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"Columna"

"Evangelización, Educación y Cultura; Los monaguillos"

"Columna religiosa"
25/07/2018

Padre Amador Campos Serrano

Traviesos niños, con vestiduras en rojo y blanco, es una figura clásica en estampas de litografías, anunciando los cirios y el vino para las celebraciones de la sagrada liturgia, imágenes en las que se desborda el ingenio infantil en divertidas travesuras, mientras asoma la bonachona figura del sacerdote descubriendo el caos producido por sus ocurrencias.

Estas son imágenes producidas por artistas del arte litográfico, proyectando simpáticas escenas de la agudeza realizada por niños servidores del altar, expresando una tradición: la de quienes en su niñez tuvieron una formación, aprendiendo a servir ante el altar, para conservar un recuerdo imborrable en toda su vida. Ellos son los monaguillos.

El termino monaguillo viene del latín monachus, que significa monje, derivando el diminutivo monachellus, cuyo significado sería el de monje pequeño, en una relación a la actividad de servir, desde pequeña edad, en los oficios litúrgicos.

Aunque esta actividad no es privativa de niños, pues muchos adultos participan haciendo esta función, pero la realidad tradicional evoca comúnmente la imagen de los niños participando y aprendiendo las funciones litúrgicas de servicio en el altar, por esta razón, la palabra monaguillo, monje pequeño, se aplica a ellos.

Como un sinónimo analógico de monaguillo existe el término acólito, teniendo en cuenta algunas funciones similares, pero una importante diferencia existe, pues con el término acólito se hace referencia a los ministros ordenados por el obispo, ordinariamente como un paso para recibir las sagradas órdenes, por ello esto está reservado a los varones.

El término acólito viene del griego akolithos y significa el que sirve. Tradicionalmente está reservado para quienes se preparan al sacerdocio o al diaconado. Históricamente se iniciaban sirviendo a los obispos o bien llevando los mensajes de los mismos obispos.

Los monaguillos, de hecho, realizan funciones propias de los acólitos, por ello pueden ser considerados como ministros no ordenados, a quienes la tradición ya ha adoptado de manera oficial en la imagen de estos niños, acompañando a los ministros sagrados en los oficios litúrgicos.

Las clásicas vestiduras de los monaguillos es una adaptación, para niños, de la vestimenta utilizada por quienes prestan el servicio al Sumo Pontífice, el Papa, quienes ordinariamente son conocidos como monseñores, los cuales usan sotana roja y cota, roquete o sobrepelliz blanco, en las ceremonias pontificales.

Dentro de la imagen de estos niños, con sus características naturales, es de llamar la atención la actitud de seriedad cuando realizan sus funciones en la liturgia, en una estrecha sacramental cercanía con el Todopoderoso. Es una realización de aquel llamado del Divino Maestro: “dejen que los niños se acerquen a mí”.

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