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"VIOLENCIA EN SINALOA"

"Marcados por impunidad y la indolencia, los feminicidios avanzan en Sinaloa"

"La mayoría de los hechos están concentrados en los municipios de Culiacán, Mazatlán y Navolato"

La radiografía estatal evidencia los ataques con saña hacia ellas, de mujeres víctimas de quemaduras, acribilladas, o asfixiadas; otras fallecieron apuñaladas, golpeadas, y baleadas, abandonadas en brechas. Y de sus agresores, poco o nada se sabe.

En un ejercicio basado en estadísticas oficiales, Noroeste identificó a Culiacán, Mazatlán, y Navolato como las zonas que desde el año pasado concentran las agresiones letales a las mujeres en el Estado, los tres son parte del decreto federal de Alerta de Género desde el año pasado, donde el Gobierno del Estado está obligado a implementar políticas públicas para garantizar protección a las mujeres.

Sin embargo, justo en estos municipios han ocurrido el 70 por ciento de los feminicidios en Sinaloa de 2017 a la fecha, se trata entonces de las regiones más riesgosas para el género.

En las estadísticas de la Fiscalía General del Estado se revela que el año pasado Sinaloa registró 85 feminicidios, la cantidad más alta de los últimos seis años, incluso el Gobierno federal lo ubicó como la entidad con más casos en el País. Y este año, de enero a la fecha, ya suma 12.

Esto indica que, sólo de 2017 a la fecha, el aliento de 97 mujeres ha sido arrebatado en ese periodo, en un contexto de alto índice impunidad, ya que apenas el 15 por ciento de estos casos han sido consignados ante un juez, y sólo se sabe de una sentencia condenatoria.

A esto se suma que los responsables, casi todos, se encuentran prófugos, como burlando a la autoridad. Algunos identificados, pero libres al final.

En ese contexto el mapa de feminicidios de Sinaloa revela feminicidios con saña, de niñas, madres, y abuelas; de mujeres solteras, embarazadas, productivas, y jóvenes que han pasado por fuerte agresiones, desde golpes hasta quemadas vivas.

Esto a pesar de la alerta de género en Sinaloa decretada en marzo del año pasado, cuyos resultados no han sido expuestos de manera concreta por las autoridades, al tiempo que los crímenes y las agresiones avanzan.

 

 

Ataques que cimbran

El incremento de los feminicidios se percibe en el miedo de las mujeres. Esa es la conversación en muchas mesas de café, en lugares públicos.

El mayor número de víctimas en la entidad registrado, en los últimos seis años, ocurrió el año pasado, con 85 agresiones mortales, casi uno tras otro.

Culiacán se ubica hoy como el municipio con más crímenes de género, de enero de 2017 a la fecha, con 40 casos, se trata de mujeres que dejaron hijos en desamparo, familias indignadas, y una sociedad que no para de exigir justicia.

El feminicidio más reciente es el de Miriam Katerin, de 18 años, la joven que desapareció tras abordar un vehículo de alquiler para ir por unos cobros. Durante 14 días no se supo de ella, hasta el pasado 10 de abril cuando su cuerpo fue hallado bajo el puente del Río Humaya.

Este crimen obligó, otra vez, a la exigencia de justicia por civiles, por ciudadanos que gritan una vez más alto a la impunidad y garantía de un Estado de paz. A estas voces se han sumado organizaciones civiles, como en octubre del año pasado, cuando mujeres activistas llegaron al Congreso local para clamar justicia para las víctimas de violencia feminicida. Una realidad también marcada por el silencio de la autoridad.

En Culiacán el común denominador son los ataques a golpes, aquí la mayoría de las mujeres víctimas han sido asesinadas a golpes, también en la mayoría de los casos sus cuerpos han sido abandonados en caminos, entre brechas, bajo puentes, y en vía pública.

 

Mazatlán, la saña

En el puerto, la radiografía feminicida revela 18 hechos de enero de 2017 a la fecha, la mayoría marcados por la saña y, en muchos casos, con una relación cercana o familiar del agresor con la víctima. Es decir, las mujeres tuvieron al enemigo en casa o cerca de ellas.

Otras fueron simplemente fueron víctimas colaterales.

En el puerto de los 18 feminicidios, en cuatro casos hay detenidos vinculados a proceso, pero ninguno con sentencia condenatoria. Se trata de casos “esclarecidos” para la autoridad, pero impunes al final.

Uno de estos feminicidios que cimbró a los mazatlecos ocurrió en mayo del año pasado, el de Alondra, una adolescente embarazada, asesinada en plena calle, en una banqueta del fraccionamiento San Jorge. A ella la apuñaló, al parecer, su pareja, otro joven que la violentó por meses hasta matarla, según declaraciones de su familia. Ella esperaba a su primer hijo, quien también falleció apenas de cuatro meses.

En caso de la estudiante, de 16 años, sigue impune, ahí en carpetas de la Fiscalía General del Estado. Como este hecho también impactó el feminicidio de las enfermeras Cindy y Érika, de 31 y 30 años, de edad, respectivamente. Ellas fueron incineradas y abandonadas cerca de la Amapa en mayo de 2017, víctimas colaterales de grupos criminales.

El caso de doña Teodora, de 63 años, es otro de alto impacto social. Su muerte ocurrió a manos de su esposo, detenido y vinculado a proceso por feminicidio. Durante décadas ella aguantó violencia doméstica, hasta que escapó de su esposo. Sin embargo, unas semanas después él la encontró y la apuñaló en Pradera Dorada.

Y así los crímenes se han ido sumando, como el de Melany, asesinada es su casa en octubre del año pasado, en Pradera Dorada, al parecer, a manos de su tío. O la muerte de Ana Rosa, de apenas 21 años, quemada viva en la colonia Ejidal, ella murió tras 11 días de agonía en el Hospital General. Del feminicida nada se sabe.

En ese contexto, Mazatlán ocupa el segundo lugar con mayor número de crímenes contra mujeres en Sinaloa.

 

 

Las niñas de Navolato

En este municipio de poca población han ocurrido dos de los feminicidios de mayor impacto en Sinaloa, al menos en los últimos meses. Dayana y Jovana Sarahí, al parecer, fueron víctimas del mismo agresor, de un policía que se escudó en un “hombre de bien” como fue reconocido hace años en su tierra.

En la radiografía feminicida, Navolato concentra once crímenes de género de 2017 a la fecha. El año pasado registró 10, y este año suma uno. Es hoy el tercer municipio con más ataques fatales a mujeres en la entidad.

El caso de Dayana, de 5 años, es quizá el de mayor impacto social. Ella desapareció en junio pasado en el poblado de San Pedro. La búsqueda fue intensa, y su caso fue nacional. sin embargo, su cuerpo fue encontrado cuatro meses después en el mismo poblado.

Unos días antes fue hallado el cadáver de Jovana Sarahí, de 16 años. A ella la localizaron en el poblado La Michoacana. Su caso tiene un común denominador: El agresor podría ser el mismo que el de Dayana, el policía Miguel Eduardo Burgos Varela.

Otros crímenes han marcado igual a este municipio con menos de 156 mil habitantes. Fue el caso de Fabiola, una joven de 24 años, hallada en una fosa clandestina en playas de Yameto; se suma el crimen de Silvia Berenice de 35 años de edad, con ocho meses de embarazo, asesinada a balazos. Una mujer que dejó cuatro hijos huérfanos.

Y así cada feminicidio está marcado por una historia de indolencia y de impunidad.

 

 

El saldo de la violencia 

Año      Feminicidios

2012     6

2013     15

2014     31

2015     14

2016     47

2017     85

2018     12

*Fuente: Fiscalía General del Estado

 

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