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"CAMBIANDO LOS OFICIOS"

"María Ofelia, una mujer a bordo, sin temor al trabajo en barcos camaroneros"

"Rompiendo esquemas en el sector pesquero: 'La Tayson', una apasionada de la pesca, se embarca en los camaroneros para llevar el sustento a su familia, sin importarle los prejuicios ni los peligros"

Desde hace casi 20 años trabaja en la pesca. Lo hace porque le gusta. Su padre, en su natal Chiapas, era pescador al igual que otros de sus familiares. Nunca le importaron los comentarios de sus compañeros: “¿Qué haces aquí?, mejor vete a tu casa?”, “deberías estar cuidando a tus hijos” o “es de mala suerte traer una mujer a bordo”.

Hoy, después de todo este tiempo, no hay quién le falte al respeto en los barcos. Si lo hacen, saben a lo que se atienen. Por algo le dicen “La Tayson”. Platica esto mientras ríe. A pesar de que quiere dar una imagen de dura, su carácter es más bien dulce y alegre. Tiene esa chispa de las personas que han sufrido, pero todo superan y contagian la carcajada.

María Ofelia Ciridol Mérida nació en Barra de San Simón, una pequeña comunidad pesquera del municipio de Mazatán del estado de Chiapas. Allí comenzó a trabajar en los barcos a la edad de 21 años, aunque desde antes realizaba otras labores como el tejido de redes. Hoy tiene 39. Al igual que sus pares hombres, la primera vez le tocó hacerla de “pavita”. Es un cargo difícil, pues en esta función se hace el trabajo rudo en altamar y reciben la paga en especie con parte de la producción.

“Ahí sí me las vi duras”, recuerda.

Desde hace cuatro años, la crisis en su estado hizo que parte de la flota camaronera fuera vendida y trasladada al puerto de Mazatlán. Eran 21 barcos. Como ella, muchos pescadores migraron y ahora laboran en los muelles del Parque Bonfil, donde María Ofelia es la única mujer que se embarca en los camaroneros, que por ahora se hallan inactivos ante la vigencia de la veda.

En su último embarque ocupó la plaza de cocinera, pero también le entra al trabajo en cubierta cuando se necesita, como cualquiera de los otros tripulantes.

 

 

Por el sustento de la familia

María Ofelia es de tez curtida por el sol, pelo rizado y complexión gruesa, pero se mueve en el barco con agilidad. Es madre de tres hijas de 21, 16 y 14 años de edad, a quienes les da sustento al igual que a sus nietos, con su trabajo en altamar. No tiene marido. Asegura haberse quedado “viuda”, sin querer entrar en detalles de su vida sentimental.

“La familia se quedó allá. Yo tuve que migrar buscándole a la vida, echándole ganas, más que nada por la familia”, relata.

Regresa cada tanto tiempo para estar con ellos.

Cuenta que su madre y padre ya fallecieron. “Pero hay que echarle ganas a la vida”, repite.

Y su consigna la lleva a la práctica hasta en los peores momentos. Su primera tormenta la vivió por los rumbos de Topolobampo. También le tocó enfrentar los embates del huracán Stan en los mares del Sureste.

 

- ¿Sintió miedo?

- Pa'qué. Nomás hay que apoyarnos unos a los otros y pedirle a Dios que nos proteja, pero si ya le va a tocar a uno pues donde sea es bueno.

 

 

El trabajo en cubierta

“La Tayson” cuenta que se lleva bien con los compañeros: “Psicológicamente se necesita, tener un ambiente de armonía arriba del barco”.

Ella se dedica a preparar los alimentos para la tripulación. Cocina desde camarones empanizados, hasta la carne asada o guisados de pollo, sin que falten los frijoles refritos. La mayoría de sus viajes han sido a bordo de camaroneros, donde la travesía dura un mes o más, pero también la han contratado en los tiburoneros en el puesto de vigilancia.

“Mis compañeros me tratan bien, gracias a Dios, me ven como uno más arriba del barco, no me ven como una mujer, soy como un trabajador más”, comenta con orgullo.

Uno de sus compañeros, que por ahora trabaja en la reparación de los barcos, piensa que María Ofelia ha demostrado que la maldición es falsa: “traer una mujer abordo no es de mala suerte, eran sólo creencias...”

 

PARA SABER:

Un trabajo invisibilizado

- Uno de cada diez empleos del sector pesquero son realizados por mujeres, según datos del Inegi.

- A pesar de ello, el trabajo del género femenino no es considerado dentro de las políticas públicas de la pesca, advierte la organización Enviromental Defense Fund (EDF).

- Miles de mujeres laboran en el procesamiento y comercialización de los productos pesqueros, así como en avituallamiento de embarcaciones.

- Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2013 se contabilizaron 55 millones de personas trabajando en la pesca a nivel global, de las cuales se calcula que 47% son mujeres.

 

 

 

 

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