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"MEJOR EDUCACIÓN"

"LA CLASE: EN TRÁNSITO DE LA INSTRUCCIÓN A LA EDUCACIÓN"

"En relación con la clase, varios proyectos investigativos han identificado elementos negativos de la llamada “enseñanza” contemporánea"

Para que la clase contemporánea sea de calidad debemos derribar, primeramente, las tradicionales barreras que limitan su desarrollo yreformular las esquemáticas posiciones teórico-prácticas acerca de su concepción.

En relación con la clase, varios proyectos investigativos han identificado elementos negativos de la llamada “enseñanza” contemporánea la que se esfuerza por alejarse del tradicionalismo y que cada vez más se hunde en él; lo que se evidencia cuando los docentes enfatizan en la reproducción de los conocimientos, centran en ellos la actividad y se anticipan a los razonamientos de los estudiantes; por lo cual no siempre se propicia la reflexión y la comunicación, lo que no permite una verdadera aplicación práctica del conocimiento por parte del alumnado. 

En otros casos, la forma antigua en que se organiza la clase trae como consecuencia la desmotivación de los estudiantes y prácticamente no se utiliza el “error” como una forma de aprender. La motivación y el autoaprendizaje de los errores cometidos no se asumen como indicadores de aprendizaje.  

Por ende, en los alumnos se aprecia una tendencia a reproducir conocimientos y a no razonar sus respuestas; en el tránsito por los diferentes grados de la educación básica no desarrollan su pensamiento al máximo de sus potencialidades, tienen limitaciones en la generalización, así como en la aplicación de los conocimientos; pocos estudiantes elaboran preguntas, es limitada la búsqueda de procedimientos para autoaprender y la mayoría del alumnado se centran en la respuesta final, con pocas posibilidades para la reflexión autocrítica de lo que aprenden, lo que provoca una limitada inclusión consciente en su aprendizaje. 

El anterior panorama me lleva necesariamente a realizar un análisis de las principales limitantes actuales de las clases, como vía para insistir en su necesaria  y definitiva actualización.

Entre estas limitantes se destacan:

Algunas clases se planifican sin tener en cuenta un real diagnóstico de la personalidad de los estudiantes y a partir de un sofocante estructuralismo, caracterizado por la aplicación del ya obsoleto carácter rector de los objetivos.

El contenido a impartir, en ocasiones, está impregnado de un vocabulario alejado de la realidad que viven los alumnos.

Los métodos de enseñanza muchas veces se absolutizan por parte de los docentes, muchos de los cuales no dan cabida a la puesta en práctica de novedosos métodos para la enseñanza y el aprendizaje.

La evaluación se centra en la reproducción de los contenidos impartidos en clases; por lo que no se asume desde la perspectiva de valorar el avance gradual de cada alumno; es decir, algunos docentes se sienten satisfechos con que los estudiantes desarrollen su capacidad memorística.

La preparación del docente se dirige mayormente a la enseñanza del  conjunto de contenidos, que deberá repetir año tras año a las distintas generaciones de estudiantes que pasan por sus aulas, sin valorar la importancia de la actualización permanente del contenido de enseñanza. 

La superación de estas problemáticas debe propiciar una nueva clase cualitativamente diferente a la tradicional, en la que no se puede dejar de contemplar, entre otras, las siguientes consideraciones:

El docente debe establecer una relación dialéctica entre el resultado del diagnóstico de la personalidad realizado, los objetivos propuestos, los contenidos de los programas que está impartiendo, los métodos para educar empleados y el sistema de evaluación como elemento de retroalimentación de todo el proceso, esto facilita la atención diferenciada de las necesidades, las posibilidades y las potencialidades de los estudiantes.

Cada docente debe tener un alto nivel de desarrollo personal y profesional, ya que mientras más elevado sean estos, más fuerte será el sistema de influencias que ejercerá sobre las personalidades de sus alumnos, las cuales se confirman y progresan según las características del educador.

La clase debe constituirse en el momento cultural más importante de la escuela, ya que en el actual siglo, lo que más se valora no es cuánto ha aprendido un alumno, sino las potencialidades de desarrollo que posee para aprender constantemente, e influir en las transformaciones de su contexto de actuación.

Es necesario alcanzar desde el punto de vista científico lo que se conoce como la informalización de lo formal, educar cuando menos lo espera el alumno,  buscar lo espontáneo y evitar la sugestión para que no digan lo que el docente desea escuchar; sino lo que sienten, en conclusión a los estudiantes es necesario evaluarlos por las preguntas que hacen, más que por las respuestas que dan.

De esta manera se tiende a evitar centrar las dificultades educativas, solamente en los alumnos, sino identificar la responsabilidad que nos corresponde a quienes tenemos la misión de desarrollar a las nuevas generaciones. Por lo que debemos encontrar las faltas en nuestro modo de actuación profesional e identificar porqué el alumnado comente los mismos errores año, tras años y no todos sobrepasan las fronteras del aprendizaje reproductivo para encontrarle significado a lo que aprenden, como vía para que sean capaces de desarrollar la cultura y con ella, los más bellos sentimientos humanos.

 

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