"Los hilos del poder"

"El cambio: sus propósitos"
06/11/2015

    El pasado día 31 de diciembre, Jorge Abel López Sánchez asumió funciones como nuevo Presidente Municipal Constitucional de Mazatlán.
    Y fuera del acto protocolario de protesta del nuevo Cabildo, el nuevo Alcalde se pronunció por encauzar al Municipio hacia las mayorías marginadas, para que estas puedan obtener los beneficios del Gobierno, en los próximos tres años de su mandato, que inició hace unas horas.
    López Sánchez ofreció múltiples obras y servicios municipales, atención y seguridad para la ciudadanía, mayores apoyos para estudiantes, destinar más recursos para la educación, la expansión y creación de nuevos espacios deportivos y darle seguimiento a las grandes obras pendientes.
    Entre estas están los proyectos de la presa Picachos, el Centro de Convenciones y un nuevo libramiento carretero como vía alterna, rápida y directa, del Aeropuerto a la zona hotelera de Mazatlán.
    Mención otros grandes pendientes como la terminación del sistema potabilizador del agua para el suministro de la población y la pavimentación de 100 kilómetros de calles en diversos sectores urbanos de la ciudad.
    Al decir del nuevo alcalde, ésta promesa, no fue ni es ninguna actitud demagógica de su parte, como muchos la consideraron cuando hizo este importante compromiso en su campaña de proselitismo electoral.
    Después del largo repaso de Jorge Abel sobre las muchas obras que ya existen y las recibe para proseguirlas, eso si, anuncia el único proyecto nuevo, de su parte, la creación de una Academia de Policía y mantiene el compromiso de mejorar las condiciones salariales de la corporación.
    Igual está, dentro de sus preocupaciones que los agentes policíacos alcancen mejores niveles de profesionalización en el servicio preventivo, por estar de por medio el resguardo del orden público, y en el mismo sentido, el nuevo Alcalde dijo que habrá exigencias de su parte para que haya mayor eficacia policiaca.
    Al pronunciarse en contra de las prácticas autoritarias, López Sánchez rechazó toda clase de autoritarismo oficial, como algo degradante de la función pública.
    Destacó entre ellas la arbitrariedad, el abuso del poder y la mala administración de los recursos. Y en esto, tocó el punto, de que no habrá despilfarro administrativo de la hacienda pública municipal de Mazatlán.
    Señaló que en el nuevo Gobierno se evitará el despilfarro y anunció medidas contra la falta de orden y disciplina administrativas.
    Las adelantó como acciones prioritarias de la próxima administración, según lo establece el nuevo Alcalde, contra esas prácticas tan comunes en el Gobierno.
    Es un compromiso público “de terminar con estos males”. Y para lograrlo se propone transparentar, “de manera absoluta”, las funciones de las dependencias administrativas en todas las áreas.
    Aunque todo estaba dicho, respecto al despilfarro, Jorge Abel aclaró que se harán ajustes salariales en algunas áreas de la administración municipal, sin menoscabo de la eficiencia y el servicio que se preste al ciudadano.
    Habló también de hacer más extensiva la atención del Ayuntamiento desconcentrando algunas oficinas para que atiendan en zonas urbanas estratégicas, acercando el Gobierno a la población de las zonas más alejadas.
    Desde su toma de posesión el día último del año pasado, no soslayó otra de sus promesas, de evitar el grave problema de las inundaciones en los asentamientos de las zonas bajas de los esteros y lagunas.
    Comprometiéndose de su parte, de poner en práctica un plan emergente de reubicación de los asentamientos irregulares.

    ¿NADA EXISTE?
    Salvo los nombres y las caras de algunos funcionarios, es poco lo nuevo que anuncia “el cambio” de Jorge Abel López Sánchez, cuyo discurso inaugural define lo que será su gobierno, excediéndose en propósitos, más que concretarse en los puntos de partida de su administración futura y la dimensión de los proyectos que existen en el municipio y que a él le heredan.
    El discurso de Jorge Abel revela a un Mazatlán inexistente, es terreno yermo en lo social, en lo político y en lo cultural, ajeno a su desarrollo; habla sin tomar en cuenta las importantes y crecientes inversiones en infraestructura urbana, turística, inmobiliaria, además de las obras que recibe para su prosecución en beneficio de las clases marginadas.
    Las toma en cambio como parte de un programa de obras “de quién sabe de quién sean” ignorando de manera intencional más que supina la obra realizada por anteriores administraciones. O como si al arribar al poder lo hiciera a partir de cero, porque a su parecer nada existe.
    Con un discurso mesiánico y poco concertador en lo político, López Sánchez dio el primer paso y anunció lo que será el objetivo, “después de mi todo, antes de mi nada”.
    Y fue así como llegó al final, colgándose del Gobernador Jesús Aguilar Padilla allí presente, respaldándose en lo mucho que podría hacer por Mazatlán, porque sin él nada lograría y en enhorabuena lo respaldó.
    Porque Aguilar anunció, que las inversiones del próximo año para Mazatlán serán más importantes que las de los tres años pasados.
    Reconociendo a la vez el mandatario que, no obstante la importante obra realizada en la anterior
    administración, la que viene será mucho mayor pero … son las mismas obras ya anunciadas con la mezcla de presupuestos federales, y algunas de ellas son las mismas que manejó Alejandro Higuera también en su administración. ¿Entonces pa´ qué tanto brinco?

    Veredes pues… cosas veredes.

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