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Retos

Martha y Miguel Ángel, un amor que perdura, pese a todo

Apenas al mes de conocerse decidieron formar una familia y hoy, en la salud y en la enfermedad, constatan desde Escuinapa que el amor se construye con el tiempo

ESCUINAPA._ El amor es una palabra simple, pero en sus expresiones está llena de matices, no todo es felicidad, pero tampoco amargura y con el paso de los años se tiene que reafirmar cada día el dicho de “en la salud y en la enfermedad”, señalan los Salas Chávez.

“A veces uno quiere tirar la toalla y mandar todo a la chin... pero también aquí seguimos, hasta donde Dios quiera”, expresa doña Martha Leticia Chávez Camarena.

Martha Leticia y Miguel Ángel Salas Camacho son conocidos en el municipio como los “Cigarrillos” un apodo que viene del papá de Miguel Ángel pero que al paso de los años, también se lo adaptaron a Martha.

Se conocieron hace 40 años, casi los mismos que tienen juntos pues apenas tenían un mes de novios cuando ya habían decidido formar su familia, a ciegas, señalan.

Todos los días se veían mientras ella viajaba a Mazatlán a trabajar y él le cobraba el pasaje de los Autotransporte de Escuinapa, Don Miguel señala justamente lo que le gustaba.

“Todo me gusta de ella, su forma de ser ¿qué me enamoro? El cuerpo, delgadita pero ‘pechogona’ y aquí estamos dándole duro a la vida”, señala entre carcajadas.

Ya no tiene doña Martha las “pechugas” o la delgadez de entonces, todo ha cambiado, pero él tampoco cuenta con la vitalidad de ese joven cobrador, pues ella ahora empuja la silla de ruedas debido a que por diabetes él ha perdido sus piernas.

El amor a ciegas, a primera vista, se ha transformado con el paso de los años, a una expresión pura, donde tampoco conciben no estar juntos, su vida se hizo muégano.

Se van juntos a trabajar, en las discotecas, en los palenques, en la playa Las Cabras, a veces en los baños, a veces vendiendo cerveza y uno cobrando, eso les da el sustento que llevan a casa.

“Empezamos a trabajar juntos, nos vamos a las playas a trabajar con Juan Zataráin a la chamba, antes en los bailes con el ‘Fain’ el vendía cerveza y yo cobraba en la pista o al entrar y así seguimos trabajando”, dijo.

El amor no es una constante luna de miel, señalan, ni tampoco de una lealtad inquebrantable, hay errores que pueden ser perdonados y seguir juntos otros tal vez no.

“Sí anduvo de volado, era coqueto, aunque diga que no”, señala doña Martha, en replica contesta rápido Don Miguel Ángel “No, no, uno entiende bien lo que quiere, la mujer a la que quiere”, precisa.

El amor no se trata de ejemplos, enfatiza, cada pareja tiene su historia y la va construyendo, lo importante es ir sumando en esa construcción, en respeto, comunicación y amor, el cuerpo cambia de forma mientras pasan los años, pero lo importante es continuar reafirmando cada día que la decisión de seguir juntos sigue siendo aquella que tomaron al mes de conocerse.

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