"Nuevo Acuario de Mazatlán será un tributo a la naturaleza"

"La arquitecta Tatiana Bilbao se rinde ante la naturaleza y concibe un edificio adelantado a su tiempo, donde el ser humano se acercará con humildad ante la maravilla de su entorno"
29/03/2020

Ariel Noriega

 MAZATLÁN._ El primer acercamiento al proyecto arquitectónico del Nuevo Acuario de Mazatlán puede ser desconcertante: paredes emergiendo de una selva acuática, incluso, cerros de arena que parecen cubrir parte del edificio.

Para entenderlo, Noroeste se adentra en la mente de Tatiana Bilbao, la mujer que tomó un primer proyecto y le hizo unos “pequeños cambios”, para convertir una especie de plaza comercial, repleto de hormigón y cristal, en un espacio lleno de vida, donde la naturaleza manda.

Defensora a ultranza de la arquitectura que respeta el medio ambiente y la cara visible de un estudio mexicano de arquitectura con proyectos en varios países, Bilbao reparte su tiempo por el mundo.

En Sinaloa participa en tres proyectos: El Parque Botánico de Culiacán, el Parque Central de Mazatlán y ahora el nuevo acuario del puerto, quizás su obra más ambiciosa en la actualidad.

Entender el concepto que imaginó para el Acuario de Mazatlán es adentrarnos en el mundo personal de una arquitecta que ha defendido su visión del mundo, incluso, en contra de grandes negocios en los que se ha negado a participar.

El Acuario de Mazatlán cambiará para siempre la forma en la que imaginamos un espacio para entrar en contacto con la vida marina, pero si queremos entender las razones de su creadora hay que escuchar su historia.

Un viaje en el tiempo

Imagine que el nuevo edificio del Acuario de Mazatlán fue construido hace 100 años y que la naturaleza lo “tomó”, se lo arrebató a los seres humanos y lo conquistó, cubriéndolo con vegetación, arena y el agua del mar que se asoma desde la bahía y que llega al edificio a través de la Laguna del Camarón.

“La idea es de un edificio que fue construido y que el agua subió, y 100 años después el agua bajó y nosotros pudimos entrar, y descubrimos que la naturaleza lo había tomado y había vida ahí dentro”, explica Bilbao.

Finalmente, después de esos 100 años, los mazatlecos volverán a abrir ese edificio en el 2021 y se encontrarán con unas escaleras imponentes que los llevarán hasta la cima del edificio, a más de 20 metros de altura, 23 para ser exactos.

Desde ahí van a observar el Parque Central, la laguna, la bahía y parte de la ciudad, siempre rodeados por la naturaleza, enredaderas que se trepan a través de las paredes rugosas, árboles, verde por todos lados.

“Un proyecto donde entendemos que somos parte de la naturaleza y que es ella la que domina, no el hombre el que domina a la naturaleza”.

Una vez en el techo del edificio, los visitantes bajarán al distribuidor principal donde iniciarán el recorrido, aquí es donde se puede comprar el boleto de entrada, hasta aquí la visita es gratuita, incluso, se puede visitar el restaurante, la cafetería y la tienda sin pagar un boleto.

Una vez en el vestíbulo principal, el visitante tendrá la sensación de encontrarse rodeado de enormes y escarpadas paredes, la mayoría cubiertas de vegetación, pero también caerá una cascada que incrementará la presencia de la naturaleza.

El corazón del Acuario

El Nuevo Acuario de Mazatlán será operado por la empresa responsable de los acuarios de Vancouver, Canadá, y Valencia, España, dos de los acuarios más importantes del mundo.

La idea es reunir en este espacio lo mejor del ecosistema del Golfo de California o Mar de Cortés, dividiendo las exposiciones en aguas profundas, costa y un aviario, pero sin duda alguna, el corazón del acuario será la pecera oceánica.

Con una “ventana” de 7 metros de altura, la pecera o tanque oceánico es ahora mismo un enorme tejido de acero, listo para recibir toneladas de concreto que soportarán miles de litros cúbicos de presión de agua salada.

Tiburones, mantas, jureles y meros podrán ser apreciados en esta inmensa pecera, además de ser un espacio donde podrán apreciarse espectáculos de buceo e interactivos.

Además existirán decenas de exposiciones de reptiles, cocodrilos, un enorme aviario, mantarrayas, tortugas, un bosque de algas, pulpos, todo tipo de peces, sardinas en grandes cantidades y hasta un submarino.

En especial se trabaja en una instalación vertical de medusas, uno de los principales atractivos del acuario, y en un tanque de mareas, donde se podrá observar, a través de paredes transparentes mangles enterrados en la arena y la bulliciosa vida que albergan en sus raíces.

Un centro educativo

Además de constituir un templo dedicado a honrar a la naturaleza, el Nuevo Acuario Mazatlán será un centro educativo, y Tatiana Bilbao busca que desde su concepción el edificio comience a educar a sus visitantes.

“A mí me gustaría que cambiara la concepción del entendimiento de la naturaleza y la importancia de lo que tienen aquí a la puerta, el Golfo de California”, dice.

El edificio contará con un auditorio y un área especial para investigadores de tiempo completo, lo que permitirá que Mazatlán refuerce su capacidad de investigación y trabajo de campo en el área marina.

“Es un espacio de conocimiento, no es un lugar que solamente quiera hacerte pasar una bonita mañana, es un lugar que te quiere enseñar profundamente a través de la experiencia”.

Una área de multimedia interactiva y un laboratorio completarán un complejo que busca no solo entretener, sino educar y ser un centro de investigación, un salto en la manera como nos relacionamos con la vida marina en Sinaloa.

Tatiana Bilbao cambiará para siempre la manera en que paseamos en un acuario en Mazatlán, pero ella sueña con que cambiemos la forma en la que debemos entender a la naturaleza.

 

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