"Quiero ayudar a otras mujeres con la misma necesidad que yo: Rosario"

"A punto de cristalizar el sueño de tener su propio negocio, Rosario Cristina ha vivido por experiencia propia las dificultades que enfrentan las madres con hijos con alguna discapacidad; por lo que ahora busca ser un ejemplo de superación y ayudar "

    MAZATLÁN._ El pasado 11 de diciembre, llegó a la Presidencia Municipal en busca de ayuda. Tenía el rostro trastornado por la preocupación, los ojos hinchados de tanto llorar, sin un lugar dónde vivir, sin dinero y su hija con autismo y epilepsia en el hospital, tras sufrir un accidente...

    Aunque no encontró allí el respaldo que buscaba de manera inmediata, logró salir adelante con la solidaridad de muchas personas, luego de que su historia se dio a conocer a la opinión pública. Le han salido “ángeles” en el camino, como ella los llama.

    Habiendo experimentado en carne propia la falta de apoyos para madres con hijos con discapacidad, se propuso no sólo superar sus propias tribulaciones, sino también ser el soporte de otras mujeres que, como ella, no cuentan con los recursos para sostener a sus hijos.

    En aquel momento, se antojaba difícil que Rosario cumpliera su sueño de convertirse en emprendedora y líder de un proyecto colectivo. Hoy está a punto de lograrlo.

    Hacía años que había huido de un matrimonio violento, por lo que prácticamente se encontraba sola en la tarea de atender a su hija, que hoy es una adolescente de 15 años con necesidad de cuidados especiales.

    “Ellos van a ser la diferencia en mí, en mi niña y en otras señoras que yo pienso apoyar, ¿para qué?, corresponderle a Dios: lo que él hizo por mí, yo quiero hacerlo con otras mujeres que están en la misma necesidad o peor que yo”, expresó Rosario, quien recibió del Servicio Nacional del Empleo un equipo para establecer su propia tamalería. Para la que ya tiene el nombre: “Tamalería Chayito”.

    A sus 51 años, siempre ha trabajado en la elaboración de alimentos. Incluso antes de que a Itzel Cristina le detectaran autismo a los 7 años de edad, Rosario manejaba una cocina económica, y como ella misma narra, no le iba mal.

    Pero a la enfermedad de su hija siguió su propia artritis, por lo que su economía se vino en picada: una a una fue vendiendo sus cosas para pagar los estudios y medicamentos que su niña necesitaba, y sin poder trabajar, cayó en la pobreza.

    “Yo sé lo que es dormir afuera de los Oxxos, de los hospitales... porque no hay ayuda para las madres con hijos discapacitados, sé lo que se siente estar solo y nadie te voltee a ver...”, relató Rosario, quien dejaba su abierta sonrisa cuando recordaba los momentos tristes.

     

    Una historia de superación

    Después de publicar la experiencia de vida de Chayito en el periódico Noroeste, hubo varios benefactores anónimos que no solamente le devolvieron la esperanza, sino que la ayudaron con los pagos pendientes de luz y agua en la casa prestada en que vive, en una colonia de la zona periférica del puerto.

    Dos de ellos son una pareja de abogados que tienen un hijo con autismo, y por lo tanto, entienden en gran parte las preocupaciones de Rosario.

    Lectores la arroparon a ella y a su hija con sus aportaciones. También con medicamento, uno de los gastos más onerosos para ellas, con más de 2 mil pesos a la semana. Sin ellos Itzel Cristina no puede tener una vida estable. Vive con autismo RED, uno de los más agresivos, ya que la inducen a hacerse daño, según describe su mamá.

    De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un niño de cada 160 presenta algún trastorno del espectro autista. Pero Itzel, además, padece epilepsia, con lo que el riesgo de convulsionarse es siempre latente.

    Es por esta razón que Rosario necesita estar todo el tiempo junto a su hija.

    “Por eso no es tan fácil para mí que me den un empleo, tener un horario, pues no cualquiera puede cuidarme a mi hija, apenas yo sé cómo atenderla, y sé que como yo hay muchas madres que necesitan ayuda”, relató.

    Donde sí recibió ayuda fue en el sistema DIF estatal y de su presidenta, Rosy Fuentes de Ordaz, quien canalizó el caso de Itzel al Centro de Autismo de Sinaloa, en Culiacán. Allí atendieron a la adolescente después del percance al bajar del camión urbano este diciembre, cuando se dio un duro golpe en la cabeza.

    Su historia llamó la atención de la Secretaría de Economía del Gobierno del Estado, así que a su madre le gestionaron las herramientas para iniciar con su negocio: una mesa de acero inoxidable, una estufa, una batidora y un congelador de tipo industrial. Le fueron entregadas el pasado 11 de julio, siete meses después de aquel día en que llegó llorando al Ayuntamiento de Mazatlán.

    “Yo les dije a las personas del gobierno, van a saber de mí, porque estas ‘armas’ que ustedes me dan no son solo para usarlas en mí, sino para ayudar a otras”, aseguró Rosario.

    Hoy por hoy, sólo le falta ahorrar un poco de dinero para echar a andar su negocio. Ya la esperan tres mujeres que serán sus compañeras en este emprendimiento, otras mujeres que como ella saben lo que es la necesidad y no tener quién las ayude.

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