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"COLUMNA"

"FACTOR HUMANO: Renacer"

"Los sobrevivientes de los Andes desafiaron los límites humanos más allá de lo imaginable"
FACTOR HUMANO
20/01/2020

Hay dos tipos de miedos: el que afrontas ante una situación peligrosa y lo resuelves con adrenalina, y el que nos acompaña sigiloso, y por las noches nos despierta con sus sombras largas. Quien supera sus miedos y rompe sus creencias limitantes crece. Tus victorias solitarias importan, mejoran el mundo. Ese enfermo que valerosamente enfrenta la muerte sostiene emocionalmente a parte de la sociedad. Y la sociedad no lo sabe, ni le importa. Sin embargo la sostiene: estamos conectados.

Un grupo de muchachos enfrentaron una prolongada situación extrema dándolos por muertos. Redefinieron el miedo y extralimitaron lo posible. “El milagro: es el ser humano como está hecho”, saber que podían morir en un instante los animó.

Volando sobre los Andes todo era jolgorio, de pronto el avión descendió y chocó desprendiendo la cola y parte del fuselaje se deslizó sobre la nieve deteniéndose en un glacial rodeados de montañas a 4,500 mts muy lejos de todo.

Rodeados de muerte, de sangre, dolores intensos, varios estaban ilesos, unos malheridos, otros desaparecidos “estás en un lugar donde no tenés control de nada, en la noche supimos que es el infierno, los -30°c nos apretaba los huesos sin poder dormir, era terrible, por la angustia no podíamos respirar”.

¿Esperar o hacerse cargo?

Al tercer día un avión pasó encima, creyeron ser vistos. 10 días después uno se enteró por radio que los daban por muertos “Les tengo que dar una buena noticia: ahora dependemos totalmente de nosotros, suspendieron la búsqueda”. Tomaron las riendas. Un intenso deseo de salvar su vida y ver a sus familiares se apoderó de cada uno. Lo imposible tenía que ser posible. Su ingenio se despertó, la deshidratación y el hambre hacían estragos. ‘El mérito nuestro fue que al No le dijimos que Sí.”

“Lo que más nos importaba no era tanto el estado físico sino el estado mental, en las situaciones críticas el sufrimiento mental es mucho peor que el físico. No teníamos tiempo para llorar a los muertos, nos ocupábamos, discutíamos, tiritábamos, nos abrazábamos acurrucados para soportar el frío y dormir, esto hizo al grupo. Las dificultades insuperables desanimaban, empezamos expediciones cortas, ahí venían esos bajones, teníamos que buscarle la vuelta, teníamos que salir. Íbamos fracaso tras fracaso”.

“¿Por qué tanto garrote?”

“Estando más acostumbrados vino un alud y después otro sepultándonos 3 metros bajo la nieve y nos mata a ocho, nos deja con medio fuselaje ¡era increíble! Nos peleamos con Dios ¿Qué hemos hecho para merecerlo? Parrado perdió ahí a su madre y hermana ¿Y vos a qué le llamás estrés? Si te sientes estresado: esto es lo peor que te puede pasar”.

Moribundo “me di cuenta que morirme es un placer, era mucho más fácil que vivir; volví para cumplir mi promesa de regresar a casa a decirles que estoy vivo y de pronto una cachetada me volvió a la vida. Pasamos tres días encerrados a oscuras, llenos de nieve. Hicieron un hoyo y entró una luz diáfana, empezamos a salir como si la montaña nos hubiese engendrado”.

Sintiendo a Dios

“Afuera nos esperaba un día bellísimo”, contemplando la inefable belleza y pureza de la montaña en todo su esplendor, ‘sentimos la presencia intensa de Dios’. ‘Podía hablar directamente con Él’. ‘Sentí que Dios era amigo mío’. ‘Era muy místico, un bienestar espiritual que está muy por encima de todo lo demás. No contaba el hambre, no contaba el frío, lo importante era sentir eso, uno se sentía pleno, lleno, ahí. Me hizo mucho más creyente.

La conexión

Ahí aquietaron la mente, liberándose. “Aprendimos que para sobrevivir dependíamos de cada uno”. Rezando el rosario se conectaban entre ellos y sus familiares. Dependemos de los otros: sentirse ‘solo’ es una ficción creada por la mente. “Fue un renacer. En la montaña pasé las peores cosas de mi vida y también las mejores. Después al salir uno se va endureciendo”.

 

Cambios de actitud

“Podíamos vivir y tener paz en esas condiciones, nada es imposible, la gente considera imposible las cosas que son difíciles, las veo de otra manera, mucho más fácil, la vida es más sencilla. Los problemas no son problemas”. “Aprendí no llevarlos a casa, si lo hago no voy a dormir bien, cansado no podré resolverlo, que se queden ahí”.

“Nos salvaron la fe en Dios y las ganas de vivir.”

“Mi mujer se pone a llorar, tenía cáncer y le digo “mirá, tenés dos opciones: la opción a seguir llorando y morirte, opción b luchar, yo te acompañaré y seguir adelante. Pasaron más de 10 años y lo superó”. Mi hijo menor estuvo en coma, el pronóstico 5% de vida y si se salva queda como una planta, estuvimos tres días y tres noches a su lado animándole y sanó. Qué fácil es vivir y qué lindo es vivir y tener esperanza”.

Renacieron

“Como fruta madura cayó la vanidad, la mentira, el egoísmo, la codicia, y fueron sustituidos por solidaridad, coraje, entrega, dar y darse y sobre todo por el amor. Nos dejamos guiar, ahí hice mi más grande emprendimiento de mi vida: volver con mi familia. Esa luz, sepultados, marcó un antes y un después. Nos hizo ver y cambiar nuestro comportamiento. Dos de ellos salieron y trajeron ayuda. De 45 murieron 29, sobrevivieron 16 durante 72 días. Su historia desde 1972 le pertenece al mundo.

“Se puede vivir sin nada, solamente no se puede vivir sin amigos y sin esperanza”.

paulchavz@gmail.com

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