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"LUCHA DE UN GUERRERO"

"José Ángel quiere volver a Mazatlán, pero primero debe superar la hidrocefalia, efecto secundario de un tumor"

"Desde 2016, un malestar que registró cuando estaba en el kínder le cambió la vida, por la que lucha para volver en mejores condiciones"

En sus primeros tres años de vida, José Ángel tuvo una niñez normal: travieso, hiperactivo, platicador, bailador, así lo recuerda Wendy, su madre.

De la nada su vida cambió. Hoy no puede caminar, sentarse, hablar, es alimentado directamente a su estómago y respira a través de un tubo colocado en su garganta.

A su corta edad le tocó librar con dos batallas y su mamá, luchando junto con él. En Mazatlán la señora dejó su trabajo y a su hija menor con su madre, para trasladarse a un hospital de Culiacán.

El no poder respirar, producto de broncoespasmos y arrojar flemas por la boca y hasta por la nariz, ocasionó hace un mes la traqueostomía para facilitar a José Ángel el paso de aire a sus pulmones.

Aunque sea molesto para él, a cada rato Wendy tiene que estarle aspirando las flemas que arroja por la cánula conectada en el cuello y limpiándole la herida de esa cirugía para que no se infecte.

Para salir adelante con su hijo, Wendy requiere pañales etapa 5, toallitas húmedas, agua inyectable, gasas para limpiar las secreciones, guantes estériles, sondas para aspirarle las flemas.

Así como dinero para comprar frutas, garbanzo, huevos, aguacate, cereal de avena, frijol, pollo, galletas marías, ajonjolí, papaya, lenteja para elaborar las dietas alimenticias de su hijo.

Sentado en una carreola donde apenas cabe, José Ángel ríe cuando su madre le habla del kínder donde saludaba la bandera y cantaba el himno nacional.

“Es un niño muy inteligente, está consciente, escucha y ve todo, ahorita la clave es motivarlo, darle terapias, que recupere movimientos, alimentarlo para que agarre energía”, explica su mamá.

 

 

El drama: así empezó

En octubre de 2016, la maestra del kínder le habla por teléfono para pedirle recoja a su hijo, que no quiso comer, vomitó, refirió dolor de cabeza y sueño.

Detrás de esos malestares, estaba un tumor en la cabeza con un efecto secundario: hidrocefalia. Dos problemas fuertes al mismo tiempo que el niño y su mamá, están afrontando.

En agosto de 2016, José Ángel ingresó al kínder Octavio Paz, de la colonia Colosio Sí, ubicada en la ciudad de Mazatlán, y dos meses después se manifestó un tumor en el sistema nervioso central.

Un viernes la mamá trabajaba con una vecina tejiendo sillas. Suena su celular, era Silvia, la maestra de José Ángel, quien le pidió lo recogiera. Wendy dejó lo que está haciendo y corriendo va por él.

Pasada las 13:00 horas llega al kínder, que es de tiempo completo, y la maestra le repite lo que le dijo por teléfono. A la mamá le preocupó le dijeran que su hijo no quiso comer.

Siempre que lo recogía del kínder, José Ángel le pedía le echara tres tacos de frijol, porque no se llenaba con la comida que le daban. Le gustaba comer.

Cuando lo recoge de la escuela, llegan a casa y todo ese día estuvo bien. No le dolió la cabeza, tampoco vomitó. Jugó normalmente con Eimi, su hermana menor. Lo mismo pasó el sábado.

El domingo se fue a trabajar en una frutería, dejando a sus hijos con una ahijada. De lunes a viernes trabajaba tejiendo sillas, y sábado y domingo, tomando pedidos para una frutería.

Ese domingo, su ahijada le habla, le reporta que José Ángel no quiso comer, vomitó, dijo le dolía la cabeza y se durmió.

El lunes no trabajó y llevó a José Ángel al Centro de Salud. Le piden examen de pipí, popó y de sangre, como hizo popó hasta el miércoles, el jueves los entrega y el viernes le dan resultados.

Con resultados en mano, le dan medicamento para las lombrices y dolor de cabeza. Pasaron las horas y los días y el niño igual, no registró mejoría.

Enfermo, Wendy llevó a su pequeño con el doctor de una farmacia. Le explica que lo llevó al Centro de Salud, pero que no mejoró. El médico le manda hacer un examen de reacciones febriles.

Le dicen que al niño le picó una garrapata, que tenía infección y le da antibiótico. El estado de salud de José Ángel empeoró. La mamá lo lleva a una farmacia similar.

La doctora de la farmacia similar le dice no le gusta el antibiótico que le dieron a su hijo, y se lo cambió, sin embargo, le advirtió que si no mejoraba, le pediría lo llevara con un neurólogo.

El antibiótico que le cambiaron tampoco funcionó. Con su hijo en mal estado regresó a la farmacia similar e informó a la doctora que la atendió. Le dijo no había mejoría.

La doctora le pidió lo llevara con un neurólogo y le recomendó a López Magaña. La señora inmediatamente lo buscó, pero no lo encontró, estaba de vacaciones. Entonces lleva a su hijo al Hospital General.

El 31 de octubre de 2016 llega al Hospital General, el médico ve al niño, no le gusta su estado físico. El menor apenas se podía sostener de pie. El doctor lo interna en el área de Urgencias.

De pie el pequeño perdía el equilibrio y sus ojos estaban muy grandes. El otorrinolaringólogo lo ve, le dice que si no es sinusitis, podía ser un tumor.

El jefe de Pediatría del Hospital General le pide una radiografía que debía sacarse solamente en Imagen y Diagnóstico de Mazatlán, la cual costaba 5 mil pesos.

Tres días después se la puede hacer, ya que tuvo que pedir dinero prestado a familia y vecinos. El 3 de noviembre al menor le hacen esa radiografía y entrega el resultado al Jefe de Pediatría.

El médico le pide a Wendy ir a su oficina. Ahí, Wendy recibe la noticia que nunca hubiese querido escuchar: su hijo tiene un tumor, que debe ser llevado al Hospital Pediátrico de Sinaloa.

 

 

Vivir en un hospital

El 4 de noviembre el niño sale del hospital de Mazatlán, Wendy y él se van a su casa, recogen ropa y se vienen a Culiacán al Hospital Pediátrico donde todo estaba listo para recibirlo y atenderlo.

Con su hijo en una carreola Wendy llega al área de Urgencias del Hospital Pediátrico. Los médicos lo valoran y le dicen lo pasarán a cirugía para colocarle una válvula de la cabeza a la panza.

A través de esa válvula, el líquido de la cabeza, generado por la hidrocefalia, lo echaría por la pipí. El neurólogo López Magaña, a quien buscó y no encontró en Mazatlán, le colocó esa válvula peritoneal, ya que fines de semana trabaja en el Pediátrico.

Le colocan la válvula al menor y la mandan al albergue del hospital, pidiéndole no se vaya, porque unos días más, le colocarán un catéter para suministrar medicamentos.

Después del catéter, en hospital se trabajó para extraerle el tumor. Le extraen el 60 por ciento y durante ocho meses, el 40 por ciento restante, se lo atacaron con quimioterapias.

En este año y medio de lucha, a José Ángel le han tenido que poner y quitar once válvulas, porque todas se le han infectado.

Wendy explicó que durante los meses de quimioterapia le bajaron las defensas a su hijo ingresándole una bacteria que ha contaminado las válvulas.

Al terminar las sesiones de quimio, su hijo es sometido a radioterapias que le provocaron un edema en la cabeza y le quemaron el esófago.

Como no puede deglutir, en septiembre de 2017 le hicieron una cirugía de gastrostomía para colocarle una sonda y alimentarlo directamente por el estómago.

Desde noviembre de 2016, a la fecha, José Ángel y su madre han vivido prácticamente en el Hospital Pediátrico, luchando contra el tumor y la hidrocefalia.

El tumor, menciona la mamá, ya fue superado, ahora se lucha contra la hidrocefalia, efecto secundario, siendo lo que más problemas ha generado.

Un vez más, José Ángel fue dado de alta del Pediátrico, sin embargo, él y su madre siguen en Culiacán, en el albergue, ya que están esperando una válvula que le pondrán.

Cuando llegue la válvula y se la pongan, Wendy se llevará a su pequeño a Mazatlán, donde seguirá con los mismos cuidados y regresará a Culiacán cuando así se requiera.

“Haciendo las cosas al pie de la letra, y con la ayuda de Dios, mi hijo saldrá adelante”, menciona la mamá mientras alimenta a su hijo, suministrándole papilla a través de una sonda conecta a su estómago.

 

 

¿Quiere ayudar al niño José Ángel?

Tarjeta de Wendy, madre del menor.

Banamex Saldazo de Oxxo

4766-8406-3848-0694

 

 

Lo que requiere el niño de cinco años de edad:

Pañales etapa 5

Toallitas húmedas

Agua inyectable

Gasas para limpiar las secreciones

Guantes estériles

Sondas para aspirarle las flemas.

 

 

Dinero para comprar y hacer dieta alimenticia:

Frutas

Garbanzo

Huevos

Aguacate

Cereal de avena

Frijol

Pollo

Galletas marías

Ajonjolí

Papaya

Lenteja

 

Además: Si Usted tiene una silla de ruedas que pueda transportar a José Ángel de cinco años de edad, Wendy lo agradecerá…, ella mueve a su hijo en una carreola donde el menor apenas cabe.

 

 

 

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