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Tradición

Una amistad de 40 años se refuerza durante las Fiestas de Las Cabras

Patricia y María de Jesús conservan la tradición y la pasión por las fiestas, siendo vecinas de enramadas

ESCUINAPA._ Patricia Sáenz Polanco y María de Jesús Osuna Tiznado han compartido por más de 40 años ser vecinas de enramadas y siendo “playeras” tradicionales, su fiesta no es de cuatro días, sino de ocho, porque estos días hay que disfrutarlos, indican.

“Desde que estaba embarazada vengo, son más de 40 años, tengo hijos, amigos que vienen de fuera, de Estados Unidos se vienen a Las Cabras, las disfruto al 100, me encantan, venimos a relajarnos, como estar en vacaciones”, expresa la comerciante Patricia Sáenz Polanco.

Llega con anticipación, cuatro días antes de que inicie la fiesta, cuando la zona está casi sola, es el tiempo que espera para sus vacaciones, las cuales asume de tal manera que su enramada que parece pequeña, se transforma en su casa.

Las cortinas que guarda todo el año se colocan de manera especial, para dividir la zona, el baño también tiene cortinas especiales, la cama no es arena, sino un colchón inflable, a la que además le ponen por la parte superior un mini abanico, la idea es estar lo más cómodos posible.

“Aquí nos la pasamos viendo las actividades, echándonos la cervecita, con botanas, camarones, taquitos, que aquí preparamos, me traigo mi cama ‘nice’ de colchón, mi tocador, baño y todo, me vengo 8 por 8 de martes a martes”, expresa.

En su hilera de enramadas a su lado está María de Jesús Osuna Tiznado, quien recibe a un gran número de invitados, aunque tiene solo dos hijos, a la fiesta se suman sus hermanas, sus sobrinos y personas que son amigos de ellos.

“Nos visitan de Guadalajara, Tepic, Nogales, son más de 16 personas entre todos los que llegan, pero hay que estar preparados porque también llegan invitados de nuestros familiares y luego vuelven porque les gusta”, dice.

Esta es una tradición para ellos, su abuela la llevaba de niña, hoy le toca estar al frente, prepararse con el menudo, pozole, carne para asar, botanas, camarones, hielo, todo lo que se vaya requiriendo.

Para iniciar la fiesta entre las enramadas y la ampliación se gastan alrededor de 4 mil pesos, pero entre alimentos y lo que va saliendo, se pueden gastar hasta 10 mil pesos, indica.

Aunque el espacio es pequeño, todos pueden acomodarse, indica, pues en su caso acomoda toldos, cortinas, colchones inflables entre otras cosas.

“Pero Paty es la número uno arreglando la enramada, yo no, acomodo, pero no tanto”, dice.

Paty y María de Jesús cuentan los días para irse a la playa, en un encuentro especial donde vuelven a abrazar a sus familiares que viven fuera de la ciudad, así de especiales son para ellas las Fiestas del Mar de las Cabras.

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