"Y ahora al PRI le toca aguantar... el grito desde el Congreso"

"El diputado más joven de esta Legislatura, Pedro Lobo, le dijo a Félix Niebla que el Congreso era la casa del pueblo que todos debían tener su momento para poder expresarse"

    "Nosotros ya aguantamos mucho tiempo, ahora les toca aguantar un poquito a ustedes", gritó una mujer desde la segunda planta pública del Congreso para responder a la solicitud de auxilio de la priista Gloria Himelda Félix Niebla a la mesa directiva.

    “Pido respeto”, dijo la priista, quien trataba de defender a Sergio Jacobo, su líder de grupo parlamentario, porque en ese momento estaba en el estrado proponiendo inscribir con letras doradas Movimiento Estudiantil de 1968 y mientras tanto unas 80 personas gritándole “¡corrupto!”, “¡sinvergüenza!”.

    El diputado más joven de esta Legislatura, Pedro Lobo, le dijo a Félix Niebla que el Congreso era la casa del pueblo que todos debían tener su momento para poder expresarse, pero Félix Niebla insistió.

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    Karla Montero, Diputada sin partido, explicó el razonamiento de Lobo: "A mí me no me dejaron entrar al Congreso todo el año pasado y hasta me tuve que amparar y dije que cuando volviera sería por la puerta grande y ahora toca escuchar al pueblo".

    Fue una escena similar a cualquier protesta de las últimas tres legislaturas: grupos de personas haciendo exigencias y criticando al PRI por sus decisiones, solo que en esta ocasión esas manifestaciones se quedaron y los priistas callaron.

    Ahí estaba el grupo de familiares de personas desaparecidas Sabuesos Guerreras con su petición de homologar la Ley General de Desapariciones; el Colectivo de Mujeres Activas de Sinaloa exigiendo se dé marcha atrás con la reforma Antiaborto que aprobó la 62 Legislatura.

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    También estaban integrantes del Comité de la Diversidad Sinaloa con la solicitud de que se apruebe el matrimonio igualitario en el Estado; además de un grupo de personas que exigen la municipalización de Eldorado.

    Fue entonces cuando el priista Faustino Hernández Álvarez se levantó para pedirle a los del movimiento de Eldorado que lo apoyaran, refiriéndose a sí mismo como amigo de ellos.

    “¡Cállate, traidor corrupto!”, le gritaron y Faustino mejor se sentó.

    El 2 de octubre no se olvidará: Por primera vez el PRI tuvo que acatar la decisiones de otros partidos sobre cómo llevar una sesión en el Congreso. Por primera vez dejó de tener aplausos a conveniencia. Por primera vez tuvo que callar ante el público del recinto. Por primera vez se convirtió en un partido reducido y sin fuerza.

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