"Muere Antonio Toledo Corro"

Ariel Noriega

Después de casi una semana de luchar contra las secuelas de un infarto cerebral y de casi un siglo de vivir a su manera, murió el ex Gobernador Antonio Toledo Corro, y con él una época de Sinaloa.

Repleta de extravagancias, su vida es una sucesión de anécdotas marcadas por su nacimiento, su ascenso al poder y su riqueza personal, todo amalgamado por su férrea personalidad y su enorme capacidad de trabajo.

Desde el sábado comenzaron a desfilar por el hospital privado donde luchaba por su vida empresarios y políticos, pero también gente del pueblo que lo recordaba por haber cambiado su vida.

Nacido en Escuinapa el 1 de abril de 1919, fue diputado local, Alcalde de Mazatlán, diputado federal y llegó a ser Secretario de la Reforma Agraria en el sexenio de José López Portillo.

Denostado por muchos por haber gobernado con “mano de hierro” a Sinaloa, de 1981 a 1986, también es aplaudido por aquellos que se vieron beneficiados por sus obras que cubrieron extensas partes de Sinaloa, desde la sierra hasta la costa.

Prolífico en lo bueno y en lo malo, Toledo Corro a nadie dejó indiferente, aplastó a la oposición y premió a los que le fueron leales, fue durísimo con sus contrincantes políticos y un padre para los que se arrimaron a su sombra.

De él se acuerdan en la sierra, como el último Gobernador que impulsó la zona, apoyando la minería, la ganadería y la construcción de aserraderos que dieron vida a las montañas.

Pero no lo recuerdan con el mismo cariño en la UAS, institución a la que tuvo casi nueve meses sin recursos, hasta que no estuvieron dispuestos a ser auditados.

En Mazatlán lo acusan de operar el fraude de 1983, que impidió la llegada de Humberto Rice a la Alcaldía, pero en Villa Unión lo aplauden por llevar el agua potable.

Él se acordaba con orgullo de haber construido la carretera conocida como “La costerita” y de permitir a miles de estudiantes contar con la Universidad de Occidente, los Cobaes y los tecnológicos.

Sus orígenes lo marcaron para siempre, fue el hijo de uno de los hombres más ricos del sur de Sinaloa, pero de él solo recibió el apellido y los desprecios que le hicieron sus medios hermanos.

Sin embargo, sobrevivió a todo y vivió para ver a sus medios hermanos despilfarrar la fortuna de su padre, mientras él compraba el rancho Las Cabras y lo convertía en su propio paraíso, con pista de aterrizaje y corrales para miles de cabezas de ganado. Rancho de cientos de hectáreas colindantes al Océano Pacífico que recientemente vendió al Gobierno federal a una suma multimillonaria para la edificación del CIP Teacapán Playa Espíritu, de Fonatur.

Toledo Corro tuvo suficientes años para ser un empresario metido en todo, director de un periódico, gerente de una agencia de autos, distribuidor de tractores, ganadero y hasta dueño del club de beisbol Venados de Mazatlán, pero antes que nada fue un sobreviviente de su época, una donde los políticos peleaban a muerte cada espacio y donde al final ganó todas las peleas.

Antonio Toledo Corro

- Nació el 1 de abril de 1919 en Escuinapa, Sinaloa

- En 1950 fue diputado local.

- En 1960 fue Alcalde de Mazatlán.

- En 1976 fue diputado federal.

- En 1978 fue Secretario de la Reforma Agraria.

- Gobernador de Sinaloa de 1981 a 1986.