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"DÍA DEL PADRE"

"Le echa ganas al 'gallo'"

"Agroindustrias del Norte actualmente está creciendo de un 15 al 18 por ciento anual en promedio"

Agroindustrias del Norte entró en un proceso de cambios, luego de 25 años cuando el director que estaba al frente planeó el retiro, se comenzó a buscar un nuevo director que supliera el cargo.

La idea era potencializar la empresa mediante una nueva dinámica, más modernidad, menos agroquimicos y una búsqueda por ser empresa de clase mundial, más institucional y más profesional.

Fue un momento muy interesante en la vida de Marco Esteban Ojeda Elías que estaba trabajando a cargo de todas las operaciones de exportación en la empresa Grupo Zapata.

Por su parte, también era una empresa que estaba en un proceso de cambios, dentro de los cuales era la solicitud de que todos los directores que estaban fuera del corporativo, como era el caso de Marco Ojeda, se fueran a vivir a Santa Fe, en la Ciudad de México.

Los tiempos coincidían, de ahí que al enterarse de la vacante participó en el reclutamiento, cuenta que fue muy largo, más de cuatro meses, más de nueve entrevistas, hasta que posteriormente, al legar el mes de diciembre le dijeron que le daban la oportunidad de trabajar en Agroindustrias del Norte.

"Por un lado me quedé en Culiacán que es lo que mi familia y yo queríamos y por otro empecé a trabajar en una empresa con tanta solvencia moral, que aunque en ese momento no era tan grande sigue creciendo después de 47 años", refiere.

El actual Director General de Agroindustrias del Norte comenzó a buscar alternativas de alta tecnología para proveer y buscar un crecimiento exponencial no sólo en las unidades de venta tradicionales sino en nuevas regiones, logrando crecer dos veces cada cuatro años.

"Fuimos creciendo, ha sido una experiencia padrísima, en estos 15 años hemos crecido más de 10 veces de cuando empezamos", señala.

Actualmente el mercado no crece más del cuatro por ciento anual, sin embargo, Marco Ojeda está logrando crecer de 15 a 18 por ciento en promedio, lo que significa que está logrando participación de mercado y que tiene que empezar a crear diferenciadores para que el mercado acepte su propuesta de valor.

"El reto más grande es conformar un buen equipo, problemas siempre va a haber, lo que es más difícil es generar un sistema de desarrollo continuo de tu personal y también crear un portafolio de soluciones con el que vas a crecer", refiere.

Relata que han aprendido la habilidad y humildad de reconocer que aunque la idea es buena, también se tiene que valorar si es sostenible el negocio y de esta manera irse quedando con las que se van identificando que dejan buenos resultados.

"Obviamente cada proyecto tiene una curva de aprendizaje en la que se tiene que saber detectar si es curva de aprendizaje o no está dando el negocio, porque de repente se confunde, entonces se tiene que evaluar con mucha sensibilidad si realmente es curva de aprendizaje para seguir invirtiendo, porque es muy fina la línea para saber si el negocio no da", refiere.

Marco Ojeda es Licenciado en Administración de Empresas, en el Tec de Monterey, Campus Monterrey, además tiene especialidad en Mercadotécnia, tiene el AD-2 del IPADE y un Postgrado en Empresas de Agroalimentarios, pero señala que sabe más el diablo por viejo que por diablo y aunque el estudio es muy bueno, la experiencia es la que da la sensibilidad.

Cuenta que siente gran satisfacción pues este año van a estar con 40 sucursales, con la intención de llegar a 60 en los próximos tres años.

Dice que el crecimiento que tienen es bien interesante, porque cuando entró eran tres sucursales, sin embargo el mercado ha estado demandando en base a lo que la empresa está proponiendo en valor.

 

 

Sus hijos, su regalo

Ojeda Elías cumplirá 16 años en la empresa, la misma edad que su hijo Marco Esteban, tiene dos hijas menores, Luisa Cecilia de 14 años y Janethe de 11, lo que significa que sus hijos han nacido y crecido mientras él está al frente de la empresa.

"Son niños gallo, les decimos desde que estaban chiquitos y veían un gallo (el emblema) en Agroindustrias, decían 'no te acabes gallito', quieres vacaciones, pues pídele al gallo, rézale a Dios, pero échale ganas al gallo", recuerda.

El Director General cuenta que la naturaleza de su trabajo, como proveen miles de diferentes tipos de productos de más de 80 empresas a 35 diferentes países tiene que estar visitando a muchos de los proveedores, estar en muchas reuniones.

Dice que él no empieza una relación comercial con ningún proveedor si no conoce su cocina, ya que en esta industria hay tanta charlatanería que de repente dicen que van a hacer algo y realmente lo hace otro, por lo que se tiene que ir a conocer.

Señala que su clave para mantener equilibrio en su familia ha sido trabajar en un proyecto que se compone de mamá, papá e hijos, en equipo.

"Si este trabajo no fuera parte de un proyecto familiar no tuviera sentido o no hubiéramos aguantado porque son ausencias constantes y tu tienes también cuando sales tienes que estar consciente de que estás viajando pero porque tienes un objetivo y que tienes una familia que te esta respaldando y te esta apoyando y tienes que ser fiel a eso", señala.

El empresario refiere que para él ha sido un regalo de Dios el ser padre y aunque siempre le dijeron que lo importante de una familia es la pareja, su cónyuge, porque sin el amor entre los cónyuges no hay familia, cree que es cierto, sí amas mucho, quieres mucho y tienes un proyecto en conjunto, pero el amor que se le tienes a los hijos está cañón.

"Es un amor diferente, es un amor que cala, que se siente, sólo pensar que les pudiera pasar algo te asfixia y que tiene mucho sentido el tener un proyecto y saber que en tu proyecto es hacerlos hombres de bien, buenos cristianos, buenos ciudadanos, y tiene mucho sentido lo que haces, porque sabes porque lo haces", señala.

Recuerda que desde antes de casarse platicó con su ahora esposa el proyecto de vida que quería construir, ya que siempre ha estado consiente que se necesita confianza, para tener las mismas bases para criar a sus hijos en conjunto.

"Yo viajo mucho y mis hijos tienen mil y una actividad todos los días, por lo que nosotros disfrutamos mucho un dominguito de flojera, levantarnos no muy temprano, hacemos desayuno, vemos una película rico, cotorreamos entre nosotros y pues ya nos alistamos para ir a misa y depende el día vamos a comer fuera, nos regresamos, invitamos a mi mamá, a mi familia, lo ideal es estar relajados con la familia", señala.

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ASÍ LO DIJO

"Yo viajo mucho y mis hijos tienen mil y una actividad todos los días, por lo que nosotros disfrutamos mucho un dominguito de flojera, levantarnos no muy temprano, hacemos desayuno, vemos una película rico, cotorreamos".

Marco Esteban Ojeda Elías, empresario

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