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"Educación en la Familia"

"Matrimonio contra divorcio"

"Columna social"
24/01/2018

    Sicóloga Yolanda Waldegg de Orrantia

    Viendo las estadísticas me quede fría, casi el mismo número de personas que deciden formar una familia deciden desbaratarla, lo que nos dice que se toma esa decisión tan importante sin tener otra cosa en la cabeza que las mariposas del enamoramiento, que no dejan ver y nunca pasan del no-vio a si-vio. Normalmente, las decisiones que tomamos en el día a día son cosas bastante simples: me levanto o me quedo un ratito, aunque luego llegue tarde, me baño o me lavo como gato, desayuno bien o me atraganto una torta con refresco al rato; me visto adecuadamente para lo que voy a hacer o trabajo bien o hago como que trabajo, y así todo el día. Claro que aunque son pequeñas cosas, afectan mi vida, afectan la imagen que los demás tienen de mí y si me tendrán confianza o no, tienen repercusión.

    Pero pocas veces nos vemos en la necesidad de tomar decisiones importantes que marquen la vida; ojalá nos escapemos de tener que decidir si debemos desconectar a un pariente de aparatos que lo mantienen vivo, ojalá que nunca tengamos que tomar la decisión de divorciarnos, pero comprar una casa o un auto no nos disgusta. Hay que pensar bien porque es serio. Si nos lanzamos a comenzar un negocio es importante reflexionar sobre varias cosas antes de tomar decisión. Primero nos late, es un sentimiento, pero no te lanzas solo porque te late; investigas de mercado, de financiamiento, de si se necesitan socios o no, los trámites legales, a lo mejor no vale la pena, qué clase de personal, si se tendrá que capacitar, mercadotecnia y sabrá Dios cuantas cosas más. Nunca lo he hecho.

    Bueno, pues el matrimonio es una decisión que cambia la vida y que ocupa mucho pensar antes de dar el paso porque la vida que se involucra, no es solo la propia, que es importante no fastidiarla, también la vida del cónyuge y la de los hijos cuando los hay. Son muchas que pierden el piso, la confianza, la fe en las personas, la paz. Cada divorcio es un derrota para todos. El matrimonio es el negocio más importante de nuestra vida y si para otros negocios investigamos y pensamos tanto, para este, con mucha más razón.

    Todos deberíamos saber que no se deben tomar decisiones involucrando los sentimientos porque estos a veces están y a veces no, a veces está el que debe y otras el que no debe, o nunca sintieron ganas de quedarse en la cama en lugar de ir a trabajar, o desentenderse de algunos problemas que a veces agobian y mandarlos lejos a ver quién se ocupa, o de apretarle el pescuezo a papá, mamá, hermanos o cónyuges, y no quiere decir que no les quieran o que de verdad se desentenderás de los problemas. El hecho es que no nos podemos confiar en los sentimientos y tomar una decisión porque Adelita o Germancito me ponen mariposas en el estómago cada que le veo o nada más pienso en esa persona, esas maripositas van a terminar por desaparecer. Ojalá que tarden, pero pasará y luego qué.

    El enamoramiento es un sentimiento, pero al dar el sí ante el juez o el sacerdote, pasará a ser una decisión de la voluntad y un deber, “quiero quererte”. El deber por amor no cuesta, pero no deja de ser deber y desde ese momento, se lo deberán; cualquier papá y mamá lo sabe, pero no los novios, que ni siquiera se conocen ni quieren escuchar a sus papás que no tienen la vista nublada por las mariposas. ¿La razón?, que la pasan quedando bien, poniendo la mejor cara en todos sentidos, pero jamás platican de cosas más profundas y eso no ayuda a conocerse. Se darán cuenta si el otro es de mecha corta y se enoja fácil, si es alegre o tranquilo, si le gustan los tacos o prefiere el sushi, si es algo celoso o impuntual, o a veces dice mentiras, nada que les quite el sueño, pero hay muchas cosas que tiene uno que poner en claro antes de decir sí.

    He dado pláticas presacramentales para quienes piensan casarse por la fe católica, lo sigo haciendo, pero decidí que ya no para los católicos solamente la parte religiosa, solo para quien así lo quiera, pero la quito para quienes no les interese. En todo este tiempo, por lo menos dos matrimonios se cancelaron porque comenzaron a pensar en temas que no se les habían ocurrido que fuera necesario, entre bromas y verdades aprenden y descubren cosas que ni se les habían ocurrido.

    Y por lo primero que tienen que comenzar es en descubrir que tan libre es la persona con quien piensan ir al matrimonio, y no es broma; el que no esté en la cárcel alguien, no significa que sea libre. Hay muchas cosas que le pueden estar atando y ni cuenta se da, al fin de cuentas qué tan libre soy yo, porque el requisito para poder y saber amar es ser libre. Alguien que no es libre no está capacitado para amar, ya que la idea del amor verdadero es darse y si no me tengo, porque alguien o algo me tiene, no me puedo dar, es decir, no puedo amar, como por ejemplo: mamitis, papitis, vicios de cualquier clase, como redes sociales, celulares, música, trabajo, hobbies, bebida, droga, amistades y cosas así. Luego sigo.

     

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