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"Historias de esta tierra plagan 'Raíces perdidas'"

"El primer libro de María Julia Hidalgo López es una obra interactiva y entretenida, aseguran los comentaristas Hanna Okamura y Léonidas Alfaro"

 

 

 

Elizabeth Gámez

Un destino, un empuje, el querer ser y hacer hizo a María Julia Hidalgo López verse como una autora literaria. Su ópera prima Raíces perdidas, plagada con historias de esta tierra, es interactiva, interesante, entretenida, aseguran Hanna Okamura y Leónidas Alfaro.

La mañana del lunes fue simbólica para la colaboradora de Expresión Noroeste, al dar a conocer su ópera prima, en compañía de quien fuera su maestra y del escritor de títulos como Tierra Blanca y Por amor a Feliciana.

La formadora de comunicólogos recordó cuando conoció a su alumna, de piernas torneadas como de bailarina, pero lo que más le llamó su atención fueron sus ojos de venado de la sierra, por grandes y atentos a su entorno.

Después de terminar su carrera, María Julia Hidalgo se fue a México a editar una revista sobre ciencia, y empezó a colaborar en Noroeste.

"Pero como una madre que no se ha dado cuenta que está embarazada, ella tiene dentro la semilla de ser escritora, no de periodismo, sino de incursionar en la literatura. Tenía miedo. Los ojos de venado se volvieron tímidos, y me expresó que no se atrevía, que le parecía una osadía, un salto para otras personas", platicó Okamura.

La timidez se convirtió en fe en sí misma. Y un sueño se convirtió en meta, en un destino que dio como resultado Raíces perdidas.

"Te alabo María Julia que hayas escogido los temas de nuestra tierra, porque nuestra tierra está llena de héroes anónimos que no solamente luchan por la subsistencia, sino que también luchan por reparar el alma, por sobreponerse al dolor, por reconstruirse, y en medio de todo eso bailan y cantan como buenos sinaloenses", dijo.

Leonidas Alfaro indicó que en cada historia de María Julia, a quien conoció hace tres años, ve una novela.

Comentó que en sus colaboraciones Alas de Titika siempre invita a una reflexión y ahora con esta publicación es atrevida, expone pinceladas del léxico sinaloense, lo que hace más auténtica la realidad.

Ejemplificó que con el cuento La niña mariposa le recordó el estilo, los temas que retomaba Inés Arredondo en su quehacer literario que tenían que ver con Eldorado,su valle, su mar, su vejetación.

Son historias cortas pero son muy originales y develan mucho el mundo de hoy, donde la mujer es un personaje que no escapa a la literatura.

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