"Juanito, el triqui que pide a UAS oportunidad para estudiar"

"López García vive en la sindicatura de Villa Juárez, municipio de Navolato, donde dirige el Frente Unificación Lucha Indígenas de Sinaloa"

Juan López García es triqui, tiene 41 años de edad y un objetivo se ha trazado: seguir estudiando para ayudar a su grupo social.

Sin embargo, un obstáculo se le atravesó en el camino y se convirtió en uno de los miles de rechazados de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Al Rector Juan Eulogio Guerra Liera pide lo ayude brindándole un espacio en la Facultad de Derecho, el cual será bien aprovechado.

López García vive en la sindicatura de Villa Juárez, municipio de Navolato, donde dirige el Frente Unificación Lucha Indígenas de Sinaloa.

A través de esta organización, busca ayuda para la gente que requiere sillas de ruedas, muletas, bastones, lentes, incluso, hasta despensas.

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Juanito, es hijo de Regino López García y Florencia García González. Es originario de Oaxaca. Tiene un hermano. En los años 80, él, y sus padres, dejaron su estado y fueron a Cuautla, Morelos, donde su padre cortaba tomatillo.

Después de Cuautla, fueron contratados y traídos a Villa Juárez. En los campos de aquí, tanto su papá, como su madre, trabajaban, mientras él, se quedaba con otros niños, hijos de jornaleros, con quienes empezó a hablar español. Su hermano se quedó estudiando en Oaxaca.

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Cuando en Sinaloa termina el trabajo, la misma empresa se los lleva a Ensenada, su padre gustoso se va hacia allá, porque el clima era más fresco, además, aquí había mucho mosco, era incómodo.

Un día su padre sale a trabajar, se sube a la camioneta con los demás compañeros y en la carretera, la unidad se voltea, muriendo 24, entre ellos él. En Ensenada se hizo una fosa y ahí se enterraron los 24 cuerpos juntos, recuerda Juanito, que en ese entonces era un niño. La camioneta se volteó, porque estaba en malas condiciones, los frenos fallaron.

Gracias a la lucha de los hermanos, Benito y Fernando García, el patrón indemnizó a los familiares de las víctimas. Con el dinero que obtuvo su madre y él regresaron a Oaxaca.

Pero al llegar a Oaxaca, un cuñado de su madre, le pidió una parte de la indemnización, responsabilizándola de la muerte de su hermano. En su estado natal, pensaban quedarse, sin embargo, su hermano mayor, se vino a Villa Juárez a trabajar.

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En Villa Juárez, su hermano fue contratado para fumigar, trabajo que hacía sin protección, hasta que se intoxicó. A su madre le informan de la situación crítica de su hijo. Tanto Juanito, como ella, regresan a Navolato, donde se quedaron por siempre.

Al principio, él, su hermano y madre, empezaron a vivir en San Pedro, pero como no había trabajo, se movieron a Villa Juárez, donde en la etapa de adolescencia, sufrieron discriminación.

Desea estudiar leyes, para defender a su gente que dejan sus estados de origen para trabajar en los campos hortícolas de Navolato.

"Quiero estudiar Derecho, porque quiero seguir ayudando a la gente, sigue habiendo abusos".

En cada foro que tiene, López García externa que no están peleados con los agricultores a quienes les piden respete los derechos de los jornaleros.

Juanito se da cuenta que en Villa Juárez llega gente de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, que no saben qué es un aguinaldo, utilidad, o prima vacacional.

También hay jornaleros que llegan contratados por tres meses y hasta que termina ese tiempo, reciben el pago, mientras tanto, deben vivir de trabajos externos en horario libre.

Por los diferentes abusos que se cometen contra los jornaleros agrícolas y que los ha vivido, López García retomó su interés por la escuela, se dio cuenta que nunca es tarde para estudiar. En Oaxaca sólo pudo estudiar primero y segundo año de primaria.

En Villa Juárez, cuando tenía 37 años de edad, obtuvo su certificado de primaria y secundaria y no se quedó ahí, se propuso una licenciatura, pero para poder llegar a ese objetivo, debía cursar la preparatoria previamente.

Todos los sábados y por tres años, López García dejaba Villa Juárez y se trasladaba a San Pedro para estudiar su preparatoria, nivel que terminó satisfactoriamente, dándole el pase a una carrera profesional.

En la UAS en mayo pasado hizo su examen Ceneval para estudiar la Licenciatura de Derecho, pero fue rechazado, hoy plantea a Guerra Liera, le brinde esa oportunidad que requiere para servir a la gente.

"Al Rector le pido me dé la oportunidad de prepararme, para darle más información a mi gente".

López García está casado y tiene cinco hijos, de 22, 20, 18, 15 y 10 a quienes les fomenta el estudio, los estimula, los empuje, a que nunca lo dejen.

De sus cinco hijos, el mayor, terminó la preparatoria y empezó a trabajar, sin embargo, los demás, sí están en las escuelas, echándole ganas,con metas específicas.

Su madre vive con él, teje, y habla solamente triqui, lengua que sus dos niños y tres niñas entienden, pero que no quieren hablarla, por temor a ser discriminados.

Confía la UAS le dará este año la oportunidad que busca de seguir estudiando y después, especializarse en la Ley Federal del Trabajo.

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