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"LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD"

"Tenacidad y voluntad… para dejar huella"

"Columna de superación personal y felicidad"
LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD
13/07/2018

    Soy uno más en el desfile de personas que se acercan a brindar sus condolencias a la familia.

    Formo parte en este momento de una mezcla muy interesante de clases, culturas, tradiciones, niveles socioeconómicos, que se entrelazan en una sola circunstancia, el sentido adiós al “Jefe”.

    Convencido de que todo líder acepta el reto de las interpretaciones de sus acciones y que, en un mundo lleno de juicios y etiquetas, donde lo bueno y lo malo es cuestión de la mirada del observador, diría el experto mundial en ontología del lenguaje Rafael Echeverria.

    La intención de esta columna es ir más allá del empresario, del político, del ganadero, del promotor de cultura y deporte, del hombre apasionado de los usos y costumbres por el Sur de Sinaloa.

    Escribir de las fortalezas de carácter observables de un ser humano que su sola presencia imponía autoridad, del que su claridad mental a los 99 años era motivo de admiración de propios y extraños, de que sus niveles de energía podían ser la envidia de cualquier joven emprendedor recién egresado de universidad.

    Hablar de fortalezas de carácter hoy no es una ocurrencia, es hacer ciencia. El doctor Martin Seligman y Christopher Peterson en la Universidad de Pensilvania, centro de estudios pionero en psicología positiva se preguntaron: “¿Por qué, si existe una clasificación de los trastornos mentales, no lo hay de las fortalezas humanas?”. A tal efecto propusieron un esquema de clasificación de las virtudes y fortalezas para facilitar la creación de estrategias de evaluación, con la extraordinaria noticia de que las podemos desarrollar con actividades intencionadas, representado este factor una variable trascendental en la educación positiva.

    Este es el punto que da valor intencional a mi columna, ¿qué enseñanzas nos deja don Antonio Toledo Corro?

    Recuerdo que mi primer contacto con él fue en el Palacio de Gobierno de Sinaloa por una auditoría que realizaba el despacho contable donde yo laboraba. Bajo la imagen de poder y su fuerte personalidad, me regaló una dosis de temor que hoy me provoca una sonrisa, entiendo que estaba desafiando mis propios juicios con la autoridad y el poder, no era él, era yo.

    Al paso del tiempo mis contactos por mi trabajo en el Tecnológico de Monterrey fueron a través de Abraham y me mostraron un hombre que creía en la educación y en el deporte como habilitadores de una mejor sociedad. ¿Alguien podrá desafiar la imagen de su presencia en el estadio de beisbol, ya sea con frío o calor, disfrutando la cercanía con la gente?

    Gracias a José Antonio se presentó la oportunidad de compartir junto a su padre los alimentos en el desayunador de su casa para planear algún evento, para compartir sus historias, sueños y retos. Qué mejor oportunidad para dimensionar la imagen del líder y transformarlo en el ser humano que en cada palabra regalaba una lección para la vida.

    Mientras reflexiono continúa el desfile de personas en el velatorio, sus comentarios y sus propias experiencias me permiten validar las fortalezas de carácter que desde mi propia admiración eran dominantes en su persona:

    Valiente, es un hecho que los actos valientes se llevan a cabo voluntariamente con pleno conocimiento de la adversidad potencial involucrada. La vida de Don Toño está repleta de este tipo de actos. Lo describe su nieto con una frase: “No te arrugues cuero viejo, que te quiero pa tambor”.

    Vitalidad, siempre lleno de entusiasmo, energía, pasión y vigor por las cosas que se emprendían, siempre en el presente con una mirada al futuro.

    Gratitud, en todas sus conversaciones mostraba una conciencia y nivel de agradecimiento por las cosas buenas que la vida le había regalado, más de un 90 por ciento de las personas que lo fueron a despedir, en sus comentarios daban testimonio de ayudas y apoyos recibidos, y en muchos más que dinero, tan sólo fue un consejo, una palabra de apoyo.

    Perseverancia, la más arraigada de sus fortalezas, la más tangible, esa fuerza mental elemental para continuar esforzándose por sus objetivos sin importar los obstáculos y retrocesos. En cada acción, con el golpe de su mano sobre el escritorio, mostraba su dedicación, enfoque y diligencia, siempre la voluntad de ser un ganador, todo un campeón de la vida.

    La gente se despide, su vida empieza a convertirse en leyenda como sucede con los grandes, se comentarán los claros y los oscuros. En mí queda una inquietud: en un mundo cambiante que demanda más y mejores líderes, ¿valdrá la pena reflexionar las fortalezas de un ser humano que dejó huella en nuestra comunidad? ¡Creo que sí!

    Si deseas conocer más información y tus fortalezas de carácter busca VIA character Test.

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