"FACTOR HUMANO: Gente ordinaria logrando lo extraordinario"

Vibraciones que emocionan

 Los sonidos al igual que la luz vibran, si las vibraciones sonoras pudiesen hacerse luminosas, cada vez que se toca un instrumento con finura, más una orquesta sinfónica agregándole coros, emanarían una luz bellísima. De hecho la magnitud de la perfección musical, a diferencia de las otras bellas artes, enciende las emociones, activa el intelecto e ilumina el espíritu por sus reacciones inmediatas; al sonido las mujeres se paran a bailar al instante.

Las armonías musicales nos ‘armonizan’ interiormente haciéndonos vibrar emocionalmente. Esta es la magia de la música.

Imaginémonos que estamos en la estación espacial encima de la tierra, en la noche del martes 10 de diciembre de 2019, desde ahí podríamos contemplar una luz iridiscente, parecida a las auroras, emanada en el Noroeste de México con destellos que cambian de tonalidad y resplandor: es la música coral de Bach cantada por un coro local amorosamente, ascendiendo y trascendiendo el espacio-tiempo sideral.

La música coral de Bach cantada por un coro local amorosamente, ascendiendo y trascendiendo el espacio-tiempo sideral.

 Una perfección que embelesa

 La música de Johan Sebastian Bach está compuesta con gran perfección, su inspiración viene de la maestría del dominio de las armonías de las notas que fluyen naturalmente como una acequia; del entramado simultáneo de las líneas melódicas: se intercalan, se supeditan, se fugan, se unen; los instrumentos se conjugan y alternan combinándose para sonar con potencia, amplitud y silencios; la sublime manera de mezclar los distintos temas con las texturas de las voces: sopranos, tenores, mezzo, barítonos, contraltos y bajos, con un dinámico tejido polifónico que le da estructura y fuerza: secundándolas, contrastándolas, suavizándolas, uniéndolas e intensificándolas, logrando que los sonidos de la voz humana expresen lo que los instrumentos no pueden.

 El desafío que implica

 Cantarla requiere gran concentración para no salirse del tema o del tono y coordinarse con todos. Nada fácil para los cantantes y músicos. A nivel profesional Bach les reclama una excepcional abstracción y destreza para que su música suene como él quiso: celestial.

Asimismo escucharlo requiere total atención, suceden muchas cosas en cada instante. Desafía. Los que no somos músicos no tenemos que preocuparnos, veamos por qué.

 Una buena noticia

 De la misma manera que un atardecer impone, la belleza sinfónica y coral atrapa cuando uno está ahí atento, abierto sin prejuicios. Se siente, se intuye naturalmente. Su perfección se nos va revelando novedosamente cada vez que la oímos, no se agota ni cansa. No hay que ser expertos. La belleza nos rodea, solo hay que salir de la mente y contemplarla, yendo más allá. Lo bello viene envuelto en capas, como las cebollas, hay que descubrirlas educando la sensibilidad y el intelecto. Un coral puede conmover a niños y adultos, unos lloran. Por eso se incluyen en las misas, elevan.

 El Coro de la Comunidad de Culiacán

 Decía San Agustín que los bienes espirituales entre más se comparten más se multiplican, provocan gozo y unen a la comunidad; en cambio los bienes materiales crean conflictos al repartirse por su escasez.

Resulta muy meritorio que un grupo de 50 personas, sin ser músicos, tienen la buena voluntad de cantar y de entrenar con disciplina y perseverancia y “La Camerata”, un grupo de talentosos músicos de la OSSLA, dirigidos por Gordon Campbell, logren cantar y tocar con gran belleza piezas del Oratorio de Navidad y parte del Magníficat de Bach provocando que el auditorio quede pasmado.

El reto de los buenos directores, ya sean musicales o de una empresa, es lograr una sinergia con lo que cuentan: gente ordinaria haciendo lo extraordinario.

La música de Johan Sebastian Bach está compuesta con gran perfección.

 La misión de Gordon Campbell

Puedo sintetizar, a mi manera, la misión que Gordon ha venido haciendo en México y en otros países: fundar y dirigir orquestas y coros, atrayendo y promoviendo el talento musical. No lo han intimidado las dificultades, el tiempo, la falta de recursos. Continúa produciendo deleite, admiración, la piel ‘chinita’, lágrimas, donde puede y se lo permiten. Es un emprendedor musical nato. Estudioso de muchos estilos musicales, ennobleciendo la música regional a nivel sinfónico. Ha llevado a todos los rincones de Sinaloa la belleza inefable de la música clásica para difundirla y compartir su belleza.

Dirigiendo la ópera “Caballería Rusticana” de Pietro Mascagni presencié cómo los sencillos asistentes se conmovían al escuchar el célebre “Intermezzo” en la explanada de la Iglesia de Imala bajo una noche estrellada del 2005, un pequeñísimo y centenario poblado cercano a Culiacán, Sinaloa. Curiosamente hasta los animales presentes guardaron compostura, ellos también sienten lo bello. La armonía une al universo y da paz.

El público de Culiacán, complacido porque las armonías musicales nos ‘armonizan’ interiormente haciéndonos vibrar emocionalmente. Esta es la magia de la música.

Felicitaciones y agradecimiento

A cada uno de los integrantes del coro por atreverse a cantar desafíos de esta magnitud con sencillez y naturalidad. Es loable que se hayan institucionalizado, oí a Guianeya, esposa de Gordon, que el próximo 2020 cumplirán 10 años; ellos no cobran estipendios, cantan por el gozo de compartir.

Felicitaciones a los solistas: Zsuzsanna Szanka, Perla Orrantia, Jéssica Torrero, Luis Sánchez y Alejandro Hernández. A los músicos que tocaron maravillosamente, resalto al nuevo trompetista oaxaqueño que le dio alma al evento.

La Navidad se siente más con música, la clásica honra intensamente el espíritu navideño, la comercial nos asedia por doquier distrayéndonos, enfoquémonos en la alegría que Dios se encarnase y naciese por puro amor a ti y a mí.

paulchavz@gmail.com