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Sugerencia

Bikers piden una Semana de la Moto más exclusiva y organizada

Motociclistas de Texas señalan que la masificación del evento ha hecho que ya no sea exclusivo para los motociclistas, ni pensado en ellos

Noe Ramírez y Óscar de León, motociclistas que rodaron en sus motos desde Texas, señalan que la organización debe unificarse para un mejor control del evento y no estar cada quien por su lado.

Óscar de León, quien es presidente del Moto Club Leones Voladores de la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, asistió por primera vez al evento de la Semana Internacional de la Moto por invitación de Noe Ramirez, mejor conocido como “Santa Claus”, quien desde el año 2006 ha asistido en distintas ediciones a este evento.

“Yo he ido al Sturgis, es uno de los máximos de Estados Unidos y comparado a este es más grande porque es un pueblo grande y en Sturgis un pueblo chiquito, todos separados y hay muchas motos, más que aquí, pero aquí todos juntos se mira mucho más grande que el de allá”, dijo Óscar.

A Oscar, la Semana Internacional de la Moto le pareció un evento con mucho renombre, que incluso pudiera llegar a superar al evento más importante de motociclistas del País vecino por la gran cantidad de participantes.

Sin embargo en el caso de Noe, quien ya ha asistido en ocasiones anteriores lo calificó como desorganizado, dividido y un tanto deficiente, en su opinión, la masificación del evento ha hecho que ya no sea exclusivo para los motociclistas, ni pensado en ellos.

“El sentido de la entrada de las motocicletas (al Centro de Convenciones) para mí no estuvo bien, porque se amontonaron muchas motocicletas y te iban recortando el espacio”, dijo Noé.

El motociclista mencionó que sería bueno que en la próxima edición se haga un acceso para motociclistas y otro para autos y se controle por medio de registro los participantes dentro del desfile.

“Se ha ido separando mucho, pero ha ido creciendo mucho, en realidad se ha hecho muy famoso y gracias a eso atrae mucho al pueblo, pero cuando vas a hacer algo de motociclismo, exclusivamente de motociclismo, va a entrar pura motocicleta, no razers, no cuatrimotos, solo dos ruedas”, señaló-

Noe, que es chófer profesional de tráileres ya retirado, comenta que sus tiempos le permiten realizar estás rodadas en varios momentos del año y sugirió que fuera de tener varios eventos simultáneos de la misma índole, lo recomendable es unificar o en su defecto realizar un evento por cada organización en diferentes épocas del año, dando pretexto para que los motociclistas visiten Mazatlán en más de una ocasión al año.

Menciona que todos son libres de andar en lo que deseen, pero andar en motocicleta es diferente, ser “biker” es una cultura que no se debe estereotipar, ya que es una comunidad de profesionistas que tienen un gusto particular por los caballos de acero.

“Yo tengo muchos amigos que son doctores o licenciados y nos gustan las motos, no te tiene que gustar el rock y habemos muchos que venimos a Mazatlán para oír la banda y no oímos una banda buena, regional, fue lo que les faltó”, expresó “Santa Claus”.

El visitante aseguró que su viaje desde Texas es un gasto considerable, entre gastos de recorrido, casetas, gasolina, estancia, alimentación y al llegar a realizar su inscripción al evento, no pudo ni siquiera obtener una playera conmemorativa de su talla, ni souvenirs pensados en la comunidad biker.

En cuanto a lo referente al desfile, consideró que falta regular la participación de los diferentes tipos de motocicletas, en donde se establezcan reglas, se hagan bloques para dar espacio a todos buscando que fluya, pues con la dinámica que tiene el desfile le es imposible participar por cuidar el motor de su motocicleta que tiende a calentarse.

“He estado en eventos grandes, por eso son mis opiniones, donde ves un evento bien organizado, con ley, cada quien en sus secciones y desde que se arrancan no se paran, es a un paso, un paso, hasta que terminan”, expresó.

Promete volver el siguiente año si se encuentra en condiciones, pues disfruta mucho el trayecto de rodar hasta Mazatlán, que es un recorrido de más de 10 horas desde la frontera, sin sufrir, haciendo buenas estancias, en un viaje donde invierte más de 3 mil dólares.

“Lo viví, me divertí, rodé, conocí muchos amigos, para poder disfrutar esto hay que ser tolerantes, no hay abusos, ni borracheras, solo ir a comer, ir a platicar, ir a disfrutar, he conocido amigos de todas partes de México”, comentó Ramírez.

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