"Analgésicos en el deportista"

Analgésicos en el deportista

Amigo lector de Noroeste, una vez en Mazatlán, después de dos semanas en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde la Universidad Autónoma de Sinaloa fue quinto lugar en el medallero y sexto en puntaje, estamos de regreso e iniciaremos con el presente tema, ya que no sólo en el deporte estudiantil, sino también en el deporte amateur y profesional, es muy común el escuchar al “deportista” pedir un analgésico con nombre y dosis. Esta cultura desgraciadamente el entrenador en muchas ocasiones la secunda y lo peor que si el paramédico o el médico no le cumple el capricho se enfurece. Además amenaza con decirle al “jefe”, pues déjeme decirle que ésta cultura de la cual no soy partidario, en lugar de beneficiar va a perjudicar al individuo.
Existe una gran gama de analgésicos, esteroideos no esteroideos, opioides, etc., pero sea cual sea su uso en la actividad deportiva, bajo la automedicación, está prohibida, aunque en realidad existen personas que para realizar cualquier actividad física, aunque no sea deportiva, se automedican.
El problema no es la automedicación, sino que con esto están engañando al organismo, que cuando existe una alteración como cansancio, fatiga o dolor, el sistema nervioso no lo capta, por lo que se continua con la actividad, lo que puede llevar al “deportista” a lesiones, a veces hasta la muerte, lo que se pudo evitar con no automedicarse.
Existe analgésicos y antiinflamatorios que pueden llevar a reacciones de tipo alérgico, por ejemplo el ácido acetilsalicílico puede provocar una enfermedad respiratoria exacerbada, donde ésta es una padecimiento crónico que afecta toda la vía respiratoria y el sistema inmunológico. Se presenta cuando la persona es intolerante a esta sustancia activa, por lo que al consumirla puede desencadenar un episodio asmático muy severo. Es común que este tipo de personas también desarrollen o muestren susceptibilidad a los analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos.
Otro medicamento de este tipo es el acetaminofén, el cual su principal vía de secreción es el hígado, existen personas que desarrollan alergia a esta sal, que de consumirlas pueden deteriorar su salud con rinosinusitis, donde al igual que con el ácido acetilsalicílico, se produce una inflamación de la mucosa nasal, donde el crecimiento del tejido inflamatorio provoca la formación de pólipos nasales y obstruyen la nariz al limitar la respiración y ocasionan la pérdida del olfato. Recordemos que si el acetaminofén es eliminado por el hígado, se deben de suspender las bebidas alcohólicas y cualquier sustancia que sea metabolizada por el hígado, así como cualquier analgésico.

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