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"COLUMNA"

"FACTOR HUMANO: El encanto de Ennio Morricone"

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FACTOR HUMANO
11/07/2020

Dedicado a Cuauhtémoc Celaya maestro de jovialidad y sencillez  

 El hombre

Creó belleza fecundamente por 60 años con su espléndida música. Un gigante modesto que supo transmitir en cada frase, emociones. Amó a su familia, a sus amigos y el mundo le correspondió sin dejarse marear por la fama.

 Inspiración y transpiración

Para tocar los corazones hay que ser acariciado antes por la inspiración. Es una gracia que viene de arriba, aparece y se va caprichosamente, imposible atarla; pocos artistas han sido bendecidos con su frecuente compañía, quizás porque en cada frase ponía su ser entero, consciente de que su misión no era componer sino inspirar, y también por su intenso y ordenado trabajo: musicalizó cerca de 500 filmes más series y documentales.

 La belleza

Mientras que otros se pierden en las formas, el dominándolas se concentró en la belleza. Ella brilla más cuando el artista aprende a ser un instrumento de la gracia, la belleza nos hace sentir la grandeza de cada uno y de la creación, danzamos en la armonía conectándonos, sentimos la dulzura de ser y de vivir y el corazón palpita de gratitud.

Por eso a los auténticos artistas se les perdona todo, no a los políticos que afectan los bolsillos y la forma de vida. Los artistas nos recuerdan que amar, sentirnos vivos y felices importa más.

 Su estilo único

 Algunas melodías de Ennio son más famosas que sus películas. Sabía que acordes usar para hacernos llorar, reír, suspirar, para enamorarnos y quitarnos el aliento, deleitándonos con su amplia versatilidad musical. En su música domina la nostalgia, la voz humana como sonido, la riqueza melódica y coral, la orquestación, el uso del obstinato. Estudió en La Academia de Sta. Cecilia desde los 9 años, romano de corazón.

 Los italianos tienen un encanto único para conmover entrañablemente, inventaron el canto gregoriano, las notas musicales, la polifonía, insuperables en la ópera, con huella en el cine. Con su larga tradición artística Italia está llena de arte en su comida, vinos, moda y autos.

 

 Principales obras

 En “El bueno, el malo y el feo” obra maestra de los llamados “Spaghetti Westerns” por ser dirigidas por el italiano Sergio Leone, filmadas en España, se divirtió produciendo los inconfundibles efectos del tema principal. Leone como buen felino destacó la psicología de los tres personajes. En el duelo entre ellos crea una cinematografía magistral con la sinergia de la música de “El éxtasis del oro”, condensando su astucia y ambición.

Décadas después en “El Profesional” usa dos temas simples con variaciones al estilo de Bach, acentuando otro duelo a muerte “Le vent, le cri” y “Qui mai” una deliciosa melodía en torno a un insistente violín y piano dándole esa exquisitez francesa, como un jazz lento.

 Giuseppe Tornatore

 Le llamaba “Peppino” a su amigo Guiseppe director de “Cinema Paradiso” a quien le musicalizó películas premiadas; ahí relata esa sala donde los sueños se convierten realidad: el cine. Un doble homenaje al espectador y al arte que va más allá del simple entretenimiento sumando otras para crear su efecto, iluminando un olvidado pueblo siciliano. La música gira en torno al travieso Toto y su amistad con Alfredo, la fascinación de su primer amor, la ruptura expresada en una fuga intensa y la nostalgia. La escena final de los besos “cortados” es genial.

En “La leyenda del 1900” aborda la soledad de un niño en un barco que se convierte en un virtuoso pianista, los temas “La leyenda del pianista” y “Lost boys calling” conmueven, Roger Waters la cantó y le marcó su vida.

 “La Misión”

 Cuando vi como las notas del “Oboe del padre Gabriel” se sumaban al sonido de la selva elevándose al cielo en una sinfonía orquestal me quedé pasmado. Más cuando las notas descendentes del misionero jesuita atado a una cruz es arrojado a las “Cataratas” de Iguazú, me hicieron visitarlas. Morricone hace un monumento a la orquestación, a la música sacra logrando un sincretismo guaraní.

 Diamantes musicales

 En “Los Intocables” las trompetas y los clarines compiten por ascender escalas más altas celebrando el triunfo del bien sobre el mal.

En el film “Canone Inverso” la escena del concierto para violín y piano con orquesta interrumpido abruptamente eriza la piel; partiendo del tema del violín juega con una serie de sesudos cánons al estilo de Bach con temas propios y ajenos, demostrando excelso nivel académico. Recomendada para el análisis musical.

Duck, You Sucker” el tema silbado acompañado de una voz femenina, coros y orquesta, es delicioso. “Love Circle” dulce y alegre al estilo bossa nova. “H2S” brillante con un tempo rápido que los estudiantes de música amarán; el obstinato de “El clan de los sicilianos” maravilloso, “Here is to you” la versión coral es sublime; el sentimentalismo de “El tema de Débora”, la alegría italiana de “Comme Maddalena”. Las canciones con Dulce Pontes y el CD con el chelista Yo Yo Ma, imperdibles.

 ¿Y los Óscar?

No los necesitó para triunfar. El prestigio del Óscar quizás se sustenta más en la mercadotecnia que en premiar la calidad, hay mucho dinero e intereses detrás. “El bueno, el malo y el feo” se tocó en todo el mundo menos ahí; hasta el 2006 le dieron uno honorífico y otro en 2016, en cambio fue muy galardonado en Europa. Ha vendido más de 70 millones de discos.

A los 91 años escribió despidiéndose “Yo, Ennio Morricone, he muerto”. Está vivo en su música.

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