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"COLUMNA"

"La educación, la ciencia y la cultura en el artículo 3ro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos"

"Este artículo constitucional le concede a la educación de calidad desde el vínculo con la ciencia y la cultura"

El pasado 3 de febrero el Centro Cultural Multiversidad y el Sistema Educativo Valladolid, desarrollaron dos importantes eventos para conmemorar el Centenario de la Constitución de 1917.

El primero de estos eventos, se efectuó a las 10:00 horas, tuvo como panelistas a los distinguidos maestros: Jesús Alonso Salazar Moreno; José Fernando Torres Colio y Erick Z. Vargas Castro, los que disertaron acerca del tema: “Centenario de la Constitución de 1917 y la vigencia del artículo 3ro Constitucional”.

El segundo evento tuvo su comienzo a las 19:00 horas, con la participación magistral de los doctores: Raymundo Partida Flores, Antonio González González y Francisco Higuera Castro, los que expusieron el tema: “El artículo 3ro a 100 años de la Constitución de 1917”.

En lo personal me llamó la atención el hecho de que estos eventos, además de conmemorar tan importante fecha histórica, resaltarán la vigencia e importancia del artículo 3ro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Y es aquí, donde deseo compartir mis modestos criterios relacionados con la significación, que este artículo constitucional, le concede a la educación de calidad desde el vínculo con la ciencia y la cultura.

El artículo 3ro, formando parte del “Capítulo I. De los Derechos Humanos y sus Garantías”, reconoce que: “El Estado garantizará la calidad en la educación”; en el inciso II, se puntualiza que: “El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico”. De ahí la importancia del autoreconocimiento que debemos hacer todos los docentes, acerca del carácter científico de la educación que brindamos día a día a nuestros alumnos y alumnas.

Al respecto deseo compartir que para desarrollar una educación científica los docentes debemos ser capaces de diagnosticar el nivel de desarrollo que poseen nuestros alumnos y alumnas, por lo cual necesitamos estar en condiciones de aplicar y tabular diferentes instrumentos de diagnóstico educativo.

A lo anterior se suma, la importancia de mantenernos actualizados en relación con el contenido de la asignatura o asignaturas que impartimos; lo que evita el estereotipo bastante generalizado de repetir años tras años el mismo contenido a diferentes generaciones de alumnos.

Y no menos importante es que apliquemos diferentes vías de autoevaluación y coevaluación; no olvidemos que en el actual siglo lo que más se valora no es cuánto ha aprendido un alumno o alumna, de lo que se le ha podido enseñar; sino las potencialidades de desarrollo que posee para aprender constantemente, aplicar lo aprendido, adaptarse a nuevas situaciones e influir en las transformaciones de su contexto de actuación.

Por lo cual, resulta imprescindible que comencemos a evaluar a nuestros alumnos y alumnas por las preguntas que hacen; más que por las respuestas que dan. La realidad del siglo XXI nos refleja que si como docentes no llenamos al alumnado de preguntas, tengan respuestas o no, todo estará perdido.

Pero el artículo tercero también destaca la importancia de la cultura para que la educación sea de calidad, al respecto el inciso II, reconoce que  la educación debe garantizar el “acrecentamiento de nuestra cultura” y otorga especial significación al “respeto por la diversidad cultural”.

Ante estos llamamientos constitucionales, deseo resaltar que para nosotros como docentes de siglo XXI que somos, el fin de la clase no puede ser el mero aprendizaje, el que muchas veces resulta estéril; por lo que debemos traspasar estas históricas y limitadas fronteras y dirigirnos con toda nuestra capacidad, preparación, experiencias y amor por la educación a concebir metodologías  y estrategias educativas que influyan en el desarrollo cultural de la personalidad de cada alumno o alumna.

A lo cual se suma, la necesidad de asegurar con la labor educativa la continuidad generacional de la idiosincrasia y las tradiciones culturales de las comunidades, como alternativa educativa para fomentar los valores, la convivencia y la cultura de paz.

Todo lo expresado señala que la unidad entre educación, ciencia y cultura es la clave para nuestra existencia, por lo cual el espacio de un docente para defender la humanidad es la escuela y su momento la clase. 

Por todo lo expresado el artículo 3ro Constitucional nos convoca a que en cada actividad escolar, a que en cada clase nos esforcemos por desarrollar una educación de calidad, basada en los adelantos científicos y que tenga como esencia el desarrollo cultural de la personalidad del alumnado, como alternativa educativa para defender lo mejor de nuestra condición humana y construir el México que hemos soñado.

 

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