Hace apenas un año que las obras de remodelación del Centro Histórico de Mazatlán fueron entregadas al municipio y las fallas saltan a la vista. No sólo es cuestión estética, sino que los desniveles en las calles y la reducción del ancho de vía agravarán los encharcamientos e inundaciones en el primer cuadro de la ciudad, donde tampoco se instalaron rejillas para permitir el paso del agua.

Lo más grave es que la remodelación no tocó el colector Roosevelt, uno de los más antiguos del puerto y del que depende la canalización del agua pluvial de toda esta zona, afectada cada temporada de lluvias.

Los señalamientos fueron del Colegio de Ingenieros Civiles del Sur de Sinaloa, luego de hacer un recorrido desde la Plazuela Machado, pasando por las calles Constitución, Benito Juárez y Roosevelt para luego completar el trayecto que hace el colector hacia Olas Altas, frente al Escudo, punto donde desemboca su cauce a través de una infraestructura deteriorada.

El presidente electo de este organismo de profesionistas, Héctor Andrés Rodríguez Andrade, advierte que el error pudo estar desde el mismo levantamiento de los estudios topográficos y de planimetría, los primeros que deben realizarse antes de iniciar cualquier obra pública.

En el recorrido, trazado como una muestra de lo que se puede encontrar en toda la zona, se ven desniveles de hasta 10 centímetros en el cruce algunas vialidades.

Y en la esquina de Constitución con Carnaval, se hacen anegaciones a pesar de una canaleta que la constructora instaló como una solución de último momento al problema del declive.

“En muchas ocasiones, más bien casi siempre, los gobiernos lo hacen todo muy rápido y no llevan a cabo un levantamiento a consciencia, porque hay recursos disponibles y urge ejercerlos”, añadió Rodríguez Andrade.

Es sólo uno de los factores, pero es un problema grave ya que después puede resultar costoso reparar los errores. Lo ideal, apuntó, es que los proyectos vengan completos de origen.

El estancamiento del agua provoca otros problemas, como el reblandecimiento del concreto y de la piedra pórfida, colocada como parte del proyecto de embellecimiento del Viejo Mazatlán, donde ya se pueden ver losetas desprendidas y fracturas profundas en las calles.

Tras ocho meses de construcción y de cierre al tráfico vehicular, se encontraron otros “detalles”: registros desnivelados, hundimientos en aceras y calles, falta de sincronía en elementos urbanos, raíces que rompen las banquetas, falta de hidrantes y de rejillas pluviales.

En suma, se ve la premura por terminar los trabajos y la falta de cuidado por entregar acabados profesionales, considera el ex presidente del mismo Colegio, José Ángel García Martínez. Dice esto mientras apunta a los adocretos sueltos justo a un lado del teatro Ángela Peralta, uno de los principales atractivos culturales del puerto.

El nuevo director de Obras Públicas del municipio, Juan de Dios Garay Valenzuela, informó que estas obras se encuentran en proceso de revisión.

“En mi opinión estas obras del Centro Histórico tienen una connotación muy especial, porque ahí se instaló una piedra pórfida que deber ir sustentada por una losa de concreto, la cual a juicio de algunos especialistas fue de un grosor muy pequeño”, reveló.

Ante esto, subrayó, es fácil observar el desprendimiento del pórfido y además que muchas de ellas están perdiendo la mezcla que las mantiene unidas a la capa de concreto.

El funcionario indicó que la revisión tiene que hacerse de manera inmediata, para poder hacer válidas las garantías a las compañías constructoras y no se cargue el costo al gobierno municipal.

Los integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles del Sur de Sinaloa advirtieron que este material no debió aplicarse en la calle Benito Juárez, que soporta un tráfico de más de 900 camiones urbanos diarios, y es por esto que a unos meses de haber sido terminada ya luce derruida y con grandes baches.

El colector Roosevelt: un riesgo

A pesar de ser la principal infraestructura para desfogar el agua pluvial del centro de la ciudad, el colector Roosevelt no tuvo ninguna reparación ni modernización dentro de la remodelación del Centro Histórico. Estas se hicieron a marchas forzadas para poder mostrar una cara renovada a los participantes del Tianguis Turístico 2018, que se realizó en abril.

Así lo resaltaron los ingenieros, quienes mostraron cómo en algunos tramos las rejillas del colector tienen varillas sueltas, como una señal de su deterioro.

“Es un riesgo de hundimiento por supuesto, lo cuestionable es que esta infraestructura tiene muchos años sin que se le inviertan recursos para ser modernizado, ya que se obstruye con mucha facilidad con la basura y la arena y el mantenimiento es muy complicado”, argumentó José Ángel García.

En toda esta zona, el nivel de inundación ha subido de entre 15 y 20 centímetros de acuerdo a un sondeo entre los vecinos.

El colector termina su ruta en Olas Altas, donde arroja el agua al mar y se puede observar una estructura en ruinas.

Sobre el último tramo, se colocó piedra pórfida con fines estéticos. Sin embargo, cuando se busque renovar el colector tendría que ser levantada de nuevo.

Entre las soluciones, proponen reforzar la supervisión externa de la obra pública, así como buscar salidas efectivas al problema de inundaciones, como el bombeo del agua y el mantenimiento constante de los canales pluviales.

Las obras de remodelación del Centro Histórico duraron cerca de ocho meses, en medio de molestias para los vecinos y negocios cerrados.

Como lo informó Noroeste, fueron intervenidas 25 calles con una inversión de más de 220 millones de pesos, recursos estatales y municipales.

Esto te contamos hace un año:

Alistan apertura de las calles del Centro Histórico de Mazatlán

LAS FALLAS QUE RESALTAN

- Falta de rejillas pluviales

- Falta de hidrantes para los servicios de emergencia

- Desniveles en las calles que acentúan inundaciones

- Desprendimiento de piedra pórfida

- Registros descuadrados

- Hundimientos en calles y aceras

- Omisión en reparación de colector Roosevelt