"Dice San Pedro adiós a la pequeña Dayana"

"Los restos de la niñas son trasladados a San Benito, Mocorito, para ser sepultados"

A las 09:00 horas de ayer concluyó el velorio de la niña Dayana Esmeralda Fierro Zazueta, privada de su libertad el pasado 6 de junio de la sindicatura de San Pedro, y después asesinada.

Antes de partir a San Benito, Mocorito, Dayana fue despedida en el kínder Naciones Unidas, donde estudió sus dos últimos años, sin embargo, no pudo concluir, porque le arrebataron la vida.

El pequeño féretro metálico de color blanco fue colocado en el centro de la explanada donde Dayana jugaba y participaba en las actividades cívicas que hacían cada lunes.

Los dibujos que meses atrás los compañeritos de Dayana hicieron para ella, la maestra los entregó a la madre.

Un globo de helio en forma de estrella flotaba a un lado del ataúd. Daniela, la madre de 22 años de edad, estaba ahí, tocando el féretro, llorando.

Griselda Noriega Beltrán, directora del jardín de niños, recuerda a Dayana como una niña inquieta, que jugó e hizo travesuras como cualquier otro menor

"No estemos tristes por ella, hay que darle un fuerte aplauso para que se vaya contenta", pidió la directora a los padres y maestros presentes en la despedida a Dayana.

"Hasta siempre, que Dios la bendiga", manifestó la directora.

Concluye el homenaje a la niña. Personal de la funeraria saca el féretro y lo acomoda en la carroza que lo trasladará a Mocorito.

Una lona con la imagen de la niña que durante meses se utilizó en las manifestaciones exigiendo su regreso, fue colocada en el cofre de la carroza, puntera del cortejo fúnebre.

En otra camioneta, en la parte del frente, se colocó una lona más con la misma imagen de la niña que el 28 de octubre fue reportada como muerta por el Fiscal Juan José Ríos Estavillo.

La carroza empieza su marcha hasta el acceso principal de la sindicatura con los restos óseos de la menor y detrás de ella, su familia y vecinos solidarios.

Mientras el cortejo avanza, la gente desde sus casas se asoma, otras salen a la banqueta y despiden a Dayana.

La carroza blanca pasa por una escuela primaria donde los niños en posada saltan de un brincolín y corren hacia la puerta.

"Allá va Dayana", gritaban los pequeños alumnos desde el otro lado del barandal del plantel educativo.

La carroza llegó hasta la entrada principal y cruza la carretera Culiacán-Navolato. Una voz pide un aplauso para Dayana. Empieza el llanto, los abrazos, el dolor se propaga.

La pequeña fue sepultada en un panteón de San Benito. Sus restos descansarán junto con sus bisabuelos maternos.

Después de seis meses de la agresión hacia la niña, la Fiscalía General del Estado no ha detenido al, o responsables.

 

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