Fue el Presidente patriota, Lázaro Cárdenas del Río, quien entregó en su sexenio 18 millones de hectáreas de tierra a los campesinos y promovió la creación de los sindicatos entre los obreros, para que se organizaran en defensa de sus derechos. Esos derechos los conculcó el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien por cierto llegó a la Presidencia de la República mediante un descarado fraude electoral, como registra la historia.

    La contienda política se desarrolla en el territorio nacional, despertando un gran interés por parte del electorado. Mientras la Cuarta Transformación basa su campaña en propuestas, en programas favorables al pueblo, la Oposición sigue taimadamente esparciendo un discurso plagado de tergiversaciones, tratando de sembrar la idea de que no existe democracia en el País. Y divulgan, por todos los medios a su alcance, esa especie, llegando al extremo de hablar de una elección de Estado, un soberano sofisma, con el cual quieren encubrir el rechazo ostensible de los ciudadanos a su candidata, que personifica una nítida derrota anunciada. Con prédicas desfasadas, las ideas que la candidata de derecha pregona son clasistas y discriminatorias de las clases populares.

    Lo cierto es que el pueblo está consciente y, con una claridad asombrosa, conoce demasiado bien lo que representa el bloque de la Oposición, que para nada hace mella en las clases populares. Los de abajo, para decirlo claramente, han hecho suya una frase de los magonistas: “Sólo el pueblo defiende al pueblo”. A partir de esa máxima, los que menos tienen vienen actuando y, como son la inmensa mayoría, van a defender su futuro con resuelta entereza. Su acción va encaminada a lograr su liberación definitiva, más temprano que tarde; esa es su meta que se han trazado y no varían en su estrategia hasta alcanzar su objetivo.

    Después de la Revolución y durante el largo periodo posrevolucionario sólo hubo un Presidente, antes del 2018, cercano al pueblo: el gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río. Éste dio vigencia a los postulados de la Revolución, que exigían el reparto de tierras a los campesinos. Fue el Presidente patriota, Lázaro Cárdenas del Río, quien entregó en su sexenio 18 millones de hectáreas de tierra a los campesinos y promovió la creación de los sindicatos entre los obreros, para que se organizaran en defensa de sus derechos. Esos derechos los conculcó el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien por cierto llegó a la Presidencia de la República mediante un descarado fraude electoral, como registra la historia. Ese nefando gobierno reformó la Constitución y privatizó el ejido, concentrándose nuevamente la tierra en extensos latifundios. Comenzó así, con Carlos Salinas de Gortari, uno de los periodos más negros de la historia del País: lo que se denomina el “periodo del neoliberalismo”, que duró 36 años... hasta el 2018.

    Con toda esa experiencia acumulada, los ciudadanos, bajo ninguna circunstancia, van a permitir volver a ese nefasto pasado, donde se enseñoreó la corrupción de manera increíble, a extremos nunca vistos en la historia nacional. Todavía, pese al esfuerzo inusitado desplegado en el actual sexenio en el combate a la corrupción, quedan vestigios del viejo régimen que tendrán que extirparse de raíz. La lucha contra la corrupción es a fondo y sin tregua, ese flagelo inmundo que tanto ha dañado al País y a la sociedad en general, la ciudadanía tiene claro que debe extirparse. El actual gobierno ha entendido que esa tarea es una de sus encomiendas principales, que debe continuar en el próximo sexenio hasta desaparecerla de manera radical de todos los ámbitos del País.

    En el presente sexenio se han logrado avances en muchos rubros que en el pasado permanecían intocados, parecía que habían llegado para quedarse. Se ha logrado enderezar al país hacia un progreso con democracia. Ha habido avances innegables en bien de todos los sectores de la sociedad, y esto lo tienen claro los ciudadanos por más campañas de infundios y calumnias que esparcen diariamente la Oposición derechista y sus aliados, los acaudalados que, en su mayoría, acumularon grandes fortunas al amparo del Estado.

    Esa es la razón de por qué los partidos que gobernaron en el periodo neoliberal están vetados en el voto ciudadano, y así van a seguir. La historia no olvida a los enemigos del pueblo. Tendrían que pasar infinidad de décadas para que se olviden esos latrocinios cometidos en desmedro del pueblo, que resistió de manera estoica, en carne propia, ese oscuro periodo donde el Gobierno sólo favorecía a los plutócratas. Está fresca en la memoria de la ciudadanía ese terrible periodo neoliberal donde a los pobres no los oían ni los veían, a ese grado de injusticia social se llegó. En la actual campaña política la derecha podrá fingir con un discurso demagógico y falsas promesas; pero los ciudadanos los tienen bien ubicados, saben que en los procesos electorales los prianistas se visten con piel de oveja, pero en realidad son los mismos lobos hambrientos de siempre. Por más que se disfracen, no logran engañar a los ciudadanos.

    Los ciudadanos, después de sufrir por largo tiempo gobernantes corruptos y represores, están muy avispados; imposible de ser engañados por políticos que tienen que ver con los gobiernos del pasado, tan nefastos en el amplio sentido de la palabra.

    -

    lqteran@yahoo.com.mx

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!