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Coro

Ignacio reconoce la composición como un don divino y decidió dedicarlo a su fe

Es el director del coro en el templo de San José, en la sindicatura de Agua Verde, quien lleva sirviendo a Dios desde hace más de 30 años

EL ROSARIO._ Con la certeza de que hay que servir a Dios, José Ignacio Fonseca Álvarez pasó de componerle al mundo canciones de amor y dolor, a componer cantos y convertirse en el director del coro en el templo de San José en la sindicatura de Agua Verde.

”Pues dejé de cantarle al mundo cuando empecé a servirle a Dios hace más de 30 años ya”, expuso.

Esto tras vivir una experiencia de conversión espiritual que lo llevó a dirigir el coro del templo parroquial desde hace 25 años, tiempo desde el cual ha compuesto un gran número de cantos que honran su fe y dejando de escribir canciones del mundo.

”Todo lo que Dios te perdona, todo lo que Dios te da la oportunidad de empezar, es una forma de agradecerle lo que él te ha dado y pues con esas ganas lo hacemos. Porque sabemos que está presente más en los que le sirven, hay que servirle”, dice.

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Entre esas creaciones, mencionó que existen cuatro dedicadas al patrono San José, por ejemplo “Hay algo en tí” y “Qué alegre está la mañana”, cantos que se interpretan principalmente durante la fiesta solemne.

Con relación a la música, indicó que es lírico ya que aprendió tan sólo al escuchar y practicar, pero el talento es de familia.

”Mi abuelo fue Apolo Hernández, un compositor de Mazatlán que le grabaron muchos a él, yo digo que viene de familia, yo compongo”, expuso.

Reconoce que hasta el momento tienen 75 cantos religiosos donde le canta a Jesús, María, además para la celebración de misa como “santos” y “corderos”.

Sobre la composición, aseguró que proceden de Dios.

“Él inspira aunque nosotros seamos de barro, él con su Espíritu Santo nos llena para escribir esos cantos”.

Sostuvo que aunque dejó de cantarle al mundo cuando decidió servir a Dios, pero para ese momento ya había compuesto 150 canciones.

”(Componía) puras cosas que no tiene caso ni decirlas, de desprecio, de dolor, de venganza, de eso que compones cuando no tienes ese Espíritu Santo; compones puras cosas del mundo y le gustan al mundo”, concluyó.

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