"Impunes crímenes contra policías"
Ni uno solo de los nueve casos de policías asesinados en lo que va del año en Sinaloa ha sido esclarecido, y además, en todos ellos resalta la participación de sicarios supuestamente ligados al crimen organizado.
Información de las corporaciones policiacas y de la Procuraduría General de Justicia revela que ninguno de los responsables de esos crímenes ha sido identificado y detenido.
De las ejecuciones contra oficiales, seis se registraron en Navolato y tres en Culiacán.
Sobre las víctimas, cinco eran agentes de la Policía Municipal de Navolato; dos de la Policía Ministerial del Estado; uno de la DSPM de Culiacán; y uno de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, quien fue escolta de funcionarios de Gobierno.
La información establece que los crímenes fueron cometidos por grupos de sicarios, que atacaron a los agentes de carro a carro, los "levantaron" o los ejecutaron después de someterlos.
El recuento
TRÁGICO INICIO
7 de febrero
Fueron masacrados por sicarios afuera de un minisúper de Navolato el comandante Gilberto Castillo Gil y los municipales José Alfredo Quintero Félix, José Manuel Díaz Beltrán y José Rosario Pérez Godoy.
Al parecer, unos días antes los policías, junto con elementos federales, habían participado en la intercepción de un grupo de pistoleros de aquella zona.
Dos días después de la masacre, más de 200 elementos del Ejército iniciaron patrullajes en Navolato, así como cateos en casas de seguridad.
15 de febrero
Pese al despliegue militar y federal, un grupo de gatilleros ejecutó al comandante Juan de Dios Ramos Herrera, en Dautillos, Navolato.
El atentado se registró cuando la víctima y otros elementos patrullaban por el poblado y fueron interceptados por los asesinos.
Los pistoleros cerraron el paso a la patrulla y encañonaron a los policías. Después los bajaron y despojaron de armas y radios. Luego los obligaron a tenderse en el piso y preguntaron por el comandante "El Gato".
Los agentes contestaron que el comandante había descansado ese día, pero los delincuentes les pidieron las credenciales y al detectarlo, lo ejecutaron.
3 de abril
Sicarios mataron de carro a carro al agente de la PME Fernando Castañeda Armenta, que estaba asignado a la Coordinación de Investigación de Homicidios Dolosos.
El ministerial circulaba sobre el Maquío Clouthier, en la colonia Lomas del Bulevar, cuando se le emparejó un vehículo en el cual viajaban por lo menos cuatro gatilleros que le dispararon con AK-47, a 200 metros de una delegación de la Policía Municipal.
A Castañeda Armenta ya le habían matado a su padre, un hermano y un primo, quienes también habían pertenecido a la corporación.
7 de abril
Un agente de la Secretaría de Seguridad Pública, que fue escolta del Secretario de Administración y Finanzas del Gobierno estatal, fue asesinado por gatilleros que le dispararon con AK-47 cuando entraba a su casa con su hijo después de ir a comprar agua.
La víctima se llamaba Ramón Francisco Bojórquez Castro, de 33 años, quien vivía en la colonia Los Mezcales.
13 de abril
Fue localizado cerca de la colonia La Michoacana, en Navolato, el cadáver del agente de la Policía Municipal de Culiacán, Manuel Enrique Aguilar Hernández.
El oficial había sido "levantado" el 31 de marzo por un grupo armado en La Cofradía, en el vecino municipio. Desde ese día se desató una ola de "levantones" en Navolato y Culiacán.
Aguilar Hernández estaba asignado a la Tercera Compañía de la DSPM de Culiacán, donde tenía alrededor de 17 años.
14 de abril
Apenas amanecía en Culiacán cuando sicarios atacaron a los agentes Juan Manuel Ruiz Arellano y a Raymundo Zazueta Beltrán, cuando circulaban por la colonia Rafael Buelna. El primero falleció y el segundo resultó herido.
También militares
Como parte de la violencia en este año, está el caso de la muerte de dos soldados registrada el 26 de marzo en Santiago de Los Caballeros, Badiraguato.
Sobre ese caso, al que la Sedena calificó como un "incidente", en que militares abrieron fuego contra una Hummer matando a cuatro civiles e hiriendo a otro, la Comisión Nacional de Derechos Humanos estableció que los dos elementos murieron por el fuego "amigo" de sus compañeros, ya que los civiles nunca dispararon.