"Resurge el silbato del Ingenio Rosales"

CULIACÁN._ Fue en 1997 cuando los habitantes de Costa Rica escucharon por última vez el sonido del silbato del Ingenio azucarero. Hoy, 21 años después, en el marco del 71 aniversario de la fundación de este ingenio, el sonido del silbato se escuchó de nuevo, llenando de júbilo a sus pobladores.

Benjamín Luna, cronista de Sinaloa, compartió que fue en marzo de 1948 con motivo de la inauguración del Ingenio Central Sanalona de Costa Rica, que los socios de la compañía: Manuel Suárez, Jorge Almada, y Antonio Haas, visitaron a la familia Redo para que les facilitara un silbato con el objetivo de organizar la entrada y salida de los trabajadores.

El reloj del pueblo

El cronista compartió que fueron los Redo quienes entregaron el silbato del barco de Porfirio Díaz, dado de regalo a Diego Redo, el cual se encontraba anclado en Las Arenitas, para que el silbato fuera instalado en la fábrica y se convirtiera en el reloj del pueblo dando la hora a partir de las 5:30 de la madrugada y hasta las 22:30 horas.

"La primera vez que se escuchó el silbato fue el 2 de abril de 1948, cuando el ingenio fue inaugurado por el entonces Presidente de México Miguel Alemán Valdez. El ingenio fue la base fundamental del surgimiento de Costa Rica", señaló el cronista.

Platicó que la reactivación del silbato 21 años después se debe principalmente a la gestión que él pidió en conjunto con Iracema Prieto, directora del Centro Cultural de Costa Rica, y Mario Arturo Cárdenas, apoderado del ingenio, quien apoyó la idea de que se reactivara una vez más el silbato, dentro del marco de 71 aniversario de la fundación del ingenio azucarero.

Jesús Estrada Ferreiro firma el documento para que el 2 de abril se vuelva una fecha conmemorativa para los costarricenses.

"Con la reactivación del silbato, se vienen a la mente recuerdos, días de gloria como lo fue en los años 60, de trabajo, de esfuerzo, de sacrificio, de fiesta, porque el ingenio azucarero representó casi todo para este pueblo, hasta que se cerró en octubre de 1997, y la reactivación del silbato tiene como aspiración recordar a las nuevas generaciones las raíces cañero azucareras de esta señorial ciudad", destacó Luna.

Guadalupe Dávalos López, Síndica de Costa Rica, manifestó que este día no solo es importante para sus habitantes, sino para los obreros jubilados que formaron parte del ingenio, sus viudas, y para todos aquellos que tienen grandes recuerdos del ingenio.

"Hace 21 años se escuchó por última vez el silbato, el que fue en su momento el reloj de todo el pueblo, y cuando dejó de funcionar hubo mucha tristeza, cerrándose una fuente de trabajo muy importante, al ser lo que mantenía a Costa Rica viva, pero seguimos de pie y con mucha más fuerza, y una vez más escucharemos ese silbato", indicó la síndica.

Habitantes de Costa Rica, a la espera de escuchar el sonido una vez más del silbato.

El evento, contó con la presencia del Alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro, quien manifestó que este momento que viven los costarricenses, no sólo es importante para ellos, sino también para la cultura del país.

"Rescatar la raíces, nuestras costumbres, lo que siempre hemos tenido y no dejar que se olvide es parte del trabajo de todos", expresó Estrada Ferreiro.

Lamentó que de los cinco ingenios que se tenían, hoy solo quede el de Eldorado, ya que en Los Mochis fue desmantelado y vendido como chatarra, pero que aun así, es rescatado lo poco que se tiene.

"Rescatar un silbato que por muchos años le dio la pauta a los obreros del ingenio y al mismo pueblo, es muy importante, por eso, me siento satisfecho por esta invitación, y aquí estoy, en este recinto que próximamente se convertirá en Museo, requiere inversión, y esa la van a obtener del Ayuntamiento de Culiacán muy pronto, para que todo esto funcione", indicó el Alcalde.

DÍA DEL INGENIO

Durante el evento, se realizó la firma de un documento por parte del Alcalde y funcionarios, en el que se comprometieron a conmemorar cada 2 de abril el aniversario del ingenio, evento importante para los costarricenses.