"Incubadoras, la clave para que el emprendimiento no se quede solo en una idea de negocio"

Las incubadoras son la clave para dar el paso que permita que las ideas de negocio no se queden simplemente en propuesta, advierte Fernando Ríos, joven economista de 27 años, que al salir de la universidad buscó abrir su camino entre los emprendedores, para comenzar a generar su propia fuente de empleo.

Recuerda que cuando él comenzó con su idea, se las contaba a sus conocidos y se encontraba con afirmaciones como: “requieres de mucho dinero, es difícil empezar un negocio tú solo, probablemente fracasarás”, pero eso no lo detuvo a mantenerse firme en su proyecto.

Así como Fernando, existen varios jóvenes que se encuentran en la búsqueda por emprender un negocio, aunque el camino no es sencillo, de acuerdo con una encuesta de la Secretaría de Economía Federal, solamente uno de cada 10 jóvenes lo ha intentado, por lo que es necesario impulsar herramientas que permitan a los emprendedores no quedarse en el camino.

“Lo primero, es tener un plan de negocios, que es un documento que se presenta de manera organizada y evaluada, para que el emprendedor determine si su negocio es viable o no, por ello es de suma importancia que todos los emprendedores cuenten con uno, para que se pueda evaluar la viabilidad técnica y financiera de su propuesta”, advierte Rafael Díaz, director de Incubadoras y Hubs de Esquemas no Tradicionales de Incubación.

El especialista explica que una vez realizado, y ya que se conoce que el proyecto tiene una oportunidad en el mercado empresarial, es importante el acercamiento a una incubadora.

“Mucho de lo que ocurre con las empresas, sobre todo de nueva creación, es que son muy vulnerables a la situación del mercado. Esto, porque la mayoría inicia su negocio sin el acompañamiento empresarial que les brinda una incubadora, entonces, al carecer de ello, muchas veces las personas lo visualizan desde un sólo enfoque, que no les permite tener éxito”, refiere.

Detalla que las incubadoras son un centro de atención a emprendedores en donde orientan y asesoran para que se hagan realidad las ideas de negocio; el lugar en el que se recibe la ayuda necesaria para poder realizar a detalle los planes de negocios, y una vez que éstos se encuentren en óptimas condiciones, se pueda iniciar el proceso de creación de las empresas.

“En ellas recibirás consultoría en diversas áreas que cualquier empresa necesita manejar como: mercadotecnia, contabilidad, diseño gráfico e industrial. Es importante destacar que las incubadoras no proporcionan un financiamiento para edificar tu proyecto, sino que te dan las armas de conocimiento para enfrentar la vida empresarial de manera más sólida y estructurada”, especifica.

Para conocer a qué incubadora se puede acercar el emprendedor, lo primero que debe conocer es qué tipo de negocio va a desarrollar, para que pueda elegir la incubadora que se adapte mejor a su idea de negocio, ya que existen tres tipos.

Para el negocio tradicional, están las incubadoras básicas, que apoyan la creación de empresas en sectores tradicionales, cuyos requerimientos de infraestructura física, tecnológica y mecanismos de operación son básicos. Por ejemplo: restaurantes, papelerías, lavanderías, distribuidoras, comercializadoras, joyería, abarrotes y consultorías, entre otros.

Para los emprendimientos de tecnología intermedia están las incubadoras básicas y de alto impacto, que impulsan la constitución de empresas cuyos requerimientos de infraestructura física y tecnológica, así como mecanismos de operación, son semi-especializados e incorporan elementos de innovación.

Los proyectos que cumplen con este perfil son los que generan valor agregado durante el proceso productivo; requieren de personal técnicamente especializado o semi-especializado para el proceso de la empresa; incorporan elementos tecnológicos o conocimiento especializado o semi-especializado para el proceso de producción; y, los procesos hacen uso intensivo o semi-intensivo de bienes de capital.

Para los emprendimientos de alta tecnología están las incubadoras de alto impacto y de esquemas no tradicionales de incubación, que son las que apoyan la constitución de empresas en sectores avanzados, como tecnologías de la información y comunicación, microelectrónica, sistemas microelectromecánicos, biotecnología, alimentos, farmacéutico, entre otros.

Los proyectos que cumplen con este perfil son los que utilizan un proceso innovador para generar un producto o servicio; requieren de un conocimiento altamente especializado para generar un producto o servicio; su proyecto genera elementos de innovación que se incorporan en sus procesos, productos y/o servicios susceptibles de ser patentados o que cuentan ya con patente; necesita de recursos humanos especializados; y la proporción de gastos en personal altamente especializado y bienes de capital se requiere, con respecto al gasto total de tu empresa.

Con la finalidad de que los emprendedores tengan acceso a un abanico más amplio, que les permita elegir una incubadora que cumpla de mejor manera con sus expectativas, la Secretaría de Economía cuenta con una red de Incubadoras y Aceleradoras, donde se puede localizar aquella que se encuentre recomendada por la dependencia.

El tiempo de incubación varía de acuerdo con cada proyecto y del tipo de incubadora en el que la que se encuentre. De acuerdo con la Secretaría de Economía, los tiempos aproximados de incubación son: tres meses para un negocio tradicional; 12 meses para los de tecnología intermedia, y para los de alta tecnología pueden ser hasta 2 años.

Una de las ventajas de realizar un proceso de incubación es que si el proyecto es validado por las incubadoras reconocidas por la Secretaría de Economía, a través de la Red de Incubadoras de Empresas, el proyecto puede aplicar al Programa de Financiamiento a Emprendedores que impulsa el otorgamiento de créditos a proyectos emprendedores.