"Sodelva García ilumina el Carnaval de Mazatlán con lentejuelas"
MAZATLÁN._ El Carnaval de Mazatlán se ha inventado a sí mismo a lo largo de 122 años, ha creado sus propios códigos, no se parece a ninguna fiesta popular de otras geografías del planeta, la pasión de su pueblo y la creatividad de algunos de los que se han hecho cargo de la fiesta han definido sus reglas, su estilo, sus formas. Las creadoras de vestuario de reinas Delia León y Sodelva García le dieron al Carnaval de Mazatlán uno de sus más distintivos elementos: el brillo y la ostentación.
Dos elementos son determinantes para los desfiles de Carnaval, la parte más importante de la fiesta: las carrozas reales y el vestuario de las soberanas.
Las dos modistas son para el vestuario de reinas de Carnaval lo que Rigoberto Lewis es para los carros alegóricos.
Dice la diseñadora y modista Sodelva García que ella fue muy amiga de Rigoberto Lewis, juntos definían cómo tenía que ser el vestuario para la carroza real de los años más recientes, en cuanto a colores, texturas, temas de inspiración.
“Él me decía 'Carnaval es brillo' porque eso estimula visualmente la alegría, una de las grandes aportaciones a la celebración de carnestolendas de Rigo fue la aplicación de diamantina a sus diseños, él lograba ese brillo en las alegorías con ese elemento”, compartió.
“Yo trasladé ese principio al vestuario y el ingrediente que consigue un brillo maravilloso son las lentejuelas, pero tienen que ser pequeñas para poderlas adaptar a los caprichosos diseños de dibujos", por eso, los vestidos que creó para el personaje principal del Carnaval va rebordado en lentejuelas.
Su taller bulle de bordadoras, el día de la entrevista la cochera y el porche de su casa parecía un panal de abejas afanosas. Son 14 mujeres que trabajan cada año con la diseñadora las que laboran incansablemente para llenar de lentejuelas, piedras, adornos diferentes, hasta herrajes para muebles ha utilizado con los que cubre cada centímetro de los espectaculares vestidos que porta la realeza de oropel de la máxima fiesta de Mazatlán.
Sodelva visualiza en su mente cómo se combinan los colores de la lentejuela y puede imaginar cómo se va a ver el conjunto cuando esté acabado, sabe qué mezcla de colores de lentejuela van a dar el tono especial que necesita el diseño.
Reconoce que el diseñador mazatleco Roberto De los Santos Lewis fue un genio que le enseñó muchos secretos, él creó los inolvidables atuendos de Abris I (1996) y Kathia I (1992). De él aprendió a poner telas sobre telas para enriquecerlas con texturas, colores brocados imposibles de conseguir en el mercado.
“Es un arte que está enfocado en conseguir impactar el exigente gusto de los carnavaleros mazatlecos que se convierten en el juez más exigente al que los diseñadores se enfrentan. De tantos años de revisar exhaustivamente los vestidos, los porteños se han convertido en verdaderos expertos de vestidos y expresan su parecer sin restricciones en la calle, en las redes sociales, en los medios de comunicación”.
"El año pasado, la Universidad de México especializada en diseño de modas nos invitó a que fuéramos a exhibir y hablar de los vestidos de Reina del Carnaval de Mazatlán".
“Les llamó la atención que todos los vestidos estuvieran hechos a mano, todo está bordado a mano, es un trabajo minucioso y muy delicado, duramos tres meses bordando. Todas las Reinas son preciosas, la de este año pertenece a la Dinastía Farriols y es muy bella, he tenido el gusto de vestir a tres de las cinco Reinas que ha dado esta familia al Carnaval”.
Más de cuatro décadas dedicadas a la aguja y el dedal
"Estoy por cumplir 45 años haciendo vestidos para el Carnaval. Raúl Rico me introdujo al mundo del vestuario de Carnaval haciendo trajes para los grupos de baile, necesitaba mucho para que me diera un vestido de Reina, le quería demostrar que podía hacer el vestido de la Reina, primero me dio los de Reina infantil, en ese tiempo cultura no tenía taller de costura y cada diseñador trabajaba en su propio taller”.
En 1993 recibió la sorpresa de su vida, faltando 20 días para el Carnaval.
“Era muy tarde en la noche recibí una llamada de Raúl Rico y me dijo, querías hacer el vestido de Reina del Carnaval, aquí está el contrato, fírmalo y aquí está el cheque, ve a comprar lo que necesitas y contrata la gente para hacerlo... tomé el camión y me fui a Guadalajara en ese momento”, comentó.
“Eran muchos vestidos los que tenía que hacer. Ese año concursaron 12 muchachas, tres niñas y a todas les tenía que hacer los vestidos, ese año el que diseñó el vestido era el que había hecho el vestuario de la película Como Agua para Chocolate”, dijo.
“Me permitieron que le hiciera algunos cambios a los vestidos. Amina Blancarte sería coronada como Reina Vikinga, su entrada fue maravillosa, iba sobre una barca nórdica y un grupo de muchachos muy guapos iban jalándola. Me dio gusto que me dieron la responsabilidad pero me asusté porque era muy poco tiempo para hacer los vestidos de todos los reinados”.
Recuerda algunos de los vestidos emblemáticos del Carnaval.
“El vestido de la Reina del Carnaval del Centenario era muy complejo, en esa ocasión se retomó una escena del montaje que Franco Zefirelli hizo de la ópera Turandot en Nueva York, a la princesa china la armaron la cauda y el vestido en el escenario, cada sirviente le pone fragmentos del vestido y al final queda un atuendo espectacular”, dijo .
“A la reina del Centenario, por cada década del Carnaval se le fue poniendo un fragmento rebordado del vestido. Otro vestido inolvidable es el de Pamela Farriols, el Carnaval del milenio, ha sido una de las reinas más bonitas que ha tenido esta fiesta”.
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