|
""

"Jesús Ángel García une con su talento hip hop y danza contemporánea"

"El joven mazatleco platica de su pasión por el hip hop desde los 15 años; hoy baila en las calles y en el teatro Ángela Peralta"

MAZATLÁN._ Jesús Ángel García es uno de los egresados de la generación 17 de la Escuela de Delfos. Su pasión desde los 15 años es bailar hip hop en las calles de Mazatlán. Se resistió a ingresar a estudiar danza contemporánea a una institución profesional, al final lo hizo, se graduó y su delirio por el baile urbano permeó a sus compañeros de generación.

Recientemente en el Segundo Encuentro de Danza de la EPDM, la Escuela de la que se acaba de graduar presentó una obra, Santiago, en la que la sabrosura de la música de Newn Afrobeat detonó una explosión de movimientos que hipnotizó al público. En el escenario se mezclaron de una manera afortunada el estilo contemporáneo y el hip hop deslumbrando al público con la calidad de los movimientos, la fluidez, la empatía entre bailarines y público que invitaba a subirse para compartir con ellos la danza.

El Infonavit Playas, semillero de danza urbana

Jesús Ángel García Domínguez creció cuidado por su abuela en el Infonativ Playas, tiene 26 años y desde los 15, que descubrió al Moeck, un bailarín de hip hop, se enamoró de ese movimiento y desde entonces no ha dejado de moverse así.

Primero fue la admiración por el bailarín de barrio, después vino la imitación de sus movimientos, el acercamiento, la amistad y la generosidad de compartir lo que sabía.

“Cuando descubrí bailando al Moeck no pude dejar de ir todos los días a verlo bailar, me parecía increíble esa manera de moverse, era hip hop en ese momento no sabía que se llamaba así; esa variante de la danza urbana se distingue por sus movimientos de robot y las formas líquidas que se logran con brazos y piernas”, compartió.

“Le dije que nos diera clases a mí y otros siete amigos, queríamos aprender a bailar así, con el tiempo empezamos a ver videos de hip hop, nos hicimos admiradores de Sala, un bailarín profesional de break de Francia, veíamos videos en su casa o cada quien los veía en su casa; sacábamos los pasos y se los enseñábamos a los demás, así fuimos aprendiendo más y más”.

El gran debut del grupo de bailarines del Infonavit Playas fue en la fiesta de 15 años de la novia de Jesús Ángel García.

“Hicimos una coreografía y la llevamos de sorpresa como regalo, ella se emocionó mucho, hasta lloró. La gente no nos veía bien, nos decían cholos, creía que éramos delincuentes, nos tenían desconfianza. En ese tiempo la moda de la danza urbana era andar con la ropa muy aguada como cuatro tallas más grande, ahorita no se usa eso”, comentó.

“Después de eso y como les gustó mucho a los que nos vieron en la fiesta de mi novia, decidimos que ya podíamos armar un grupo profesional y competir, seguimos entrenando nos integramos a uno que se llama The Best Style y participábamos en las competencias que se hacían en las tardeadas del Sumbawa. Lo importante siempre es aprender poniéndote retos”.

En el 2013 participaron en una competencia internacional por primera vez, uno de los bailarines del grupo ganó una de las competencias individual; se cambiaron al grupo Six toys al que pertenece todavía.

“Mi mamá siempre me ha apoyado, me decía que bailara, pero que no descuidara la escuela; a mi papá, no le gustaba, quería que lo dejara. En la prepa éramos muy populares porque bailábamos, a los adultos no les gustábamos, cuando empezamos a hacernos profesionales e íbamos a pedir apoyo para los viajes al gobierno, nos decían que éramos vagos y drogadictos, el único que nos ayudó fue Alejandro Higuera, nos dio un apoyo para que pudiéramos ir a competir a Francia; también hemos ido a Las Vegas y a Colombia a competencias”.

El bailarín de danza urbana mazatleco hizo la audición para ingresar a la Escuela Profesional de Danza Contemporánea con hip hop.

“Pasé la audición, pero batallé con las clases de ballet, no entendía esos movimientos, pero también se me hacían extrañas otras técnicas de danza contemporánea, mi cuerpo poco a poco fue entendiendo y me di cuenta que una cosa puede enriquecer a la otra, reprobé el primer año, regresé a la Escuela porque me di cuenta que era el único lugar en donde iba a hacer lo que me gustaba toda la mañana, bailar”, dijo.

“Aprendí a complementar mi propuesta de hip hop con danza contemporánea. Algunos de mis compañeros de la EPDM se contagiaron con el hip hop, todos aprendemos de todos, siempre compartimos. En este momento hay muchas compañías que están haciendo eso porque el hip hop no solamente es el rap, se adapta a cualquier cosa, es un género muy dúctil. La esencia de la danza es el movimiento y el hip hop es eso”.

 

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!