiones creen que es cuestión de “echarle ganas” a la situación para salir adelante, cuando en realidad es un problema clínico que requiere de un especialista.
“Fallamos como sociedad en general para tratar a estas personas”, señaló.
La primera responsabilidad de un paciente con síntomas de depresión es de la familia, sin embargo, el Estado también debe intervenir para el tratamiento del paciente.
Los síntomas de una persona con tendencias suicidas son muy evidentes, y dan señales o lo anuncian con antelación, destacó el médico.
“En todos los casos que he conocido hay señales muy claras que se omitieron o se desestimaron, porque cuando uno tiene un amigo o un familiar en esa situación lo más fácil, es decir, échale ganas, pero eso no es suficiente”, aseveró.
Comentó el especialista que la gente cree que la depresión es un problema de control de emociones, y no acuden a consulta ni toman tratamiento porque se creen capaces de controlar sus sentimientos sin entender que es una condición clínica que necesita atención.
Es una cuestión cultural que aqueja a la sociedad y debe ser erradicada, señaló Conde Gámez.
Casos anteriores
En Mazatlán el 23 de septiembre del 2016 un hombre se arrojó de una antena de la Comisión Federal de Electricidad, después de que intentaran negociar que no se tirara. Los elementos negociadores fracasaron en el intento, culminando con el deceso del hombre.
El 11 de marzo del 2016 una mujer intentó arrojarse del puente peatonal que se encuentra frente al Congreso del Estado. Pero elementos de la Policía Municipal lograron frustrar la acción.
El mismo año, pero el 1 de noviembre, en un puente peatonal de la avenida Pedro Infante un hombre también intentó arrojarse al vacío, pero cuerpos de rescate lograron impedirlo.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
