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"Mazatlán"

"Saber Vivir: Humanizar la atención en hospitales"

"A favor de una atención cálida y de calidad a familiares de enfermos terminales en hospitales es la opinión de Octavio Robledo en su columna"

La actualidad, debido a los grandes avances tecnológicos y científicos que se están dando en la práctica de la medicina, ha permitido el incremento de la expectativa de vida; por otro lado, van en aumento en hospitales los casos de mejoras en las condiciones de salud de las personas y, en ciertos casos, ofrecen una ilusión cuando se trata del proceso de morir cuando ya no hay nada que lo pueda evitar.

Esto trae como consecuencia el incremento del número de personas que se internan en los hospitales en busca de mejorar su salud. Por un lado, hay un avance tecnológico y por otro, en los hospitales, tanto públicos como privados, en el trato al paciente y a su familia aún hay mucho por hacer.

A veces encontramos un trato muy técnico que raya en lo indiferente, puede haber excelentes especialistas con el corazón frío, unas enfermeras muy conocedoras de su trabajo, pero se les olvida una atención extra de solidaridad con la familia.

Conociendo a los directivos de un hospital en Mazatlán, que siempre me han permitido mi práctica como tanatólogo, platicamos y me permitieron una serie de tres conferencias, que iniciamos en el área de enfermería. Para mí es muy importante que los hospitales estén equipados con todo el avance tecnológico, pero también lo es brindar una atención cálida y de calidad, tanto al paciente como a su familia.

Que se ofrezca un trato humanizado es un plus que todos los hospitales deben brindar y para llegar a este objetivo, el primer paso es sensibilizarnos como personal del hospital, pues por muy buenas instalaciones y decoración que tengan, los hospitales son fríos, imponen al ser humano, se llega con ciertos miedos: ¿me van aliviar? ¿Cuál es mi diagnóstico? ¿El personal de este hospital es el mejor? ¿Cuánto va a costar? ¿Me iré a morir? Toda una serie de preguntas que solo angustian al paciente y a la familia.

El personal de salud debe de saber desde cómo informar un diagnóstico de una enfermedad progresiva e incurable, que tiene un pronóstico de poca esperanza de vida, ¿qué reacciones emocionales presentará el paciente y sus familiares al conocer el diagnóstico? ¿Quién debe saber la verdad? Se debe estar conscientes de los derechos del paciente, conocer los procesos de morir y muerte dentro de un hospital y, sobre todo, no crear una actitud falsamente paternalista, que lleve a ocultar la verdad al paciente o darle una esperanza de vida que no se lograrán.

En estas tres conferencias se tuvo como objetivo llegar a la empatía y a conocer realmente qué piensa y siente el paciente y su familia para poder dar consuelo y fortaleza a lo que vaya a suceder, pero también tiene como objetivo que el personal de un hospital comprenda que cuando tiene un paciente terminal también tiene una oportunidad de darle acompañamiento y a sus familiares en esos días tan difíciles.

Lo ideal es tener en cada hospital un tanatólogo que tenga la capacidad de proporcionar ayuda en el proceso de duelo, por muerte o por cualquier otro tipo de pérdida significativa. La tarea fundamental de estos profesionales es el acompañamiento y la mediación entre el paciente terminal, los familiares y el personal de salud, médicos y enfermeros.

Un médico o un enfermero con conocimientos tanatológicos y con una sensibilización de trato humanitario es el que acepta que la muerte es natural y universal: todos vamos a morir algún día; sabe que la muerte es un tema relacionado con la medicina, filosofía, religión, espiritualidad, tanatología, sociología y factor económico, entre otros. Reconoce que las familias los buscan cuando precisan de explicaciones, amparo, cuidado físico y psicológico.

También es importante este tipo de capacitación porque el personal del hospital experimenta ciertos malestares emocionales cuando hay pacientes en cuidados intensivos, en condiciones críticas, porque todas las muertes son únicas y siempre será difícil vivenciar ese momento y lo que le antecede, el morir, pues estamos lidiando con la pérdida de un ser humano. Cada caso es único y cada equipo (médicos y enfermeros) reaccionará de una forma diferente.

La mayor parte de la formación académica del personal de salud está orientada a conservar la vida y a la cura de enfermedades, pero en algunos casos se complica y comienza a generar un mal funcionamiento de uno o varios órganos, el tiempo se acorta y se tienen que tomar medidas para proporcionar una mejor calidad de vida; es aquí donde el médico o la enfermera tiene la oportunidad de dar acompañamiento tanatológico al paciente y a su familia.

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