Deja asalto a joyería miedos, mayor seguridad y cambio de actitud en comerciantes

CULIACÁN._ En la plaza Galerías, personal de seguridad ya porta chalecos antibalas, armas y comunicación rápida.

Casi al mediodía del lunes 15 de abril, dos personas ingresaron por la puerta principal de la plaza. A punta de pistola sometieron al guardia, lo dirigieron hacia la joyería y obligaron a los empleados a tirarse al suelo, se llevaron 200 mil pesos en mercancía de una joyería.

Ana, cuyo local está frente al lugar del robo, colocó una chapa nueva que limita el acceso de quienes entran, ahora sólo ella puede abrir la puerta.

“De hecho, ya le cambiamos la chapa porque no tenía para enllavarse por dentro”, señala.

A dos horas de iniciar la jornada, Ana escuchó un ruido como un vidrio roto, imaginó que a su compañera del puesto de enfrente se había le caído algo, sin embargo, al asomarse por la puerta de su local vio en la escena de un hombre tomando mercancía de la joyería.

Al ver la reacción de su colega, copió miméticamente cada acción. Apagó las luces, se escondió detrás del mostrador y llamó a que fueran por ella.

“Ni modo que entre aquí, qué va a agarrar y ya apagué los focos yo también y me escondí y rápido marqué a que vinieran por mí o algo así, pero no, se fueron, se alcanzaron a ir y si miraba a las muchachos como que los querían seguir pero se fueron muy rápido, venían en moto”.

Por su parte, Leticia, cuyo puesto es vecino del sitio robado, vio cómo salían los asaltantes, por la misma puerta por la que entraron y menciona que tuvo miedo al ver que iban armados. Para ella, quedó la sensación de inseguridad a pesar de tener a los guardias a menos de ocho metros.

“Lo que pasa es que aquí necesitamos vigilancia con armas, un guardia con arma, porque aquí pueden asaltarnos, vaciar las joyerías y todo y ningún vigilante tiene arma”.

“Si todos los de seguridad (estaban trabajando) pero ellos no traen armas, los de seguridad. De hecho agarró a un guardia de seguridad y del cuello lo metió a la joyería”, asegura.

Al abordar al jefe de seguridad de la plaza comercial, este mantuvo un trato molesto e inquieto, cuestionando el trabajo de los reporteros y siguiendo cada paso al momento de recoger las impresiones de quienes vivieron el suceso.

Sin embargo, antes de esa actitud, señaló que las autoridades municipales han estado haciendo más recorridos por la zona.

“Han venido más las autoridades municipales, están dando más recorridos, nos están poniendo más atención, están viniendo más seguido”

A dos días del acontecimiento, por la puerta principal, y sobre el mismo pasillo se halla personal de servicios de seguridad privada, con los que el jefe de seguridad mantiene contacto inmediato.